116. “Un soliloquio optimista” Elysa Brioa
En esta oscuridad en la que habito, solo puedo dedicarme a recordar. Rememoro el tiempo en que solo era capaz de susurrar siempre las mismas palabras: ¡ay, qué larga es esta vida! Era mi mantra, un suspiro hondo que me ahogaba el alma y me impedía ver el sol que me daba calor, la lluvia que alimentaba la tierra o el amor de los míos que me envolvía en una crisálida de cariño. Estaba ciego, era incapaz de disfrutar y solo sabía quejarme, de mi mala suerte en el trabajo, de mi falta de expectativas, de mi mujer, de mis hijos… Ahora que vivo en esta negrura he aprendido a valorar todas esas cosas, pero ya no puedo demostrar que he cambiado. Lo único que tengo aquí es tiempo, mucho, tanto que a veces vuelve mi antiguo yo a recordarme que resido bajo dos palmos de tierra. Pero no le dejo ganar, no, he practicado eso de ver la botella medio llena y me estoy convirtiendo en un optimista, al menos no me han incinerado.
Elysa, qué historia con final increible incluido. Original forma de contarla. Suerte y saludos
Elysa, un relato que llevas al límite con ese final claustrofóbico que logra ensalzar aún más las reflexiones que vas dejando por el camino y que vamos recogiendo a medida que tenemos una visión más amplia con la lectura completa. Me parece muy original y lleno del savoir faire que impregna todos tus relatos. Mucha suerte 🙂