84. Wendy
Su tiempo se agotó, con dulzura en el aire la magia se desvanece y ya muy próximo se advierte el momento de marchar. Aunque… tal vez… ¿Y si al fin no resultara ello preciso? ¿Y si hallara el modo de esquivar tan tristísima partida?
Entre la ilusión, la fantasía, el deber y la razón, la niña se debate indecisa mientras, a lo lejos, la luz de una ventana para ella siempre abierta aguarda con paciencia su regreso. Al oído un rumor de campanillas, un susurro muy dulce y muy bajito que dolorido le murmura: <<Nunca jamás olvides>>. Un dedal sobre su pecho, cerca, muy cerca, del corazón. Para siempre en su recuerdo, quizá muy pronto diluido entre sus sueños, un muchacho de sonrisa pícara y valiente que a duras penas oculta el dolor que sus ojos gritan. Y una despedida: <<Segunda estrella a la derecha, ya sabes, todo recto hacia la mañana. Siempre allí te esperaré>>.
Hola, Marta. Tu relato me encanta. Aunque, como casi todo el mundo, reconozco los personajes, creo no haber visto ni leido ninguna versión de su aventuras. La lectura de tu texto me ha animado a buscar información y, realmente, tiene bastante interés todo lo que rodea a la obra y sus interpretaciones. Suerte y un abrazo.
Muchísimas gracias Jesús. Es muy bonito lo que dices. Un beso.
Muchas felicidades Marta. Nos alargas la aventura. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias Nani. Me alegro mucho de que te haya gustado. Besos.
La fantasía es lo que tiene: podemos amoldarla, reciclarla, estirarla, renovarla… O adornarla y hacer que brille, como has hecho tú.
¡Oh! Qué bonito lo que dices. Mil gracias Edita.
Hola, Marta.
Tu fantástico relato, en el doble sentido, me trae con mucho agrado una canción de Los Brincos ( es que ya soy un poquito mayor): » Wendy sonríe y del niño se esconde… Todo es como un cuento al oír lo que suena dentro del violín». Tu relato es música mágica. El final es bellísimo. Posdata: no hay posdata. Despedida: no hay despedida. Qué tristísimas son las despedidas. Un adiós, pero hasta luego; eso es más hermoso. Me gusta mucho tu texto. Solo un pero formal, que no en la sustancia: pondría mayúscula después los <<. No lo he visto nunca en minúsculas. Igual soy un tiquismiquis, pero tu texto merece estar redondo. Tú verás lo que haces, para eso eres la afortunada autora. Un beso y felicidades.
Ay, pues no conozco la canción que me dices pero la buscaré y, sí, tienes razón en lo de las mayúsculas, ya está corregido. Un millón de gracias por el comentario tan precioso que me haces. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un beso grande.
A mí también me ha gustado mucho. Fíjate que hace unos meses maquiné un cuentito donde Pan escribía a Garfio un carta contándole que, donde él vivía, no había niños jugando en la calle en la mañana de Reyes, ni recordaban ya al temible Garfio ni al intrépido Pan porque estaban perdiendo la capacidad de soñar. O algo así, que no me acuerdo muy bien.
Pienso que esa magia de la que hablas la lleva Wendy en su corazón, que en el fondo, aunque no sé bien cómo, ella siempre perteneció a Nunca Jamás, y que por eso mismo algún día volverá para quedarse. Basta con que no lo olvide. No puedo imaginar Nunca Jamás sin Wendy.
Claro que a mí siempre me cayó bien esta chica… al que odio, odio, odio es a Peter Pan!!! 😉 😉 😉
Bromas aparte, cuando me encuentro con algo tan bonito como lo que tu has escrito, suelo contestar con una única palabra, que podría perfectamente ser la siguiente:
p r e c i o s o
Mil gracias, Ignacio. La magia del País de Nunca Jamás es inagotable… Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un beso.