23. Un éxito
Su atracción sexual siempre ha campado en el desierto y no lo escondió al fluctuar nuestros momentos en paralelo.
Cuando me mira sonriente al probar mi tortilla de patatas, sin cebolla, siento un orgasmo que no sé si es oculto o aprendido.
No rehúye el contacto, amanecemos abrazados a menudo, me aprieta la mano en esos momentos de las pelis de terror o nos damos masajes con alcohol de romero en la espalda dolorosa.
El once de noviembre pasado, vino a decirme que quería probar, que si no era conmigo no sería con nadie. No pude negarme porque sé cuando está convencida de algo.
Lo fui todo, delicado y contundente. Lamí su boca y mordí su lengua, junté sus dos pezones en una succión, le puse mermelada de vino en el coño antes de comérselo con delirio y luego la penetré a cuatro patas mientras le contaba la historia de dos amantes que retozaban escondidos en un bosque otoñal.
Hubo un final en el que acabé sudoroso y exhausto.
Hubo un final silencioso, tras el cual ella me confesó que no le había gustado.
Redoble de tambores. Seguía siendo ella.
Los éxitos pueden no ser completos, plenos, porque la perfección no existe. La intención, la actitud, la entrega y la unión es lo que cuenta, el resto son detalles.
Un relato intenso y sin tapujos, sincero y con ínfulas de autenticidad. Hay muchas formas de dicha y muchos mundos diferentes, también múltiples y personales paraísos.
Un abrazo y suerte, Javier
…el resto son detalles. Ese es el tema, lo convencional ni viene a ser necesario ni perfecto.
…sin tapujos. Creí que era lo que hacía el relato más creible.
Gracias, Ángel, siempre abrazos.
Era de esperar que no le gustase porque la tortilla la prefiere sin cebolla… 😉
Bromas aparte, un relato muy realista. Para gustos, colores; para amores, también. Me ha gustado esa narración intensa y fría a la vez. Suerte y abrazos, Javier.
…para gustos. Una pena que no todo el mundo lo entienda. La esencia del respeto.
…narración intensa. Sin ella no pensé que el relato no tenía sentido.
Gracias, Rafael, mis abrazos.