107. Un laberinto romano.
El Dios romano de la guerra, le obligó a nacer.Con actitud triste, aquel alma obedeció.
Antes de partir prometió a su amada volver en breve . Infructuosamente ,luchó por no experimentar una primera bocanada de aire. Su instinto lo alertaba del peligro que entrañaba aquel nuevo lugar de tierras movedizas, pero no podía resistirse , alguien acababa de amarrarle con un dorsal, y desde fuera tensaba la cuerda .Quisiera o no, tendría que empezar una impuesta carrera laberíntica, donde la mejor de las opciones, sería andar, o dejarse llevar. Un llanto de vida aviso de su llegada.
El niño se hizo un hombre, ambicioso de deseos, loco por buscar palabras perdidas y posibilidades remotas, en las que adivinar misterios escondidos bajo cuartos oscuros. Su adolescencia trascurrió entre estrechos callejones llenos de espejos cóncavos y provenzales campos, con encrucijadas de gigantes que borraban de su ser el recuerdo de aquella alma, sentenciada al triste olvido.
Años después eligió dejarse llevar, consiguiendo así mitigar la soledad y lograr olvidar el hilo invisible que arrastraba desde antes de nacer, dando esquinazo a las tres Parcas.
Las huellas llenas de emociones, sensaciones y nostalgias, ya fueron pisadas, y las actuales huellas lo hacían sentir como un vulgar espectador del teatro de su vida . Se sintió mal, y se durmió. Soñó que volaba hacia ese lugar donde las promesas se cumplen.
Parece que es la vida del antihéroe, una vida dura y pesarosa llena de confusiones. Suerte con tu relato Ely.
Abrazos
Gracias Manuel, me gusta tu comentario, llegué a pensar que nadie leería mi relato. En la edición salió por defecto el no poder comentar, y hasta ayer no supe cambiar dicha opción. Soy novata en ENTC. Ayer pasé por tu blog «Montesinadas»,y esta genial. Un beso.
Hola, Ely, veo que te gusta la mitología y, más aún, que la dominas. Yo también te deseo suerte y te doy la bienvenida, si como dices es tu primer relato.
gracias Lorenzo. Un saludo.