3. «Y fueron felices»
-Ernesto, cariño ¿no te parece que nuestra luna de miel está durando una eternidad?
-Sí, mi amor.
-Querido, ¿no te parece extraño que desde que golpeamos aquel iceberg los demás los atravesemos?
-No, mi amor.
Leonor se acicala su peinado perfecto con movimientos coquetos, casi de niña, sentada frente al espejo del tocador.
Ernesto, desde el sillón, la admira con deleite mientras el aroma de las volutas de su pipa invaden la estancia.
Parece que tus protagonistas seguirán siendo felices al ignorar que ya están muertos. Al menos se han evitado el terror que debe causar la inminencia de la muerte.
Muchas gracias por tu comentario Gloria. Pero ¿te susurro un secreto? Uno de los dos sí sabe que lo están.
Supongo que el de la pipa es el que no lo sabe. A mí también me había dado la idea de que los dos estaban muertos sin saberlo y vivían en ese buque hundido.
Hola Lorenzo: ambos se dan cuenta de que su luna de miel dura una eternidad. Pero sólo uno «sabe», sin parecerle extraño, que atraviesan los iceberg. Ese personaje es el dueño de la escena y situación. Fíjate en que es el que observa y disfruta plenamente haciéndolo, con el mismo placer con el que se prepara y fuma una pipa.
Muchas gracias por tu visita.
Pues yo creo que son la misma pareja de mi cuento. !Qué casualidad!
Pues dame tiempo Carmen, que llegaré a nuestro camarote compartido.
Besos
Una escena breve llena de posibilidades, contada con precisa delicadeza que nos hace reflexionar sobre lo cerca que pueden estar la vida y la muerte.
Un comentario muy acertado José Ignacio. La delicadeza es necesaria en esta escena que es de puro mimo y amor, sobre todo de él hacía ella. Y tu visión sobre la vida y la muerte…. yo me imagino (creo que he visto demasiadas películas) que hay un momento de confusión entre ambos estados. ¿La confusión se podrá medir en la variable tiempo?
Muchas gracias.
Isabel, a mí me da que esas respuestas encorsetadas, «sí, mi amor», «no, mi amor», indican que, aunque la admira, se le va a hacer muy larga la luna de miel, jajaja. Abrazos.
Haría un: no, no no. Es un instante perfecto. Imagínate siendo él, sentado, fumando la pipa, disfrutando de la contemplación de esa bella señorita a la que ama desde hace una eternidad. Ese «sí o no mi amor» están dichos de todo corazón y con un guiño de sabia comprensión, del que sabe hacia la que ignora toda la Verdad. ¿No crees que pueda existir ese amor? Seguro que sí.
Besos
Isabel, ni la muerte los separa, eso es bonito. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda, soy una romántica empedernida.
Buenas noches Juan: lo has entendido a la perfección. Él sabe porque ya ha vivido muchas vidas, ha ido y vuelto tantas veces que ya no existe misterio para él, es un hombre despierto. Él la protege, él es el que ha creado esa ilusión de vida para ella y, por supuesto, para poder seguir juntos. ¿Quieres liberarlos? Si ambos despiertan… tal vez necesitarían separarse y continuar distintos caminos. Puede que sí, pero aun no, es pronto, déjame que pueda seguir mirándome en el espejo y contemplando el reflejo del hombre que amo y oler sus volutas de humo.
Una luna escondida en las nubes preciosa.
Te voy a contar un secreto, no se lo cuentes a nadie: escribo porque disfruto haciéndolo, eso es una parte, por otra lo hago para curarme de querer ganar. Además tu tienes que hacerlo 66 veces 6 antes que yo.
Isabel
Muchas gracias Ana, es un comentario muy bonito. Tienes un don especial para contestar, no tanto al que escribe, sino a la persona que hay detrás.
Besos
Un amor eterno, delicado, como tus palabras elegidas con acierto, para dar esa sensación de paz en tus protagonistas, aun sabiendo que están muertos.
Bella historia. Un beso Isabel.
Muchas gracias María Belén, gracias por captar tan bien esa sensación de paz tranquila de los protagonistas. Son tantos relatos que, por lo menos yo que soy una impaciente nata, muchas veces leo las palabras pero no saboreo su significado.
Un beso muy grande también para ti.
Tu relato me transmite mucho más de lo que has escrito, creo que ahí está la clave de tu acierto. Me has traído a la cabeza el argumento de la última novela de Javier Marías, a veces es más fácil -y feliz- vivir sin saber, vivir en la ignorancia.
Me ha gustado mucho, que les dure la felicidad.
Muchas gracias Reve, porque si lo has sentido me siento muy feliz. Muchas veces pocas palabras dicen mucho. De esta manera dejas al lector la posibilidad de IMAGINAR. Y con cada interpretación la historia se enriquece. Así que gracias doblemente.
