56. UNA MANERA POCO ORTODOXA
Desde que se conocieron, diez años atrás, ni un día estuvieron separados. Él era el vigilante de seguridad de la entidad bancaria donde ella trabajaba como cajera. El paso del tiempo no había mermado su amor, al contrario. Pero su felicidad se veía ensombrecida por la falta de un hijo.
Se sometieron a diversas pruebas médicas de las que se derivó que el problema era debido a la escasez de espermatozoides y por ello recomendaban la reproducción asistida.
Los tres intentos fueron un fracaso. Ya estaban perdiendo la ilusión cuando les hablaron de la clínica “La Última Esperanza”. El médico los recibió diciendo: “A mi manera los fallos se reducen a la mitad”.
En menos de un año daba a luz a un hermoso bebé. Llamaba la atención un lunar en su mejilla izquierda. Ambos se miraron…. Tampoco lo hallaron en nadie de la familia.
Ya lo habían olvidado cuando al mes volvieron a consulta. Se sorprendieron al ver en la sala a otro bebé con idéntico lunar.
¡Qué casualidad!, exclamaron ambos padres.
Sin embargo, su sorpresa fue mayor al ser recibidos por el doctor. Cuatro ojos, como dardos envenenados, se clavaron en su mejilla izquierda.
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Y habrá quien diga que este doctor (babymaker) ha hecho felices a esa pareja sin esperanza , pero me temo que lo ha hecho tan a su manera y, probablemente, tantas veces que se ha olvidado de los sentimientos de los demás. Este personaje se cree un dios, tiene un ego superlativo, y encima deja su firma.
Por lo que he leído, estas cosas han pasado y pasan. Un relato muy interesante y en tu línea de denuncia.Mucha suerte. Un beso.
Ese doctor, a quien le da lo mismo la deontología profesional, el juramento hipocrático y toda ética, sin duda resuelve el problema de los que acuden a su consulta, pero el fin no siempre justifica los medios; los métodos y maneras merecen un respeto, pero hasta un límite. Si esas criaturas que llevan su ADN, y con las que poco a poco va sembrando el mundo, heredan su moralidad, mal futuro se le presenta a la raza humana.
En literatura, decir que un texto es poco ortodoxo suele ser lo mismo que decir que es original e imaginativo. Este es uno de esos casos.
Un abrazo y suerte, María
De hecho el Doc cumplió, quizás su metodología no sea la correcta,hasta se puede contar con el silencio complacido de la paciente…
Un abrazo y suerte.
¡Vaya con el doctor! Así no hay forma de curarse de espanto.
Bien contado, María.
Un saludo
Un lunar caprichoso, hay que ver este doctor y su método «a su manera», desde luego eficaz es, aunque me parece que a los padres no les agrada del todo.
Bien narrado y con sorpresa final.
Un abrazo.
Ese método tan a su manera me temo le va a causar un serio problema al doctor. Pobres padres.
Un abrazo
Pues desde luego, un claro ejemplo de lo importante que es insistir en leer la letra pequeña de los contratos. Muy bien trenzado todo para esa sospecha que al final nos demuestras fundada. Mucha suerte 🙂