04. ÚLTIMO RECURSO (Ángel Saiz Mora)
Los ánimos se habían tensado hasta el límite. Las posturas estaban cada vez más enconadas. Con el país dividido en dos grupos, el resentimiento crecía por instantes. Todo apuntaba a un choque de consecuencias imprevisibles.
En medio de aquel clima prebélico, un grupo de personas sensatas de uno y otro bando, reunidas en secreto, idearon un plan tan ambicioso como disparatado.
Convocar a los dos dirigentes en un mismo cuarto fue lo más sencillo. Solo tuvieron que hacerles creer, con engaños, que el otro iba a renunciar a su postura.
Contratar al profesional más cualificado, el único capaz de ejecutar un trabajo de tal precisión resultó, sin embargo, una tarea ardua. Fue muy complicado localizarle.
Desde una posición lejana, oculto para no ser visto, el tirador apuntó a un corazón, luego a otro. Era difícil saber si los disparos habían sido certeros.
Poco después alguien anunció una rueda de prensa conjunta. Los líderes irreconciliables, sin pudor ni mediar palabras, se besaron en la boca. La escena de ardor inesperado recorrió el planeta. Le siguió la firma de un acuerdo.
En medio de la sorpresa nadie vio marcharse a un niño desnudo con alas, un arco y flechas.
¡Qué tierno resulta el Cupido alejándose, después de haber hecho su trabajo! Muy bueno, Ángel, y muy original tratamiento de una temática que, inevitablemente, parece llevarnos al terreno de la actualidad española. También me recuerda esos grandes murales en los que se besaban grandes mandatarios internacionales y que tanta polémica causaron, en su momento. Desde luego, si hubiese más amor repartido por el mundo, todo iría mucho mejor. Felicidades, amigo.
Un beso tiene un poder inmenso. Esa imagen histórica a la que aludes, de los líderes rusos con sus bocas unidas, es un ejemplo de cómo un gesto puede limar todas las asperezas. A grandes males, grandes remedios. Qué bien vendría un toque de magia a veces, cuando las situaciones se ponen tan tensas. Lo bueno de la literatura y de la imaginación es que todo lo hace posible. Lo que en la realidad puede parecer algo ingenuo, sobre el papel se convierte en un vuelco que propicia un final feliz. Quizá, en algunos casos, un beso ardoroso sea un exceso, pero nunca lo es el entendimiento.
Muchas gracias, María José. Un abrazo
Y yo que veo tu relato factible y todo… fíjate, ya verás, mañana en las noticias fijo que sale, jeje. Un relato imaginativo de principio a fin, Ángel. Dulce, adictivo, tierno y con un trasfondo de profunda rebelión ante tanta estupidez humana. Un placer leerte y enhorabuena!
Has dado en el clavo, Alberto, al mencionar la rebelión ante la estupidez. El común de las gentes asisten atónitas y preocupadas a los enfrentamientos que fabrican los seres humanos, siempre tan complicados. Muchos son los casos a lo largo de la Historia en que una discrepancia absurda, un planteamiento equivocado que trata de imponerse a cualquier precio, provoca un conflicto de consecuencias imprevisibles. Este relato está un poco en esa línea, trata de ser un canto a la sensatez.
Agradezco mucho tus palabras y te mando un abrazo
Este texto denota tu gran maestría para fabular casi con cualquier cuestión, incluso con uno de los más tristes e insondables temas de nuestra actualidad cambiante. Comienzas introduciéndonos en una trama de espionaje, donde presenciamos como se las gastan en los sumideros del Estado, contratando, a escondidas, los servicios de un francotirador y, mediante quién sabe que ardides, haciendo que, al final, puedan reunirse los responsables del asunto. Ojalá todos los mercenarios fueran como tu Cupido. Así, seguramente, otro gallo cantaría; no solo el negro o el rojo. Tu relato es tan visual, en su «sencillez», que como le ocurre a María José, visualizo sin dificultad cada escena que nos presentas: Cupido apuntando, el beso de los dirigentes… Por cierto, si aquellos líderes comunistas se hubieran besado ayer y no hace casi cuarente años ¿Putin los encarcelaría por homosexuales? Lo que da para pensar la acción de un chaval en pelotas… Enhorabuena, Ángel. Un abrazo y suerte.
