42. VIVIR (María Jesús Briones Arreba)
Al grito de: -«La sopa está fría»; un golpe en la mesa; más improperios y una nueva bofetada con la sentencia de siempre:
-Buscaré calor en un trago
Retumba el portazo. Ana confunde sus lágrimas con la presión del agua sobre los platos que lava.
La niña despierta sollozando. Ana con besos suaves tranquiliza a su hija. Promete denunciar aquello que no debió tolerar desde el principio.
Hoy, siente el vacío de la ausencia en las noches solitarias. Le obsesiona la pulsera que los separa y desea arrancarla de la muñeca de su marido para seguir viviendo.
La violencia de género es un tema delicado y complejo, aunque tampoco debe haber medias tintas. Tu protagonista hizo bien en denunciar lo que no puede tolerarse. Siempre será preferible la soledad que llenar un vacío con quien falta al respeto y agrede, pero todo necesita una adaptación. Los inicios son difíciles siempre, nos gusta la seguridad y comenzar es como saltar al vacío (nuevamente la palabra). Tu personaje necesita tiempo, el mismo que le demostrará que ha dado el paso correcto.
Un abrazo y suerte, María Jesús
Te agradezco mucho que hayas empleado tu tiempo en esta lectura.
La protagonista creo que teme más a la soledad que al marido maltratador al que,
a pesar de todo, añora. Nos puede parecer extraño pero ocurre.
Mil gracias y un abrazo
Aunque ella teme esa soledad, no hay duda de que es mucho mejor que continuar sometida a la voluntad de un maltratador. Suerte. Un abrazo. Gloria
En esa promesa, que se ella sabe que nunca cumplirá, reposa todo el poder de este micro. María Jesús, has puesto el foco en el lado menos evidente, en que el miedo a la denuncia congela a quienes lo sufren a una cadena perpetua. Estupenda tu historia.
Un beso virtual y mucha suerte
Gloria, muchas gracias por pasarte a comentar.
Un besito virtual.
Paloma, siempre pones el ojo en el sentido de los micros.
Mil gracias
Tu micro condena, sin duda alguna, la violencia de género. Pero también incide en la soledad y la inseguridad de las denunciantes.
Muy interesante la perspectiva.
Besos, María Jesús.
Hay relaciones muy tóxicas, tanto que incluso con maltrato de por medio crean una fuerte dependencia. Esa dependencia, que la protagonista vive como una clase de seguridad, le tiene tan pillada que le va a llevar tiempo deshacerse de ella. Ahora, que ya ha dado el principal paso, deseamos que no vuelva atrás. No se habla muchas veces de esa sensación de inseguridad que puede sentir una maltratada al quedarse sola. Es un tema difícil de entender desde fuera, pero, como bien dices, se da. Como ya te han comentado, un punto de vista muy interesante que daría para hablar largo y tendido. Suerte y un beso, María Jesús.
Ese título aumenta la gran dimensión de tu relato. A veces buscamos razones que nos guíen en la vida, mientras que otras lo hacemos para poder aceptar la que nos ha tocado. La actitud final de tu personaje nos golpea justamente cuando celebrábamos que hubiese dado el paso anterior. Una situación tan habitual que invita a encontrar explicaciones a tales sentimientos. ¿Síndrome de Estocolmo? ¿Amor mal entendido? Sea lo que sea esperemos que Ana sepa sobreponerse y aprenda a liberarse por completo de tal servidumbre. Gran propuesta, María Jesús. Suerte con ella y un abrazo.
Hola, María Jesús. Llego tarde a comentarte, ya con la nueva propuesta entecisna en puerta, «tarde pero seguro», como dice el refrán…
Es tremendo el «Vivir» que nos relata el micro, un vivir que es un sin-vivir para la mujer protagonista, pues ha hecho lo que tenía que hacer – denunciar a su marido por violencia de género – y sin embargo, no puede ni sabe vivir sin él ni la relación tóxica que los unía…
Como se suele decir, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia… 😉
Besotes😘😘😇😇
¡Hola!: Tu relato «Vivir» es igual de tremendista que todo lo que escribes. Es muy buena literatura y el final, fantástico. Estructural y estilísticamente, diría que perfecto.Pero…María Jesús, la vida es bonita si se sabe vivir, decía mamá…Medítalo, querida. Un cordial saludo.