18. Un consuelo en tres actos (Antonio Bolant)
«Hoy de nuevo me conformé
tan sólo con verte pasar.
¡Qué pobre consuelo soñar
sobre este trozo de papel!:»
Acto I. Deseo
Como una yerma marioneta, aguardo desde la distancia espesa un guiño que me alce, que lances un beso desnudo a este sapo sin princesa.
Porque ante ti quedo mudo, esperando que mi temor se desarme, aplastado bajo inviernos de disimulo, con insomnios que reprocharme. Tantas veces moribundo, siempre cobarde.
Acto II. Incertidumbre
Traicioné a mi razón cuando, sin su consentimiento, descubrí la fascinación que a escondidas palpitaba. Ahora, con la suerte echada, espero tu reacción, mientras el tiempo, espeso, se para.
“Perdona mi atrevimiento”, me adelanté como una bala, temiendo de tu boca una contestación que, tal era mi aturdimiento, en tu mirada creí ver reflejada.
Acto III. Respuesta
Debes saber que estoy casada, que quede bien entendido. Pero cuando me sigues con la mirada… ufff!, me olvido de que tengo marido.
Tuyas serán mis caderas si me prestas tu corazón, dejémonos ya de esperas. Entre la indiferencia y esta vibración, que se quede mi esposo con la primera.
«Y hasta aquí la ficción
del cobarde que escribe,
al que su miedo inhibe
lo que exprime su corazón.»
El que la sigue, la consigue suelen algunos decir, aunque en ocasiones, no siendo en la ficción, el ansiado resultado no se llegue a producir. Me temo que mis ripios no alcanzan ni el polvo de tu suela, Pobre de aquel que con tan bajos anhelos se consuela. Perdona este poético desliz, mucho me ha gustado, pero me he quedado mudo o alelado, y no se que más decir.
Sin bromas, me gusta por su singularidad y perfección en la escritura. Enhorabuena, Antonio. Suerte y saludos.
Hola, Antonio.
La poesía la tenías reservada, tunante, para esta otra sede. ¿Un escritor enamorado? ¿O un escritor que persigue el favor de una de las Musas? Tanto da. Los versos son espléndidos al igual que la prosa poética. Y un final al modo y manera de las fábulas. Me ha encantado tu propuesta, me ha gustado mucho. Un abrazote.
Últimamente, Antonio, tengo la impresión de que cultivas diferentes registros y no paras de experimentar, que al huir de cualquier posible anquilosamiento tu campo se amplía y llega a cualquier recoveco.
Al leer tu relato, que lo es aunque su tono poético pueda inducir a pensar que se trata de otro género, me ha recordado lo que Julio Caro Baroja vino en llamar «literatura de cordel», también denominada popularmente cantares de ciego, una literatura para gente humilde, recitada en las plazas, acompañada de ilustraciones y puntero.
Una historia que podría haber sido contada de muchas maneras, pero tú has elegido una forma valiente, fuera de las convenciones que podríamos esperar.
Es fácil empatizar con el personaje principal, alegrarse de que finalmente deje de ser un sapo sin princesa
Un abrazo fuerte, Antonio. Suerte
Para el amor no hay muro que se ponga por delante, ni un marido. Me gusta la insistencia poética del personaje, que parece que va dejando ya de ser sapo sin princesa. Me ha gustado mucho tu forma de narrar la historia.
Mucha suerte, Antonio. Besotes.
Subvertir los géneros es de osado o de imprudente, según dicen, y si es así, nos hallamos ante el más osado contorsionista de la expresión, que dado al bello decir de la poesía narrada, fabula en estructura teatral monologada la dicha de un amor imposible conquistado.
Creo que esta alquimia de creador inspirado, es néctar y también poción de palabra. Que le pregunten al sapo si no, que pasó de títere de función a ser el rey de la representación.
Pura creación híbrida. No paras de sorprender, Antonio. Un abrazo.
Antonio, muy egadiza tu forma de llevarnos por el relato. Suerte y saludos
Poesía con alma de antaño, un escritor que en la realidad reprime su emociones y sobre el papel su corazón desangra. Mis comentarios a tus relatos siempre acaban de la misma forma, y es que no sé mentir, Antonio, me ha encantado. Abrazos y suerte.
Tres actos escritos con maestría, un sapo sin princesa y una historia casi versada que encandila en su lectura.
Una maravilla leerte Antonio. Un beso.
Antonio, nunca defraudas. Poético y original. Enhorabuena.
Besos
No se te puede dejar solo, Antonio. ¡La que has liado! Y no estoy pensando en el marido precisamente.
Un placer, como siempre.