UN VUELO DE REGRESO
Alguna vez había oído que un nido de golondrinas en tu balcón llevaba buena suerte a tu casa, por eso y porque la multa no era una opción, cuando oí trisar a aquella pareja de elegantes pájaros sonreí, la primavera me alegraba el ánimo y los pequeños polluelos, a los que bauticé, entretenían mis días.
Antes del mes los vi volar fuera del nido ..…a todos menos a ella; tenía el plumaje negro y blanco como sus hermanos, pero un mechón azul índigo coronaba su cabeza.
Un empujoncito y su precioso vuelo planeado la llevó hacia tierras lejanas.
Pasó el invierno y cuando el sol empezó a ganar terreno, golpeando feliz los cristales de la ventana, cumplidos sus sueños y los míos, allí estaba de nuevo, ¡mi Emperatriz!.

