15. Una inmensa luz
En un instante dejó de sentirla. Todo se volvió silencio. Ni un pitido, ni un llanto, ni un movimiento. Solo miradas esquivas, toses incómodas tras las mascarillas, órdenes susurradas.
Fundido a negro. Una pérdida irreparable. Posibles errores. La Naturaleza era así a veces. Aunque todo seguiría su curso.
La inundó un amargo llanto. Miles de preguntas sin respuesta no llenaban su vacío. Quizás ella no estaba destinada a ser madre. Tal vez ellos juntos no… Tantas incertidumbres y tanto dolor la cubrieron como una pesada manta y apagaron su luz. Y, envuelta en una negra sombra, casi acabó por alejarse de aquellos que más la querían. En su etapa más oscura quiso volar con su ángel sin nombre.
Pero la Vida la amaba y la llamaba. Tal vez los ángeles la habrían acogido; y Ella velaba por todos desde arriba, saltando entre blancas nubes. Y se esforzó por volver a recuperar su luz, a reflejarse en aquellos que eran su vida. Y entonces sintió que un brillante arco iris le latía dentro.
Tras la tormenta feroz llegaba una inmensa luz; que haría que sus corazones sonrieran, llenos de esperanza, juntos, a una nueva vida.
Hay sucesos incomprensibles, que ponen a prueba hasta a la persona más fuerte y animosa. La muerte de un recién nacido nos parece uno de los hechos más incomprensibles e injustos que pueden darse, tanto más, para una madre ilusionada, que ve como esa luz que se abría, se apaga nada más prendida la llama; un tenebrismo que, a la fuerza, le afecta y hace que todo y todos, hasta aquellos que más quiere, pierdan toda razón de ser, bajo un prisma que parece oscurecido para siempre.
Dicen que todo sucede por algo. Seguro que esa luz permanece en algún sitio y ayuda a esta buena mujer a superar los lógicos traumas y a seguir adelante.
Un relato que duele, pero al mismo tiempo inocula ánimo y esperanza, como tu nombre.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Debe ser el dolor más triste y más extraño que hay en el mundo.
Imagino que el arco iris (como llaman a los bebés que vienen luego) siempre sale y la vida sigue.
Gracias Ángel. Un abrazo para tí
Ese fundido a negro resume a las mil maravillas la vida de una madre después de una pérdida irreparable. Un relato triste, emotivo, en el que al final, la luz de una nueva vida se siente como una caricia cálida.
Muchas suerte Esperanza. Un abrazo.
En esa situación se necesitan, imagino, millones y millones de caricias y nunca serán suficientes.
Un abrazo
Gracias Paloma.