88. Vértigo (Pablo Cavero)
Desde que el lunes se estropeó el ascensor, mi vida es una montaña rusa.
Nunca me ha gustado subir escaleras, excepto ese día. Al regresar de la universidad, en el portal estaba mi vecina del ático con las bolsas de la compra. Me ofrecí para subirle las más pesadas.
La pelirroja con una falda corta inició el ascenso, pronto pude atisbar el final de sus muslos y a ráfagas un tanga muy sensual. En el tercer piso se torció un pie. La cargué a caballito y noté sus pechos sobre mis hombros. Mi pulso estaba muy alterado. Arriba tras las cervezas y los tequilas, me confesó la nula libido de su esposo, me susurró que yo le parecía muy atractivo, me besó con pasión y retozamos como fieras durante horas.
Como el marido estaba de viaje de trabajo hasta el viernes, dormí allí y llevamos cuatro días como animales en celo.
Y aquí estoy en mi cama en la madrugada del sábado, sin pegar ojo, devanándome los sesos, sopesando si ayudarla o no, en sus planes de envenenar sin dejar rastro a su marido y cobrar el suculento seguro de vida.
Lo que puede cambiar todo en un momento, solo por subir unas escaleras. A tu protagonista le ha cambiadonla vida con un vuelco y de los grandes, ha pasado de su vida tranquila a, como él mismo dice, una montaña de emociones: vecino amable, amante pasional y posible cómplice de asesinato. Al llegar a este último punto es cuando ha sentido «véetigo», porque sabe que todo lo que sube con rapidez se puese estrellar de la misma manera.
Un relato frenético ynun hombre al que la vida le da tantas cosas en poco tiempo que se encuentra ante el dilema de dejarse llevar o detenerse antes de que sea tarde.
Ya sabes que me gusta mucho leerte, Pablo.
Un abrazo grande y suerte, amigo
Muchas gracias, Ángel, por tu comentario tan aclaratorio y amable, como siempre. Sin ti ENTC no sería lo mismo. Este universitario queda con el vértigo de su montaña rusa particular. Un abrazote, amigo.
¡Guau, Pablo, qué bueno!
Lo que empieza como una simple fantasía hecha realidad se convierte, con el solo plumazo de la última frase, en un relato negro. Tan típico de un buen micro y tan efectivo, ese giro final.
Enhorabuena! Un abrazo y mucha suerte.
Mil gracias, Ana María. Me alegro que te haya gustado. Este comentario que viene de una grande del género, con premios continuados, me ilusiona para seguir engrasando escribir, que el último año he dejado oxidado. Un abrazo muy fuerte.
Pablo, estaba yo pensando que igual tengo que pasar del ascensor y volver a subir y bajar escaleras, a ver qué me depara la vida, pero al llegar al último párrafo he pensado que mejor no, que matar gente es un follón y luego hay que limpiar la sangre y todo eso.
En serio, me encanta ese giro final que das hacia el thriller. Yo digo que esto vale de inicio para una novela, o al menos un relato más largo.
Un abrazo y suerte.
Rosalía, me alegro que te guste ese final, la verdad es que podría ser un relato más largo continuando esta historia. Gracias por tu comentario. Un abrazo.