69. UN DÓLAR MENOS, UN DÓLAR MÁS (Beto Monte Ros)
Fue dejado junto a un hombre que extendía su mano, sentado en la acera; quien, por un breve instante, lo acarició con sus dedos sucios y lo llevó al bar de la esquina, allí lo recibieron con indiferencia y lo entregaron al último borracho de la noche. Un proxeneta lo encontró escondido entre las tetas de una chica con acento extranjero que, buscando una buena vida, encontró un burdel de mala muerte. Lo apartaron de ella con violencia y fue acogido en el bajo mundo.
Era muy eficaz circulando entre drogadictos, traficantes, coyotes y policías; navegó por ríos de sangre, codo a codo con la muerte, hasta que, en un intercambio de favores, pudo emigrar al alto mundo a donde llegó cubierto de polvo. Un señor de aspecto distinguido lo recibió con una sonrisa y prometió ocultarlo, tan pronto regresara de Disney, a donde iría de vacaciones con sus hijos; entonces lo lavaría y lo pondría a descansar, con otros de su clase, en una mullida cuenta de banco.
Hola, Beto.
Como en la peli, la muerte tenía un precio. Curiosa o fascinante la peripecia de este hombre. Pero tu texto no se queda ahí el texto, el relato avanza a golpe de malos pasos, de tropezones, a quedarse por mor de otras manos más frío que el polo (bueno, casi). Esto era previsible en muy cierto modo, hasta que el desenlace convierte a esta narración en memorable. El alto mundo, la pasta gansa, el reposo que no el repaso, y esa finísima ironía del sátrapa yéndose al mundo de Disney, tan inocente él, como el que no quiere la cosa. Un texto el tuyo más que notable. Enhorabuena. Un abrazote.
Hola Martin, aunque no es un hombre el que ejecuta todas esas peripecias, te digo que mi intención al escribirlo era engañar y confundir, un poco. Agradezco tus amables palabras y sobre todo ese calificativo de “memorable”. Muchas gracias.
Saludos.
Has conseguido engañarme totalmente e, incluso, intrigarme hasta el final.
Edita, mi intención era esa, engañar. Me alegra haberlo logrado con usted, pero si también la he intrigado es eso un punto añadido. Gracias por su lectura y comentario.
Saludos.
Personas marcadas desde el origen, de entrada, de serie, que terminan por saber sobrevivir en diferentes infiernos de eso que llaman bajo mundo. Cuando logran cambiar de dimensión, dentro del mismo planeta, pero en un universo diferente, su situación tampoco mejora aunque lo parezca. Hagan lo que hagan, vayan donde vayan, llevan grabado a fuego la desdicha inicial.
Un abrazo, Beto. Suerte
Tienes razón Ángel hay personas y algunas cosas, como el dinero, que tienen sus vidas predestinadas. Aunque el destino de las personas es menos predecible, todos sabemos que el dinero seguirá su curso natural y terminara en las manos del menos escrupuloso o del más rico que, a veces, son los mismos. Gracias por acercarte, de nuevo, hasta mi relato.
Saludos.
Pues sí que da de sí la vida de ese billete. Como para escribir varios relatos de lo más emocionante y, seguramente, teñidos de sordidez. Me ha gustado, Beto. Saludos y suerte.
Pues sí, Jesús, esos billetes que pasan de una mano a otra van dejando tras de ellos muchas historias, no siempre bonitas. Yo he imaginado una un poco sórdida, me alegra que te haya gustado. Muchas gracias.
Saludos.
Beto, original forma de tocar este tema. Nos obliga a seguir su trepidante periplo hasta ese final redondo. Suerte y saludos
Calamanda, como siempre, usted es muy amable con su comentario, me complace que el final haya llamado su atención. Gracias por la lectura.
Saludos.
Beto, muy original relato. Ese viaje del dolar que pasa de los suburbios más sórdidos a la vida de alta clase.
Suerte
Hola Blanca. Un acto de generosidad ha desencadenado una serie de circunstancias que han llevado a ese billete a emigrar de un punto a otro en el entorno de lo más oscuro de la naturaleza humana, así lo he visualizado y me complace que usted piense que es original. Muchas gracias.
Saludos.
Beto, seguir el rastro de ese dolar inquieto resulta interesante, cuanto menos. Su camino tortuoso no parece que acabe con el «descanso» en un buen lugar, con ser utilizado para una buena causa. Me ha parecido muy original el tema y muy bien llevado.
Un abrazo navideño.
María José, me parece que las manos a donde fue a caer ese dólar nunca lo sacaran a dar un paseo por “una buena causa”. Gracias por acercarse a mi relato, me alegra que lo encuentre original; también le deseo un buen año 2017 y felices fiestas.
Saludos.
Me gusta, Beto, la forma cómo escondes tus intenciones y el fondo que revela ese final.
Dos deseos: que tu trabajo descanse mullidito en un buen lugar y que tengas una feliz entrada de año.
Un abrazo, amigo.
Hola Rosy, me alegra que le guste. Mi propósito era ese, no revelar al personaje hasta el final; a pesar del título. También le deseo que tenga un estupendo 2017 y siga manteniendo esa gran imaginación para crear magníficos relatos. Un abrazo desde el calor del caribe, muchas gracias.
Saludos.
El dinero, ese vil concertista que nos hace bailar a su son: en las necesidades primarias y en los deseos mundanos. Un viaje por una realidad materialista que nos hace vulnerables a su poder. Muy bueno, Beto. Un fuerte abrazo y feliz 2017.
Un enfoque muy original para el tema de esta convocatoria, Beto. Un dollar, pasando de mano en mano. Me ha hecho pensar en aquella copla que decía algo así «como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda». Lo curioso, en este caso es pensar en que el mismo dollar que sirve al principio para proporcionar algo de sustento a un mendigo, circula tiempo después entre traficantes y acaba, al fin en la cartera de un padre de familia que lleva a sus hijos a un parque de atracciones, en una cuenta bancaria. El dinero no tiene alma, parece que nos dices de manera sutil.
Mucha suerte y un abrazo,