87. UNA ESPINA CLAVADA
He tenido una vida larga y fructífera. Crecí con todo lo que se puede desear al alcance de mi mano, y la mayoría de las veces ni siquiera tuve necesidad de pedirlo.
Mi belleza ha sido la protagonista de las más ardientes fantasías. Me han vestido de perlas, me han escrito bellos poemas de amor y reconocidos artistas han erigido soberbias estatuas en mi honor.
Surcar los océanos, tocar las estrellas o dormir arrullada por el canto de las caracolas son sólo ejemplos de las aventuras fabulosas que he vivido en primera persona y que muchos ni siquiera se han atrevido a soñar.
Sin embargo, y a pesar de mi legendaria existencia, siempre me ha costado aceptar que las sirenas no podamos montar en bicicleta.
Esperaba un final sorprendente y, aún así, me ha sorprendido. ¡Estupendo!
Me alegra saber que he conseguido el factor sorpresa que pretendía, y aún más que me lo digas. Muchas gracias, Edita.
Un saludo
No me he podido resistir a entrar y leerte y me ha encantado ese final. Me esperaba algo así de ti., enhorabuena.
Me estreno en esta página, en parte gracias a ti, Lorenzo, generoso siempre con tus comentarios en tuiter que me ayudan a conocer espacios y autores con los que disfruto.
Agradezco también que «acalles» mis miedos de principiante con tu acogida.
Un cordial saludo
Margarita, buen final para tu estupendo cuento. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, por tus adjetivos que tanto me alegran y por pasarte por aquí. Eso ya es una suerte.
Saludos agradecidos
Desde el título hasta el final, un relato estupendo, narrado con un estilo sencillo y que invita a leer. Enhorabuena, Margarita.
¡Belén! Gracias por tu descripción del texto y por aceptar mi invitación.
Un cordial saludo
Por un momento pensé Que era la bicicleta la que hablaba en primera persona pero, sí, ha estado bien lo de la sirena. Un buen golpe de efecto. Saludos de agosto.
¡Cómo me alegra haberte sorprendido! La verdad es que si me descuido, la pobre bicicleta no llega a tiempo.
Muchas gracias por tu comentario, Mercedes.
Un saludo
Esperaba un final sorprendente y lo he tenido. Me encanta Margarita. Un abrazote
Gracias, Carmen. A ver si se nos ocurre algo para ayudar a la sirena.
Un beso.
Bien contando Margarita. Buen inicio. Felicidades.
Muchas gracias por tu acogida, María. Confío en que sigamos contando.
Un saludo
Me ha encantado!!
Me ha encantado!! Buena suerte!!
¡Qué bien, Malén, cómo me alegro! Gracias por decírmelo.
Un saludo
¿Cómo te digo que me encantaaaaaaaaaaa si ya lo sabes?
¡Qué buena eressssssssss!
Pues así, Salvador, como sólo tú sabes hacerlo.
¡Gracias!
Besos
Precioso relato Margarita. Me ha encantado.
Tanta pena me da el final que me voy a poner ahora mismo a diseñar una bicicleta para sirenas.
Ya verás como breve oirás: «Las bicicletas son para el verano y para las sirenas»
Un abrazo y suerte.
Isidro, aquí estoy, leyendo ávida las noticias porque no me cabe duda de que en breve aparecerá un titular que diga: ¡Asombroso invento! y pedalearé eliz a tu encuentro para darte la enhorabuena.
Hasta entonces, muchas gracias y un saludo.
El relato muy bonito, y el final sorprendente, pero además me gusta como tu cuento habla de las dimensiones de nuestros sueños y del valor de nuestros deseos, y de los desencuentros con nuestras realidades, ¡enhorabuena!
¡Qué buena lectura, Reyes! Ahora sí que luce bonita la sirena.
Mil gracias.
Un saludo.
Fantástico. En ningún momento sospechaba dónde ibas a terminar.
Además, el relato te ha quedado muy fluido y muy fácil de leer.
Pretendía sorprender con el final. El resto queda ya a la libre interpretación del lector.
Un montón de gracias por tus adjetivos, Reve, y un saludo.
Eso que nos falta es el motor que nos impulsa a seguir avanzando, o eso quiero pensar.
Muchas gracias por tu acogida, Ana.
Saludos.
Un relato que nos sumerge en la fantasía mágica del «mito» y en sus anhelos imposibles. Muy bueno, Margarita. Abrazos y feliz verano.
¡Gracias, Salvador! Estos días voy en busca de una sirena; he dejado la bicicleta en casa a ver si así lo hago posible. Ya te contaré.
Un cordial saludo
Muy bueno el micro. Me recuerda un anuncio reciente en tv, en que mira por dónde, es un sireno el que sale del mar y se monta en una bicicleta.
Suerte y saludos.
Muchas gracias, Miguel. He buscado el anuncio, pero todavía no he dado con él. Estoy segura, por lo que cuentas, de que el sireno podrá sacarle por fin la espina clavada a la protagonista de esta historia. Seguiré intentándolo.
Un saludo agradecido.
Buen relato, Margarita. Y quiero destacar que hayas sabido encontrar una voz para hacer hablar a tu sirena.
Felicidades y saludos cordiales
Me gusta creer que los seres fabulosos nos susurran para que nosotros lo contemos a los cuatro vientos, o lo cantemos a los siete mares. Y así hago yo, decir bien alto ¡Gracias! por tu fabuloso comentario.
Un saludo, Carles
Margarita, me alegro de leerte también por aquí, además, vestida de sirena y con tu originalidad habitual. Bienvenida a esta página llena de buenas letras a las que se unen las tuyas.
Un abrazo y suerte
Hola, Ángel. Como ya le he dicho a Lorenzo, estoy aquí gracias a vosotros. Al igual que en 50 palabras, me ha costado decidirme, pero el primer paso ya está dado y con vuestra bienvenida seguro que no me costará nada quedarme.
Gracias por tener siempre tu mano tendida.
Un abrazo
Nada hacía presagiar que hablabas de una sirena, sin duda, un acabado perfecto.
Me encanta tu micro y especialmente verte por aquí, Margarita; un honor para los que visitamos esta casa.
Te deseo mucha suerte.
Un beso.
¡Rosy, qué alegría! Y feliz también con tus palabras de bienvenida. Confío en ponerme pronto al día con el funcionamiento de la página y, sobre todo, estar a la altura de los que visitáis esta casa.
Muchísimas gracias.
Un beso
Está claro ¡no se puede tener todo! divertida a puesta y sobre todo muy original.
Felicidades y por su puesto un placer conocerte.
No, Asunción, siempre nos faltará algo que nos mantenga en alerta. Muchas gracias por tu sonrisa.
Espero leerte muy pronto, cuando a los días regrese la normalidad.
Un abrazo
Está muy bien, con ese buen final que a mi me lleva al mensaje de que nunca se puede tener todo.
Mis abrazos
Eso es, Javier, siempre encontraremos una espina clavada que nos recuerde que todo no se puede tener. Yo tengo la suerte de que te hayas pasado a comentar, muchas gracias.
Un abrazo.
Una belleza de relato, tanto como la sirena que nos presentas. Un final de cuento y con un giro que nos dejas con las ganas de volver a leerlo.
Un beso guapa.
Qué bien, Belén, tu lectura, tu comentario, tus ganas y verte por aquí.
Gracias, muchas, y un beso.