40. Una vida para la eternidad (Esther Cuesta)
Pasos quedos transitan bajo los arcos del claustro. La puerta se abre a la estancia donde apenas la luz de una vela se imagina, en la mesa donde un hombre, enjuto y encorvado, escribe.
—Habéis visita, vuesa merced—
Y haciéndose a un lado, permite el paso al pueblerino, de aspecto bonachón, y rechoncho.
—Ah, sois vos. Aquí me encontráis, privado de libertad, y al decir de muchos, de cordura. Es grato ver que aun os acordáis de este viejo compañero con el que poder rememorar nuestras andanzas. ¡No se olvidarán tan fácil, no, de nuestro batallar por los campos de esta nuestra Mancha, ni de mi porte al caballo, con mi lanza y mi escudo al servicio de los débiles! Ah, cuántas embestidas contra los villanos, que no por fuertes ni numerosos nos achantaron, mi buen escudero. ¡Y qué decir de mi amor tan caballeresco por dama tan honrada y hermosa!
No impedirán que narre nuestras aventuras. ¡Vive Dios que se conocerán durante siglos y de seguro, las emularán!
Para evitar que quemen el libro, lo firmaré como Miguel de Cervantes—susurra, antes de encorvar la espalda de nuevo.
Esther, no cabe duda que es una quijotada tu relato, pero con tal altura que da placer leerlo.
Excelente…
Un abrazo y suerte.
Gracias Moli. Qué bien lo definiste. Saludos,
Yo ya lo percibí desde que comenzaste a hablar de un hombre enjuto y encorvado y otro bonachón.
Muy original tu forma de plantear el tema de la temporada.
Un abrazo
Gloria
Una propuesta singular:El Quijote se inventó a Cervantes y no al revés.Bien pudo ser así, ya que el hombre de la triste figura interpretaba la realidad a su manera y con su «obstinado batallar» quizá logró salir de la prisión de su destino.
Me gusta mucho. Un beso.
Esther, maneras de vivir hay muchas, la de estos personajes rayan en la singularidad. bien ambientado. Suerte y saludos
Gracias Gloria, me pareció divertido.
Gracias Maria José, de vez en cuando hay que darle la vuelta a la tortilla. Abrazos
Hola Calamada, gracias por leer esta historia a mi manera.
Un gran relato en castellano antiguo, donde el caballero andante da rienda suelta a su pluma. Aventuras y desventuras que quedaran selladas en unas hojas marcadas por su buen hacer y fechorías. Donde la locura es cuerda y lo sensato va de la mano de su escudero Sancho, donde tu imaginación, bella dama, queda impresa en la historia que a tu manera nos honras y nos cuentas.
Quede por decir que me ha encantado el tono, la idea y tus letras.
Un beso a vos, Esther.
Favor me hace vuesa merced
Fantástico !!!. Un relato genial de principio a fin. Un derroche de excelente literatura. Tu quijotesca propuesta merece llegar muy alto. Felicidades y mucha suerte 🙂
Qué alegría encontrarme por aquí a este Hidalgo que puso en muy buen lugar a mi querida tierra manchega.
El relato fantástico. Y el enfoque que le has dado le aporta una nueva dimensión.
Un beso.
Juan Antonio, muchas gracias por tu comentario. Eres un entusiasta optimista y estupendo con los compañeros. Un abrazo,
Tú sí que me alegras, Virtudes cada vez que me haces un comentario. Muchísimas gracias
Una buena idea no tan fácil de llevar a cabo, y tu lo haces.
Enhorabuena, Esther.
Gracias Javier, acabaré sonrojándome.