Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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52. Variaciones (Cristina Requejo)

 

Observo la cama. Las lágrimas acumuladas en el colchón, las noches de insomnio calculando cómo llegar a fin de mes y la soledad endulzada con algún polvo desafortunado, no deben acompañarnos. Sí, la cama se queda. En la radio, las Variaciones Goldberg versionadas por Glenn Gould, anudan mi garganta.

Intento no llorar al respirar el aroma que dejamos las familias. Salgo de la habitación con la radio en mis manos,  apretando el nudo hasta la asfixia. Cierro la puerta del cuarto, cerrando así, como en un juego ilusorio, una parte de mi vida.

Abajo, sentados en el rellano de la escalera, los niños me esperan rodeados de cajas y maletas. Al verme salir, sonríen. El juez no tardará en llegar con la orden de desahucio, así que me apresuro a meterlo todo en la furgoneta de alquiler. Nos vamos.

Conduzco en silencio en dirección a casa de mi madre, mientras pienso que existen días extraños, sin verbo, sin acción. Los niños duermen en el asiento trasero, y me pregunto con qué estarán soñando.

“Los sueños son mentira» –me digo-, y presiento, entonces, que pasaré unas cuantas noches sin dormir, en un balcón con luna, buscando a Venus en el cielo.

32 Responses

    1. Cristina Requejo

      Arantza, no se te ocurrió porque existen días extraños, jajaja, porque lo que no se te ocurra a ti… 😉
      Un beso celeste, claro.

  1. Yolanda Nava

    Fantástico Cristina. Me hubiese gustado que esos días fueran descritos por mí, que vosotras tenéis muchas perlitas ya por ahí, yo también soy envidiosa.
    Ya en serio, que antes también, me gusta mucho tu propuesta, describes con mucha sensibilidad la esencia de una casa, ese deshaucio que lo es también de la esencia, de la huella que dejan las vivencias entre las paredes. Es además un gran acierto la introducción del tema de la propuesta, la radio, mediante esa melodía que grabará ese momento crucial en la memoria de los que se van.
    En fin que le auguro un vestido de papel.
    Un abrazo.

    1. Cristina Requejo

      Siempre hay una melodía en cada etapa de la vida. Cuando pasa el tiempo, y vuelves a escucharla, actúa como una magdalena proustiana, dulce o amarga…
      Gracias por pasarte, Yolanda, y por tus palabras.
      Un beso.

  2. Ángel Saiz Mora

    Es lógico que esta mujer piense que los sueños son mentira, al haber tenido que abandonar su proyecto de vida para retroceder al origen, la casa de su madre. La sensación de fracaso debe ser inevitable, pero en esa mudanza obligada ha dejado la cama y, con ella, insomnios y lágrimas. Quizá ahora todo sea distinto y la música sirva para acompañar una existencia mejor encarrillada, no para apretar el nudo de su congoja. Sensible, original y bien narrado.
    Suerte, Cristina. Un abrazo

    1. Cristina Requejo

      Pues yo quiero pensar que sí, Ángel, que cuando se ‘muda’uno, dejando atrás una etapa dura y cerrando bien la puerta para poder abrir otra nueva, todo tiende ir a mejor. O debería, al menos…
      Gracias por tu visita. Un abrazo grande.

  3. Ton Pedraz

    Enhorabuena Cristina, por tu historia preciosa y cargada de sentimientos. Describes con mucha ternura un difícil momento en la vida de cualquiera.
    Ojalá que triunfe.Suerte.
    Ton.

    1. Cristina Requejo

      Seguro que la vida le da continuidad al relato y le escribe un final feliz, María.
      Feliz año también para ti, y salud, y un beso gordo.
      Gracias por pasarte.

  4. Has logrado un equilibrio perfecto entre todo lo que has ido barajando en tu historia: una protagonista resuelta, poco sospechosa de ser una persona pusilánime, una situación durísima, metáforas bonitas, tristeza, y al final, esa mirada al cielo. Enhorabuena y mucha suerte 🙂

  5. Blanca Oteiza

    Cristina, me ha encantado tu relato. Narras una historia triste, pero a la vez esa protagonista llena de energía pone un punto optimista en ella. Está lleno de frases preciosas que me las quedo para el recuerdo.
    Suerte y un abrazo

    1. Cristina Requejo

      Blanca, me alegra mucho que te haya gustado, y agradezco tus palabras y tu tiempo por pararte a leerme.
      Un abrazo grande.

  6. ¡Qué situación tan dura, y tan bien pincelada! No hace falta decir más para que los lectores sepamos cómo ha llegado esa mujer a dónde la encuentra tu relato, y cómo se siente. Me ha parecido estupendo lo de «el aroma que dejamos las familias». Me ha hecho pensar mucho en los olores, en cómo nos acompañan y cómo se adaptan a nuestras realidades cambiantes.
    ¡Enhorabuena, me parece un gran relato!

  7. Cristina Requejo

    Muchas gracias, Patricia. Yo siempre evoco situaciones pasadas a partir de un olor, así, de manera espontánea, supongo que como todos…
    Un beso y gracias reiteradas.

  8. Margarita del Brezo

    Al igual que las casas quedan impregnadas de los aromas de sus habitantes, la palabras desprenden el perfume de quien las escribe.
    Y esta historia huele muy bien.
    Un saludo, Cristina, y suerte.

  9. Ana Fúster

    Destacaría los dos primeros párrafos, con esa especie de nudo corredizo desatado, valga la contradicción, por la música (por cierto, qué pieza tan hermosa). Lo de los días sin verbo es una de esas frases que oscurecen el relato, y no se me malinterprete: brilla tanto por sí misma que se queda pegada a la memoria y, aunque puedas olvidar el resto del texto, esa frase no. También me parece excelente el final, pues asocio la búsqueda de Venus con la de la luz y, por tanto, de la esperanza. Anda, si me encanta el relato entero 🙂 Enhorabuena. Besos y suerte

  10. Cristina Requejo

    Ay, Ana, ¡cuánta sensibilidad pones en tu lectura y comentario! Un abrazo enorme (en breve te lo daré) y muchas, muchas gracias por hacer esta parada en el texto.

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