Cuando existen dos bandos, siempre hay personas sensatas en uno y en otro que hacen que la tensión no se desborde del todo, que creen en la cesión mutua para hallar un término medio que permita convivir. El problema es que la solución y la toma de decisiones no suele estar en su mano, sino en la de quien detenta el poder, que se ve sometido a fuertes presiones. Ojalá todos los francotiradores fueran como Cupido, que sus flechas se esparcieran por todas partes, para suavizar las tendencias radicales en las que se instalan algunos.
Ne alegro de que te haya gustado, Jesús. Mil gracias y un abrazo fuerte
Hola, Ángel.
Una propuesta la tuya conectada con la actualidad por motivo doble: el presente que políticamente conocemos todos y el tema del bimestre: la magia. Este Cupido metido a conciliador es, desde luego, casi lo más mágico que pueda uno imaginarse. Y está claro que a ti tal facultad te desborda por todos los lados y rincones, aunque sabes embridarla para que no se desborde. El texto va desenvolviendo la trama con mucho acierto y sosteniendo el interés del lector. Y la sorpresa nos las regalas con ese final en el que, inesperadamente, triunfa, se impone el amor: por ahí debería fluir la lógica del mundo. Un relato tremendamente bien escrito y complejo en su aparente sencillez, pues entiendo que está muy elaborada, muy trabajada. Y a fin de cuentas: un diez, seguramente el mejor texto tuyo que he leído en ENTC, por ahí hay otros muchos del máximo calibre. Pues a seguir, que para ti ya no es mejorar, creo, es mantener el nivel, lo cual resulta, empero, muy meritorio. Un abrazo muy fuerte. Quiero oírte por el REC.
Pensar que el amor, incluido el pasional, puede triunfar siempre, es pecar de exceso de inocencia, para qué vamos a engañarnos, pero nada perdemos con desear que se den las condiciones para la armonía entre las personas, para que los intereses y diferencias no sean abismos. Solo eso nos puede hacer progresar. Ya sabemos que el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor, no perdamos la esperanza de que la reflexión y el raciocinio frenen la locura y el enfrentamiento, aunque ello suponga una quimera.
Tus elogios son inmerecidos pero agradezco mucho tu amable comentario, Eduardo.
Un abrazo grande y gracias otra vez
Buenísimo, me ha encantadoy es porque estoy de acuerdo y pienso que nadie que no sea un ángel de amor puede acercar posturas. El ser humano y su ego, cuántos tropiezos sobre la misma piedra.
Feliz tarde Ángel ¿con flechas? Jajaja.
Como dice el dicho, «el amor mueve montañas». Ya que, en realidad, no podemos recurrir a Cupido aunque queramos, quizá sea mucho pedir que de una enemistad irreconciliable surja un sentimiento pasional que suavice todas las asperezas. Nos conformaríamos, en muchos casos, con un poco de cesión mutua y voluntad de entendimiento dentro del orden y el respeto, sin trampas y sin saltarse las reglas. Por lo demás me temo que de ángel solo tengo el nombre, Mercedes.
Muchas gracias, buena tarde también para ti y un abrazo
Grandísimo relato, escrito con una maestría de la que pocos son capaces.
Ojalá fuera tan fácil hacer entrar en razón a los que llevan la sinrazón por bandera.
No hay duda que necesitamos muchos Cupidos.
Un abrazo, amigo Ángel.
