20. Una duda razonable
Yo tengo un gato y un perro. En un alarde de ingenio, le llamé Perro al gato y al perro Gato, pero cuando llamaba a Perro venía el perro y cuando llamaba al gato venía Gato. Llegué a ir a un etólogo, pero nada.
De repente, cuando llamaba a Gato venían el perro y el gato, y cuando llamaba a Perro, lo mismo.
Ya me había hecho a la costumbre, pero volvimos al principio, si llamaba a Gato venía el gato y si llamaba a Perro venía el perro.
Al tiempo todo se enloqueció, y si llamaba a Perro igual venía el gato que el perro y si llamaba a Gato seguían siendo imprevisibles.
Luego, probé a llamar a Perro y Gato a la vez, pero solo venía el perro o el gato, me miraba unos segundos y se iba.
Más tarde, cuando llamaba a Gato, igual oía por la casa un maullido que un ladrido, pero nadie venía, y si llamaba a Perro la cosa no cambiaba.
Ahora, cuando llamo a Perro o Gato, ni se oye nada ni aparece ninguno.
Ya he decidido cambiar al etólogo por el psicólogo, para mí, por si me pasa algo raro.
Creo que llegas tarde para poder curarte sin medicación. Yo iría directamente al psiquiatra. Espléndido gatimatías el que nos presentas en medio de una gran canfusión. Muy ingenioso, Javier. Un saludo y suerte (con tus problemas).
Tranquilo, Jesús, ya me han recetado una azul, una rosa y una verde. Supongo que todo se normalizará.
Gracias por ver cierto ingenio donde no hay más que una mente descontrolada.
Saludos y abrazotes.
Hola, Javier.
Vaya, gracias a ti sé lo que es un etólogo, vía diccionario, claro: un veterinario especializado en trastornos del comportamiento animal. Y puede que hasta hayas inventado un nuevo género literario con este espléndido estirar el chicle, que a mí me gusta decir para denominar al nudo o núcleo de un texto narrativo. No sé lo que has hecho, cómo calificarlo; pero lo has hecho de maravilla, a mi entender. Me lo he pasado en grande leyéndote. Mi muy muy enhorabuena acompañada de un abrazote.
Que bueno, Martín, que te lo hayas pasado bien y me lances algunos comentarios que me alegran el día. Conectar con el lector siempre es un reto.
Mis abrazotes a tu amabilidad.
Hola Javier. Pues la verdad es que tu duda hace dudar bastante de todo el embrollo en que has metido a tu personaje; menos mal que existen etólogos, psicólogos y demás logos para estas situaciones. Ya nos contarás como se resuelve 😉 porque la intriga está servida.
Un saludo.
Hola, Manoli. La verdad es que es un lio que espero resolver y poder contártelo.
Besetes
Jajajaja mira que es difícil hacer reír con los cuentos… tú lo has logrado.
Gracias a ti despido es día de la mejor manera.
Suerte.
Que estupendo, Yolanda, lo que me dices. Si has despedido el día con una risa o sonrisa gracias a mi cuento ya me doy por pagado. La verdad es que yo también me he divertido mientras lo escribía.
Unos besos enormes.
Beethoven combinó cuatro notas para crear una sinfonía. A partir de cuatro palabras: «gato», «perro», «etólogo» y «psicólogo», tú has compuesto un relato de enredo muy divertido, en el que se nos transmiten las peripecias del protagonista, ese galimatías que le hace preguntarse al final si está bien de la cabeza, una duda de lo más razonable.
Un relato con muy buena pinta, para el que te deseo suerte y te mando un abrazo grande, amigo Javier
Ángel, me encanta que comentes lo de las cuatro palabras porque era el reto del relato. A veces puede parecer que no está pensado, pero tú lo has visto. Se me ocurrió y fue un reto. Ver que te ha gustado me hace pensar que por lo menos en parte lo conseguí.
Gracias, amigo, y un abrazo más grande para ti.
No me queda claro si el etólogo se llamaba Gato y el psicólogo Perro o al revés. 😉 En todo caso, un micro muy original y divertido. Yo, que escribo también cosas de humor, aprecio especialmente esta clase de relatos. Enhorabuena y suerte.
