68. Una tumba en la cima del mundo
Tras el desorden que siguió al alud, en el campamento se preparaban para el rescate. La radio anunciaba, una a una, buenas noticias, pero no tardaría en helarse el optimismo cuando, tras varios intentos, uno no respondía a los avisos.
Pocos querían formar parte del grupo de salvamento, no por desgana sino porque las esperanzas eran tan escasas como altos eran los riesgos. El rastro del escalador se habría borrado bajo la nieve y, de estar aún con vida, cualquier error arriesgaría más vidas.
Contra la opinión de los más veteranos, unos cuantos decidieron aventurarse en un terreno inseguro que los llevó quién sabe cómo hasta una cresta desde la que se divisaba una figura de vivos colores encaramada a un saliente cercano a la cima de aquel mítico ochomil. El grito de ánimo de sus compañeros hizo que agitara la banderola aún sin clavar, tal vez queriendo decir que estaba bien, o tal vez aconsejándoles dar media vuelta ante lo irremediable.
La noche iba cayendo al mismo ritmo que el desánimo. Ya no se movía, ni ellos le lanzaban voces de apoyo.
Se estaba yendo.
Se fue.
Se fueron.
Muy bien narrada esta historia desoladora. Un saludo.
Quería llamarla «desconsoladamente» en honor de Juan Gélman, pero es más desoladora porque anuncia un final inexorable.
Gracias por pasarte, Concha.
JM
Relato de superhéroes que arriesgan su vida por salvar la de otros, aunque con un final de humanos. Tus letras le han dado fama póstuma a esos personajes creados por tu mano y basados en hechos que, si no iguales a este, sí han sido reales. Suerte, Juan Manuel.
Héroes o no, lo importante es que todos salen de algo casi real como es la realidad misma, o la mala leche, o la rabia, o la ternura…
Gracias por pasarte.
Un saludo
JM
Me gusta, aunque no siempre acierto, acortar las historias para que se intuya el desenlace sin dar detalles que se conocen de antemano. Me alegro de que te haya gustado, Ana.
Un saludo
JM
Hay veces que aún a pesar de los esfuerzos es inevitable la desgracia.
Es una historia muy triste y real. La nieve se ha cobrado muchas vidas.
Me ha gustado mucho.
Suerte
Saludos
Una vez más, Elena, pongo letras a lo que pasa. Me alegro de que te gustara.
Un saludo
JM
Me gusta el ritmo narrativo de este relato, que nos lleva a ese triste final de un rescate fallido. ¡Suerte Juan M.!
Saludos.
Gracias, Beto, por pasar. El esquema narrativo buscaba crear un decorado al principio para acelerar un desenlace desprovisto de detalles. Me alegro de que te gustara.
Un saludo
JM
Me ha encantado la historia y como la has contado. Suerte. Nuria
Es estupendo escribir y que le guste a alguien el resultado. Gracias por pasar.
JM
Buen relato, no solo por la historia en si, sino por el ritmo que le imprimes. Me ha gustado.
Suerte y saludos,
Me alegro mucho de haber conseguido lo que buscaba. Gracias por pasar, Anna. Quédate cuanto quieras.
Un saludo
JM
Me ha recordado al caso del montañero navarro, Iñaki Ochoa de Olza, que murió en el Annapurna, a pesar de que un buen grupo de personas, algunos arriesgando su vida, hicieron lo imposible por ayudarle. Muy bien contado, Juan Manuel. Suerte y saludos
Sobre una historia similar que me conmovió de niño basé este relato. Me alegra haber llegado a los lectores como tú, Juana.
Un saludo.
JM
Me he emocionado leyendo tu relato y recordando al montañero Iñaki Ochoa de Olza. Gracias por tus letras y tu sensiblidad. Mucha suerte.
He visto las fotos del montañero, y me ha conmovido cómo se repiten las imágenes que vi de pequeño sobre un rescate frustrado cuyo desenlace todos conocían.
Un saludo
JM
Juan Manuel, la situacion se ve ve claramente. El desenlace se intuye. Tanto una como otra nos las ofreces con fuerza y claridad. Suerte y saludos
Bueno, esa era la intención, salir del relato golpeando.
Gracias por pasar a leer.
Un saludo
JM
Triste historia juan manuel, aunque el llegar a la cima debe ser algo alucinante, pero si no logras contarselo a nadie es un trabajo valdío,ademas de poner en riesgo al vida de los que van en tu ayuda.
Un abrazo y me alegro encontrarte,con esa nueva versión es mas difícil encontrar a la gente conocida.
Puri
Cuánta gente llega cerca de la cima y allí sucumbe sin nada por lo que ser recordado.
Me alegro de que me hayas encontrado.
Un beso
JM
La incertidumbre que precede al final temido consiguiendo despues transmitir la agonía y ese final… vacio…
Mi enhorabuena tu mensaje cala hondo.
Besos muchos ♥♥
Me gustan esos finales desprovistos de palabras. Son como el silencio que precede a la muerte.
Gracias por leer.
JM
Un buen relato en el que el frío, la nieve y la desolación se fusionan para transmitir punzadas en el cuerpo y hasta en el alma del lector. Suerte y un saludo.
Gracias, Ángel, por pasar a leer.
JM
No me gustaría encontrarme en esa tesitura, ni de un lado ni de otro. Me parece una situación de lo más terrible. Saludos.
Por hacer frente a esas situaciones los llamamos héroes, Ana.
Gracias por pasar a leer.
Un saludo
JM
Juan Manuel, muy buena y emocionante historia de compañerismo y humanidad, y por desgracia realista. Abrazos.
Es la lección que debemos sacar, más allá de heroísmos. El dolor nos hace humanos.
Un saludo
JM
He oído mucho sobre esas cumbres que se cobran vidas, y luego no es posible rescatar ni siquiera sus cuerpos. Quedando allí como eternos testigos de otros que si volverán.
Por ello me parece como un homenaje a todos ellos, que además lucharon por hacer realidad su sueño.
Abrazos.
Que un sueño no nos ciegue, y que el buscar el heroísmo no nos haga mártires. No es más que una montaña, no es más que la gloria, solo es la inmortalidad nuestra frente a la muerte de otros.
Gracias por pasarte, Asun
Un saludo
JM
Juan Manuel, tu relato me ha puesto la piel de gallina, es impresionante por lo bien narrado y por la temaática que me ha dejado helada.
Mucha suerte.
besicos muchos.
En cierto modo esa era la intención, aunque también reflexionar sobre lo innecesario de nuestros gestos.
Un saludo
JM
Siempre he oído contar hablar de la solidaridad entre los hombres de montaña; creo que un famoso escalador se compró además un helicóptero para poder rescatar a los que se quedaban atrapados en lugares imposibles. Ese sentimiento está muy bien expresado en tu relato. Y cuando los rescates no tienen éxito, acabar en una tumba en la cima del mundo quizá sea un consuelo para quienes aman la montaña.
Suerte y saludos.
Eso era lo que pretendía, y me alegra que haya llegado a los lectores. Ya dije que me inspiré en una escena que vi, en la infancia y en blanco y negro, sobre un alpinista que murió en directo ante la impotencia de sus compañeros… El resto son palabras.
Un saludo
JM