Un ejército de Cupidos harían falta para que regresase el sentido común a muchas personas y fuesen capaces de empatizar con los que tienen tan cerca, y parecen tan lejos Es demasiada la sinrazón y a veces parece que no puede haber más remedio que la aplicación de drásticas medidas mágicas, ojalá fuese un recurso, aunque fuera el último.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Pablo.
Un abrazo, amigo
Ángel, con pinceladas sutiles; cargadas de ritmo y precisión nos llevas por esta historia, con la actualidad de telón de fondo, de la mano; en un pacifico -todos a una-. Suerte y saludos
Es curioso que en ningún momento hago mención expresa a situaciones concretas que puedan darse en la realidad, pero ya ha habido unas cuantas lecturas que así lo han creído y, si es así, quién soy yo para negarlo. En estos momentos y en otros, nos vendrían bien unos cuantos cupidos y, sobre todo, ese «pacífico todos a una» que tan bien apuntas.
Muchas gracias y saludos, Calamanda
Un relato que nos recuerda la importancia de los gestos, de la magia y de las emociones. Los diferentes caminos nunca pueden surcar paralelos hacia el infinito. La palabra debe tender puentes, y la inteligencia, apuntalarlos. Muy buen micro, Ángel, con un toque de tierno humor. Abrazos y suerte.
Tu comentario no tiene desperdicio, de verdad. Lo he leído varias veces a la vez que asentía con la cabeza, y no descarto volverlo a hacer. Que este relato suscite tan buenos pensamientos me llena de satisfacción, aunque el mérito, claro está, es tuyo.
Muchas gracias, Salvador. Abrazos
Por tus escritos se nota que eres una persona sensible, educada y buena. Creo que en estos tiempos convulsos se debe reivindicar la bondad que nace de dentro y se expresa en los gestos, en las palabras, en el hacer la vida más amable a los demás. Además, eres un gran escritor y este cuento lo reitera.
Ojalá los seres alados visitaran con mayor frecuencia las redes sociales, las políticas e incluso las reuniones de vecinos.
Todos tenemos nuestro lado oscuro, Paloma, será por eso que también he creado relatos sobre psicópatas y otros personajes implacables, aunque solo sea como ejercicio y por aquello de cambiar de registro. Admitido esto, quiero decirte que estoy de acuerdo contigo en que la actitud de hacer la vida mas amable a los demás no es poca cosa, a veces es suficiente una sonrisa. No vamos a cambiar el mundo con ello, pero si podemos sosegar un poco su convulsión constante, siquiera por un momento, sin añadir más gasolina a los incendios que siempre existen. La vida es muy corta para pasarla en una confrontación continua.
Por lo demás, te confieso que una de mis peores pesadillas es la de ser presidente de mi comunidad de vecinos.
Mil gracias, Paloma así da gusto escribir. Un abrazo grande
Ya nos gustaría que fuera posible poder contratar los servicios de un francotirador así de especial y de eficaz, trabajo no iba a faltarle, otra cosa es que tuviese flechas para tantos corazones belicosos y enconados como existen. El amor es el mejor pacificador, suaviza y elimina toda aspereza. Será pecar de ingenuidad, pero qué mejor lema que desear paz y bien.
Muchas gracias, Juan, por tu visita y tus palabras, siempre llenas de interés. Un abrazo
Yo le ví, ese ángel era Ángel Sáiz. No podía ser otro.
Genial, amigo.
Mucha suerte.
En mi caso, lo del nombre es pura coincidencia, pero agradezco tus palabras, Rafa.
Muchas gracias y un abrazo, amigo
Como bien dejas apuntado, ese crío es difícil de encontrar. Sobre todo ultimamente. Quizá por eso tu propuesta es doblemente gratificante. Por el placer de leerla, por un lado, y por el de comprobar, por otro, que aún queda gente en estos tiempos tan difíciles que aún apuesta por el amor, o por todos los buenos sentimientos en general, que eso es lo que creo que quieres decir a fin de cuentas con esta delicia de relato. Me encanta además que los artífices de la idea provengan cada uno de un bando, algo que pone de manifiesto una vez más que lo tuyo no sólo son buenas intenciones, sino también gran capacidad de análisis y sentido constructivo, cosas todas ellas de las que parecen carecer la inmensa mayoría de nuestros dirigentes.
