93. Ya Pasará…
Edelmiro y Sisenanda tenían una mala racha. Él lo repetía sin cesar: una mala racha. Lo que quedaba de cosecha se arruinó en un aguacero y un mal granizo remató la faena, una epidemia se llevó las pocas cabras que pacían en el establo y un pequeño incendio en casa convirtió en cenizas la despensa y buena parte de sus recuerdos.
No te apures Edelmiro, ya pasará, le decía ella. Y él, con su acuosa mirada de tristeza, abría la boca para decir algo, pero siempre se arrepentía en el último momento y callaba. Edelmiro miraba al cielo en busca de respuestas mientras su hacha surcaba el aire en una melodía de acero y madera. Mañana pasará…
Aquella madrugada las silenciosas calles de pizarra volvieron a escuchar el eco de las pisadas de la Compaña que regresaba del paseo de los cipreses con su botín de almas. A su paso la niebla, que envolvía el camino, sólo se resquebrajaba por un viento que hacía aullar las carcomidas ventanas y que cabalgaba por las techumbres caídas, lastimaba las rejas del cementerio y se paraba para hacer una reverencia ante una cruz de madera ensangrentada y su tallado epitafio: “Por fin pasó»
Luis, principio y final muy bueno, en una parte del relato me perdí por los modismos (soy argentino) pero me agradó.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias por comentar. Últimamente están muy caros los comentarios. Agradecido también por la critica, pues uno no siempre se da cuenta de esos detalles cuando escribe.
LuisCar
Bueno, después de todo su mujer tenía razón, aunque él no lo presenciara en vida.
Me gusta especialmente el último párrafo.
Un saludo y suerte.
Muchas gracias por el comentario y mucha suerte.
Muy bien enlazados principio y final con el juego de palabras y la sensación de que todo(s) estamos de paso. Fíjate que yo hubiera incluso repetido la cantinela de la mujer en el segundo párrafo («Ya pasará» -otra vez- en lugar de «Mañana pasará») no se porqué pero me suena bien, como algo tan insistente como su desgracia o como la muerte, que siempre pasa.
Muchas gracias por tu comentario. Si te digo la verdad estuve dudando entre repetir la cantinela o poner el mañana pasará. Pero decidí por el ultimo para dar una pista de lo que realmente quería contar, que Edelmiro asesina a Sisenanda para terminar con la mala racha y la cantinela, seguramente no por este orden.
Suerte. LuisCar
¿Me lo parece a mí o Edelmiro ha usado el hacha para menesteres poco saludables para su mujer? Yo he interpretado que el hombre estaba harto de los comentarios cenizos de su mujer y que la mató. Eso sí, también talló una cruz de madera con su epitafio. Me ha gustado que hayas incluido a la Santa Compaña, LuisCar.
Abrazos.
Bingo. El premio es tuyo. Así es y así quise contarlo, y la Santa Compaña no ha sido más que un recurso para situar temporal y espacialmente el relato.
Muchas gracias y mucha suerte.
LuisCar.
Muy bueno ese juego de palabras y como has hilvanado con esa leyenda de la que tanto he oído hablar y que tanto me llama la atención. Me gusta como nos pones en situación sobre los protagonistas. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias por tus amables palabras. El otro día me pase por tu web y me gusto bastante.
A ver si hay suerte.
Un abrazo.
LuisCar
Ay, Dios. Qué buena historia, y qué llena de verdad… Felicidades!
Muchas gracias. Me alegra mucho que te haya gustado.
LuisCar.
Luis, la mala racha no era en vano, lastima. Sencillo y bien hilvanado tu cuento. suerte y saludos
Creo que es importante identificar las malas Rachad no vaya a ser que de buenas a primeras te encuentres a hombros de las Compaña. Aunque después de todo es una cuestion de tiempo.
Muchas gracias y mucha suerte.
LuisCar