UNA ÚLTIMA INSPIRACIÓN DE… PALABRAS
Llegó a conseguir palabras bellísimas; palabras de nadie conocidas, sonidos tropicales, tonos frágiles, significados equívocos, de asonancias inesperadas, de ritmos únicos; palabras crípticas y hermenéuticas, palabras abiertas como la claridad del alba, fonotemas nocturnos, sintagmas rutilantes, verbos del
amanecer, adjetivos marinos, superlativos desesperados, expresiones terribles y vocales transparentes.
Algunas sólo se habían pronunciado una vez, otras permanecían tímidas y secretas. Las iba guardando en una caja de cristal, temeroso siempre del pececillo depredador de lo lingüístico. Las conservaba con esmero, y los días de fiesta, sólo los días de fiesta, las enseñaba ilusionado a los vecinos. Cuando se aseguraba de tener una repetida la cambiaba con gran beneficio, pues era un experto en estas cosas, y un negociante sin escrúpulos.
RAFAEL PÉREZ ESTRADA. El ladrón de atardeceres. Edit. Plaza & Janés
Ay, Rafael, mi amigo Rafael. !Qué gran poeta fue!
Es una lástima que éste mes no llegue a tiempo. Tengo la idea, hasta el término, pero falta tiempo para plasmarlo. Así que éste mes no hago bulto. Y es una lástima porque es muy muy sugerente éste tema mensual.