Así que te mando mi más sincera enhorabuena y, con ella, mi admiración y un fuerte abrazo, amigo Ángel.
Encontrar a un personaje de ficción es una quimera, no vamos a engañarnos, pero no debería serlo hallar a personas sensatas, cuando el mundo está lleno de ellas, lo que ocurre es que se las escucha poco, no son amantes del protagonismo, mientras que los más necios atosigan un día sí y otro también con sus diversas monsergas, siempre estridentes. Se hace necesario reivindicar el sentido común colectivo, pues es la única esperanza de progresar, aunque decirlo sea más fácil que ponerlo en práctica.
Para admiración la que yo te tengo, Enrique, te lo puedo asegurar.
Un abrazo fuerte, amigo
Un francotirador más que certero… ¡Y que es un primor! Te confieso que empecé a maliciar de quién se trataba cuando reparé en el detalle de los dos corazones y el posterior beso en la boca, pero eso no disminuyó un ápice mi disfrute ni la precisión quirúrgica con que se nota que fue construido el relato.
Una delicia, realmente.
Mis felicitaciones al cirujano, que se ve que es todo un ÁNGEL. 😉
Cariños,
MAB
Este francotirador sabe hacer su trabajo. Como bien dices, es certero, además de silencioso. Solo que él y sus métodos son tan conocidos que resulta difícil, en cuanto actúa, que no se revele su identidad, es lo que ocurre con los personajes míticos. En todo caso, el mérito es suyo por completo, yo solo soy un imperfecto cronista de una de sus muchas andanzas.
Mil gracias, Mariángeles. Tú sí que eres un ángel. Un abrazo
Hola Ángel. No te descubro nada nuevo si te digo que tienes en mí un admirador de tu arte. Tus flechas, cual munición de Cupido, son las palabras y las frases que magistralmente juntas para enamorarnos más de tu Literatura con cada nuevo relato. Enhorabuena por tu magia. Un encantado abrazo.
No sé cómo denominarlo, si afán permanente de hacerlo mejor o simple inseguridad, pero te aseguro que nunca estoy convencido de si mis propuestas tienen verdadero valor. Leer un comentario como el tuyo me anima a seguir en la misma línea, la de lidiar entre el aprendizaje constante y la inseguridad.
Yo también te sigo con todo interés.
Agradezco mucho tus palabras.
Otro abrazo para ti
A ver… Seguro que ya lo habrá apuntado alguien por ahí arriba: yo no pude evitar ver a Rajoy y a Puigdemont comiéndose el morro. No imagino mejor intermediario que el D. Cupido ese.
Muy buen texto, como de costumbre.
El que mencionas es un conflicto que tenemos muy presente, aunque el texto podría ser aplicable a todo tipo de enfrentamientos que, por desgracia, parecen innatos en los hombres. Somos complejos, en muchas ocasiones nos cuesta convivir. Ya que no parecemos capaces, muchas veces, de llegar a deseables entendimientos, un poco de ayuda sobrenatural nos vendría bien.
Gracias y un abrazo, Edita
Ángel, muy buen desenlace. Cuando pensaba que lo que querian es matar a los líderes, resulta que el que dispara no es otro que Cupido. Buen texto amigo.
Un abrazo
Ya estamos todos un poco hartos de enfrentamientos agrios y violencias. Siempre será mejor el amor, en cualquiera de sus formas. Si Cupido existiera no tendría flechas para tantos objetivos que lo necesitan.