Y tienes razón, muchas veces vivimos en la ignorancia y otras….. la elegimos.
Un beso muy fuerte. Y que tengas un día maravilloso.
Eternamente juntos se amaron en vida y se siguen amando con sus cuerpos eterios. Precioso, micro lleno de sentimientos. Me gustó mucho tu idea. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Muchas gracias Sotirios por tu comentario al mío en tu relato y por éste, tan amable, en mi camarote de amor eterno. El mes que viene seguro que nos sorprendes con alguna idea genial.
Hasta entonces.
Ah! Me he divertido un montón con los dos amigos, el griego y el españolito, tal para cual.
Perfecto instante, Isabel el que nos narras. Me ha encantado la calculada indiferencia de él para poder disfrutar de su amor durante toda la eternidad. Precioso.
Un beso.
Hola Izaskum! Me encanta esa apreciación que haces: «calculada indiferencia». Claro que sí, él es un caballero. Todos sus movimientos son perfectos, imagínalo preparando su bonita pipa y fumando. Todo en él es un ritual. Como el amor que profesa a su bella Leonor. Imagina la seguridad, inteligencia y a la vez franqueza en su mirada.
Muchas gracias por apreciar este instante.
Anda ¿serán estos los personajes d emi camariote fantasma? me encanta ese atravesar icebergs y lo natural que parece. Suerte Isabel.
Hola Eva, los mismos los mismos no son, pero son curiosas las similitudes.
Muchas gracias a ti por venir aquí.
Hola Isabel,
Muy bien, parece que partiste de la ilustración del mes y creaste una minificción que se asemeja a un «Ghost» en el fondo del océano.
Saludos.
Hola Óscar:
El Titanic fantasma de mi relato no está hundido, navega sobre un mar real. Como si hubiera habido una escisión del barco en dos: la parte material que se hundió y la otra parte que no quiso aceptar esa realidad y se perpetúa ad infinitum. El mes pasado me equivoqué y preparé este relato pensando que era el que correspondía y, cuando lo iba a publicar me di cuenta del error.
Muchas gracias por tu comentario.
Al parecer se ganaron la eternidad y nada menos que en una luna de miel.
Muy original.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias El Molí. Eligieron un cielo a su medida. Besos
Isabel, me gusta tu relato. Palabras precisas y sutiles.
Felicidades.
Muchas gracias María: toda la historia que por una parte yo imagino y por la otra vosotros enriquecéis, es la que sostiene a las palabras del relato.
Besos
Enhorabuena por el micro. Palabras perfectamente escogidas para ir abriéndole los ojos al lector. Bravo Isabel. Y gracias por tu comentario.
Muchas gracias a ti también por tus comentarios. Tú sí que eres amable, al comentarme en tu relato y en el mío, dos veces agradecida.
Un gran saludo
Ternura,fantasía, misterio y desconcierto.
Hola Edita, sobre todo yo destaco la ternura. Ernesto la protege con toda la ternura del mundo, y es con ella y con enorme amor con el que la observa mientras ella se peina.
Muchas gracias por tus palabras.
Es tan solo un instante y transmites toda la eternidad que llevan juntos. Coincido en la apreciación que te han hecho: la indiferencia de él no sólo es reflejo de que conoce la verdad de su situación sino que apunta a que ya está un pelín cansado de la pantomima.
Suerte y abrazos
Hola Anna, mi idea no era transmitir cansancio en su eternidad. Los «si mi amor» y «no mi amor» son reales, no simulados ni dichos con hastío. Sin embargo, esa, la que tu lees, podría ser otra posible interpretación de lo escrito, claro que si.
Muchas gracias. Besos.
Pues disculpa Isabel, las comillas del título me indujeron a leer tu relato con un tono de ironía que al parecer no existía. Pero leído con el tono que tu quisiste darle sigue siendo igual de bueno.
Abrazos
Es estupendo, Isabel. Te saltas con una naturalidad asombrosa el drama y el dolor, y acabas como deben acabar todos los cuentos… «Y fueron felices». Quizás una carcajada no, pero deja una sonrisa de las que duran mucho tiempo. Felicidades.
Hola Luis: es que el tema del mes era muy dramático, no? Hay que elegir: escribir sobre drama no me gusta, el drama es demasiado patente en la vida, se ve, se toca, se huele, se siente….., entonces no tenía otra alternativa, me lo he saltado.
Y me ha encantado este mes porque hay relatos muy originales y, pese a lo que se barruntaba, las apuestas escapan también de lo obvio.
Tu barakaldo es una buena prueba.
La carcajada fue lo primero que me vino cuando me imaginé a mis amantes atravesando iceberg para la eternidad. Luego al describir la escena se me quedó la sonrisa de la que hablas.
Muchas gracias por tu sonrisa y por las felicitaciones.