Gracias, José, yo ahora tampoco tengo nada claro, pero si te ha divertido un tanto, pues no veas como me alegro.
Abrazotes
Jajajaja me he reído de principio a fin, y he aprendido una nueva palabra: etólogo. Qué más puedo pedir?
Un abrazo, Javier y feliz año
Hola, Inés. Mi única pretensión era que supierais lo que es un etólogo, pero si además te has reido ¿Qué más puedo pedir?
Más abrazos y también feliz año para ti.
PD: No soy etólogo ni conozco a ninguno, pero se que existen por casualidad.
¡¡¡Juan!!! que chulo lo que me cuentas de tu hija, porque esa risa tenía que oirse y eso es algo que me deja anonadado, porque yo esperaba unas sonrisas, pero no tanto.
No necesito más triunfo que comentarios como el tuyo: Mi relato ha provocado una situación real en una casa familiar como la tuya.
Y no se entienda como orgullo sino como puro placer.
Abrazotes, y mira si hay conejos, perros o gatos en las chisteras.
¿Y si vas pidiendo cita para el psiquiatra, directamente? Igual nos hace precio… 😀 Tiene mucha gracia. Las repeticiones constantes, claramente adrede, acaban contagiando la locura del texto.
Pues nada, Edita, vamos a ver si nos hace un buen descuento.
Me alegra te haya hecho gracia. Y sí, claro que está pensado para ser una especie de contramicrorrelato ya que lo normal es intentar no repetir palabras.
Un beso
Genial relato embrollado como él solo. Me ha gustado mucho y me he divertido un montón tratando de imaginar la escena y esa cara cada vez más triste del dueño de los dos animalitos al ver su incansable fracaso. Ya solo faltaba descubrir que encima eran imaginarios… Mucha suerte Javier.
Saludos.
Que te hayas divertido, Maribel, no es poca cosa para mí. Eso sí, lo que más me gusta es que hayas sacado una conclusión que espero no sea la única porque pretendía que hubiera varias.
Un abrazo y gracias por tu agradable comentario.
Mi particular interpretación de tu divertido texto, Javier es: ¿por qué llamar de una única manera a las cosas, animales o personas? Hago una lectura basada en la falta de identidad, la desconexión entre cómo nos llaman o nos ven los demás y lo que sentimos realmente… Espero no resultar demasiado enrevesada. Ya sabes, cada lector ve algo distinto en un mismo texto. En lo que coincido con todos es que es hilarante y nos viene bien, siempre, una sonrisa o una risa, provocada por una buena lectura.
Un abrazo.
María José, en absoluto enrevesada, una lectura dentro de las posibles. Aparte de crear un micro que pudiera parecer algo original y que fuera divertido también esperaba que se viera entre sus lineas algo más. Ya me han dicho alguna otra interpretación, y en mi cabeza loca hay más.
Me has hecho recordar a Umberto Eco, que tal vez entre otras cosas nos decía eso, que por más que le cambiemos el nombre a la rosa no dejará de ser lo que es.
Me alegro de haberte sacado una sonrisa y a la vez que el texto te haya susurrado algún pensamiento.
Gracias con besos y abrazos
Un gran embrollo nada fàcil de galimatear con tan pocas palabras. Me has traído a la memoria a mi abuela y a las historias por el estilo que solía contar. Suerte !!
Bueno, bueno, Juan Antonio, esto si que no lo esperaba, traerle a alguien recuerdos de ese tipo, supongo que entrañables.
Gracias y muchos abrazos.
Además de la parte divertida, que la tiene y mucho, a mí me dice que las palabras crean mundo hasta el punto de que al veces, cuando queremos cambiar ese mundo que tenemos enquistado, no basta con cambiar las palabras. No sé si me explico, la verdad. Besos y suerte.
Ana, tú si te explicas, pero yo no te entiendo. Es broma. Aunque al quiste le llamemos pepitoria no deja de ser lo que es,y si queremos salir airosos no es tan fácil. Y no se ahora si yo me explico.
