102. Una mujer 99% feliz
Desde muy jovencita, Manuela había soñado con un matrimonio perfecto y el 99% lo había conseguido. Se había casado con Manuel, el hombre perfecto – buen piso, buen coche, buen trabajo. En su casa cantaba la gallina, mientras el gallo callaba, probando las palabras de su mamá ”Marido rico y necio, no tiene precio.” Manuel era hombre de la casa: preparaba la comida, planchaba camisas y usaba la aspiradora mejor que ella. Así pasaron diez años felices.
Pero el 99% no es el 100%… Una noche, Manuela despertó y encontró la cama vacía. Manuel volvió, a hurtadillas, de madrugada. Eso se repitió cada miércoles. Los jueves Manuel se mostraba agotado, pero de buen humor. Manuela lo confesó a sus amigas. ¡La misma situación! Los celos las mataban.
Cierto jueves, Manuel no volvió a casa. En el sofá, Manuela borraba sus lágrimas junto a sus amigas, cuando presentaron la siguiente noticia en la tele: la policía había detenido un grupo de borrachos disfrazados de superhéroes, que desfilaban vestidos de trajes de lycra, gritando canciones de películas de animación. Entre Batman y Hellboy, Manuela reconoció a Manuel. Lo que no pudo entender era por qué su marido llevaba precisamente el traje de La Mujer Maravilla.
Manuela y Manuel, vaya extraña pareja. De verdad que me he reído con tu historia: ella con su fantasía de matrimonio perfecto y marido ejemplar, y él… bueno él también tiene sus fantasías.
Muy original. Felicidades.
Un abrazo,
Gracias, Anna. Al cabo de diez años de cantar solo la gallina, el gallo tiene que encontrar una solución de cantar él también, sea donde sea, para no explotar el quiquiriquí en su garganta.