Muchas gracias, Blanca. Un abrazo
Cuando los conflictos políticos crecen y no se encuentra más que un clima prebélico, lo más sensato es recurrir a esos gestos y actitudes que acercan posturas. Si Cupido puede intervenir e infundir amor, estamos salvados. Más corazón y más sensatez (y honradez) les hace falta a nuestros mandatarios.
Me ha encantado ese beso final.
Magnífica reivindicación y fabulación, Ángel. Un abrazo.
En todas las relaciones humanas, a nivel individual o colectivo, cuando se producen posturas enconadas solo hay dos cosas que hacer para desatascar situaciones: La primera, ser capaz de renunciar a algo en beneficio de la otra parte; la segunda, dar el primer paso. Cuando nadie está dispuesto, solo quedaría recurrir a un ser mágico, para suavizar lo que parecía imposible.
Gracias, Carmen. Un abrazo
Un «último recurso» encantador, tierno, inteligente, increíblemente diestro con su «arma». Como tú lo eres con tus letras, Ángel (nuestro ÁNGEL con mayúsculas).
Un abrazoooo grande para ti
Ojalá todos los disparos fueran así de certeros y beneficiosos. Que más quisiéramos que aún quedase un recurso efectivo cuando todo falla.
Muchas gracias y otro abrazo grande para ti, Amparo
Inevitable llevar tu relato a la realidad. E inevitable reflexionar acerca de las soluciones no violentas posibles a todo conflicto. Tu último recurso es tierno, simpático. Pero sobre todo, y creo que eso es lo más importante, invita a pensar y relativizar las cosas. Mucha suerte, Ángel. Un abrazo
También es inevitable, por desgracia, la existencia de conflictos enquistados, unos vienen de lejos, otros son más recientes, pero qué difícil resulta a veces hallar el término medio. Como bien dices, primero habría que desfruncir los ceños; quizá, a partir de ahí, se vería alguna salida, siempre las hay.
Gracias por tu visita, Patricia. Un abrazo
Una genial vuelta de tuerca al «haz el amor y no la guerra», pero en vez de entre acordes de música psicodélica, diademas de flores y humo de mariguana, en una sala de reuniones y con rueda de prensa final. Tal vez hayas dado, de una vez por todas, con la solución para encontrar la paz mundial. Enhorabuena Ángel y mucha suerte!!
Un abrazo!!
Si los grandes conflictos, los que no parecen tener solución clara, pudieran resolverse con algo tan sencillo como recurrir a Cupido ya se le habría ocurrido a alguien, el problema es que se trata de un ser mágico y, por desgracia, ficticio, ya nos gustaría que existiera.
Muchas gracias, Juancho.
Otro abrazo para ti
¡Qué tierno! Y vaya giro, aunque la solución de acabar con ellos me parecía adecuada, hartos ya de tanto disparate, nos sorprendes. Hay que ver como nos está afectando la situación que hasta influye en los temas. Suerte.
Al escribir se crean mundos y situaciones nuevas, pero siempre emanan de la realidad. Cuando ésta nos supera, la ficción, aunque poco solucione, puede servir de pequeña salida para suavizar tanta dureza.
Muchas gracias, Javier. Un abrazo
Quizá sea el último recurso, pero si sale bien es sin duda el más efectivo, y a veces el único válido. Si además se cuenta con humor y con ese derroche de bondad que te caracteriza, Ángel, es incluso mejor.
Saludos y mucha suerte.
Cuando los recursos humanos fallan solo quedan los divinos o los mágicos. Quizá sea pecar de inocencia concebir que los enfrentamientos pueden solucionarse de un plumazo, pero soñar no cuesta nada. El humor que no falte.
Muchas gracias por tu visita, Rafa, y muchos saludos
Hasta el final evitar naufragar. Ángel,un relato en que los dioses ayudan a enfrentar tanta tontería. Lo del beso genial.
Un cálido abrazo.
Antes de que ocurra el naufragio hay que agarrarse a un clavo que arde. Ojalá los dioses, los hados o la magia pudieran poner un poquito de orden en algunas ocasiones.