Gracias y un besazo
javier, bien construida tu historia y su moraleja. Suerte y saludos. Feliz 2017¡¡¡
Gracias, Calamanda, por tu amable comentario. Me encanta que te parezca bien construido porque a ello dedicamos mucho tiempo aunque no se lo parezca a los que no escriben micros.
Un abrazo
¡Qué bueno tu relato, Javier, cómo me he reído! ¡Suerte!Saludos.
Como negar, Ana, que uno de los objetivos del micro era que resultara divertido. Según me dices, para tí lo ha sido, osea que, encantado.
Besetes y gracias
Muy simpático el relato y original, aunque creo que después de leerlo voy a llamar al psicólogo .
Un abrazo
Gracias por tu apreciación, Blanca, y no dudes en llamar al psicólogo, también tienen derecho a vivir.
Besos
Javier, no estoy de acuerdo con todos los compis que dicen que si tal, que si cual. A mi no me ha gustado nada, media hora leyendo despacio para encontrar la solución del enigma y nada.
Luego, lo he ido escribiendo en cuartillas y nada.
Un abrazo, me he tomado la pastilla azul que tenía, a ver si me hace efec……………………………….
Estoy de acuerdo, Epifisis, a mí tampoco me gusta ni recuerdo haberlo escrito. Llevo días releyéndolo y buscándole la gracia que dicen unos y el sentido que le sacan otros, pero me hago el loco (¿me lo hago?) y les contesto amablemente tras tomarme la pastilla roja.
Abrazotes
Una locura de texto, de ir y venir o no aparecer, de llamar a pares, de maullidos que son ladridos…
Creo que todos deberíamos ir a un psicólogo o a un etólogo después de leer tu divertido y genial relato.
Un abrazo grande Javier.
Gracias, Mª Belén. Yo directamente me voy al etólogo, que todavía no lo he probado y tal vez haya sorpresas.
Mil besetes, amiga.
Muy divertido, Javier. Derrocha ingenio, ritmo y frescura. Saludos
Manuel, en una sola línea cuánto agradable me dices.
Abrazos y gracias.
Javier que genial enredo nos dejas, una maravilla leerte. Pero creo que no debes tener ni perros ni gatos, porque corréis un serio peligro de perder todos la identidad.
Me encantó, felicidades
Gracias, Asun, por el consejo, lo tendré en cuenta. Y encantado de que hayas disfrutado el enredo.
Abrazos
Ah, lo que daría por asistir a la consulta del psicólogo y ver cómo reacciona tu protagonista al descubrir que el psicólogo se llama Dr. Gato y su ayudante, Juan Perro.
Saludos, Javier.
Vaya, Carles, eso podría hundirlo en la miseria; no seas malo.
Un abrazo
Qué divertido relato, Javier. Me he reído con ganas. Es cierto que las palabras tienen el poder de cambiar las cosas y quizás era eso lo que pretendía tu personaje, más allá de la broma, crear otra realidad en la que gato y perro, Perro y Gato, fueran distintos e iguales. No sé? Ahí lo dejo.
Suerte y abrazo
Gracias, Anna, me alegra te haya divertido. Y sí, una de las intenciones era que cada cual pensara sobre la importancia del nombre de las cosas. También sobre la relación con los animales y otras cosillas.
Besos
Perro o Gato me lo he pasado muy bien. Suerte.
Pues encantado por ello.
Gracias y abrazos, Javier
Ingenioso enrevesado de nombres con el que has construido un delirante monólogo, «canfelino» o «felinocán» que nos ha producido la carcajada.
Suerte y ánimo para seguir creando genialidades como ésta.
Gracias. María Jesús, por tus ánimos.Y un placer que te hayas divertido.
Muchos abrazos.
Jajaja. Es un muy buen relato. Tan solo le sobra humor.
Felicidades y abrazos mil.
Gracias, María, una alegría que solo le sobre eso.
Besos
Una duda muy razonable, que amerita los dos: el psicólogo y el accésit. 🙂
Felicidades, JAVIER.
Un beso grande,
Mariángeles