108.Una historia
Eran días en sepia; días de niñas vestidas de uniforme revoloteando alrededor de severas monjas, de cuadernos con olor a goma de borrar y tirantes colas de caballo sometiendo hirsutos rizos.
Treinta caritas se arremolinan en las ventanas para ver pasar las estaciones, el mundo exterior y sobre todo, sobre todo… ver pasar a los chicos del colegio de enfrente.
Todas tímidas, todas curiosas, pero una y solo una con el alma desbocada y el cuerpo en llamas.
Sólo esa se saltará verja, escalará las ventanas y cuchicheará por los rincones incapaz de silenciar su dicha… y un buen día, sin previo aviso, esa niña desaparecerá para siempre de nuestras aulas.
Preguntaremos por ella muchas veces, pero ante las esquivas respuestas, terminaremos por olvidar.
El curso seguirá y sin darnos cuenta llegará el día en el que las verjas del colegio se abran por última vez para dejarnos salir en tropel, marcadas por un objetivo común “Vivir”
Será entonces cuando quizás reencontremos a nuestra antigua compañera que nos observará esquiva, desde el parque en el que vigila a su pequeño.
De la vida de las demás también he sabido, pero eso es ya … otra historia.
Qué cercano me resulta tu relato. Es algo más común de lo que creemos. Me gustó mucho.
Me ha gustado tu relato. Relato de colegio. Relato de vivencias. De cosas que pasaron y quizá no debieron pasar. Aunque continuan pasando.
Marga, una historia que recuerda al pasado, que yo he leído o he visto en películas, y que al parecer separaba a hombres y mujeres en tierna edad, para evitar tentaciones al parecer.
Me ha gustado como has hilado la historia y su resolución.
¡Mucha suerte con el concurso!
Abrazos.
Mi madre estuvo hace muchos años al cuidado en un internado con monjas. Seguro que tu relato le evoca muchas cosas. Por lo que ella me ha contado y por lo que tú explicas creo que tiene un punto de veracidad muy bien logrado. Como todo lo demás, claro. Mucha suerte 🙂
Creo que algo de esto nos ha pasado a todos. Nos lo has hecho revivir con nostalgia.
Gracias.
Cómo han cambiado los tiempos, Marga. Pero es esencial no olvidar. Las cosas pasaban tal cual lo cuentas. Felicidades. Me ha gustado mucho.