Muchas gracias, María
Otro abrazo para ti
Si es que Cupido es capaz de cualquier cosa. Bien podía ir haciendo pinitos en estos días que corremos.
Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Siempre le hemos necesitado, pero últimamente más que nunca. Si ese angelote no existe, habrá que inventarlo.
Agradezco mucho tu vista y tus palabras.
Besos y felices fiestas, Nani
Me encanta!!!
Necesitamos un montón de flechas como esas.
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO
Si que las necesitamos, Isabel. Y, si no existen, al menos que haya personas sensatas capaces de intervenir para desatascar conflictos enquistados.
Muchas gracias, Isabel, un abrazo y felices fiestas
Bien parábola, o bien metáfora, el tierno atentado cometido por Cupido, hace estallar su mensaje de diálogo en un momento (aunque tratándose de este, nuestro mundo, cualquier momento parece el mismo)en que tan necesitados estamos de ello; además de unas fechas que se presentan proclives, en las que, cuando menos, habría que dar una oportunidad al otro, escuchar sus razones, reflexionar y proponer soluciones conjuntas. En definitiva, lo que sencilla y sensatamente, nos propones y, que así, mecidos por el encanto del cuento (valga la redundancia) tan obvio parece.
Que el mundo nació tuerto y lo dirigen ciegos de entendederas es algo que no vamos a descubrir a estas alturas, pero si que debemos seguir pidiendo y proclamando la Cordura y el Amor, como bienes universales que estrechen vínculos entre todos los miembros de esta desnortada Humanidad.
Un cuento donde el planteamiento parece apuntar a lo violento y nos sorprende, mediante un atentado de ternura, con que solo apunta a los sentimientos, que en cada persona, atesora su corazón.
Ángel, mis mejores deseo para que tengas un Feliz 2018, lleno de magia en lo personal e inspiración en tus letras. Con un abrazo, también, mi agradecimiento por tu comentario a mi relato.
Tierno atentado el de Cupido, como bien dices, ojalá toda la violencia fuera como la suya, el problema es que él ni es humano ni es de este mundo. En esta época de buenos deseos, en unos días en los que parece que hay una cierta tregua, intentamos mantener la ilusión de que los conflictos podrían resolverse y no enconarse, aunque nos dura poco, la realidad se impone y pocas veces es amable.
No sabes cuánto agradezco tus comentarios, al igual que tus relatos, siempre tan edificantes. «Magia en lo personal e inspiración en las letras», son unos deseos ideales que espero que también se cumplan en tu caso, doy fe de que lo mereces.
Gracias otra vez, Manuel, un abrazo grande y feliz entrada y salida de año
Hola, Ángel. Sé que leyendo tu relato tenía que haber tenido en la mente otra imagen, pero en lo primero que he pensado es en la famosa escena de la película “ De aquí a la eternidad”
Soy romántica, fan de cupido… y de ti por supuesto.
Un abrazo y el deseo de que el nuevo año sea perfecto.
Un beso es la expresión máxima del afecto, del cariño, de la pasión, son un momento mágico en sí mismo, con la mediación previa de Cupido o sin ella. La escena a la que aludes, que se recuerda y perdura en el tiempo, es un buen ejemplo.
Muchas gracias, Inés, otro abrazo para ti y mis mejores deseos en el nuevo año
Precioso, Ángel. A ver si algunos toman nota. Aunque me temo que cuando las ideas se fanatizan y se anteponen a las personas, cunde la sinrazón y cuesta recuperar el respeto y la tolerancia. ¡Bien por ese Cupido conciliador! Enhorabuena y lo mejor para el 2018. Un abrazo.
Ojalá fuera posible recurrir a la magia cuando todo se pone tan negro, no hay nada peor que la falta de entendimiento y la ausencia absoluta de empatía.
Muchas gracias, Juana. También te deseo lo mejor en 2018 y más allá.
Un abrazo