YO ESTABA MUY BUENO, de Jesús Redondo Lavín
-Si ¡tú estabas muy bien!
De sopetón me lo soltó una coetánea comadre.
Entré en la pubertad después de pasar mi niñez entre misas. Misas matutinas del colegio, misas de fin de semana, de cuaresma y navidad; misas de primeros viernes y obligatorios “panges lingua gloriosis” antes del cine pasado por censura; confesiones abrazado por Don Tomás, respirando su fétido aliento como anticipo de la penitencia.
Me enfrenté, mentalmente absolutamente capado, a las pasiones de la adolescencia.
No tenía ninguna idea de que yo resultase atractivo. Nadie me lo dijo, ni yo noté la más mínima insinuación al respecto.
Incluso, la que hoy es mi mujer, a quien no conocí en una cita a ciegas, afeaba mi mal gusto en el vestir. Yo vestía a cuadros de chaleco a calcetines. Además, sin llegar a sufrir de la esteatopigia de los hotentotes, confesó que sentía una cierta vergüenza al pasear de mi brazo por su elegante zona residencial bilbaína del “Paseo de Volantín”, dadas mis nalgas respingonas.
¡Dios!: ¡Qué pronto pierden protagonismo las nalgas!
– Querida comadre, te podrías haber insinuado más notoriamente. No me comí una rosca hasta que me casó aquel cura al que llamábamos “el peli”, por taheño.
Relato de la quedada «Cita a ciegas» en Santander
Hummmm… El autor puede ser Jeús
aqui el autor es jams
pues a mi me parece mas de Maria Elejoste… por esta tonalidad costumbrista…
De María Elejoste me parece a mi también…pero ¡qué difícil es esto! Voy a ver si eso del nombre de Paloma Casado es una trampita o no…se siente una como Poirot.
Yo creo que este es de Jesús.
Yo también creo que es de Jesus. Tiene un retranquilla que me mola, me parece a mí muy en su línea.
Ahora ya es otra cosa, la moda y el estilismo están al alcance de todos, los chicos se implican más en elegir vestuario, nos hemos internacionalizados o globalizado, se lleva de todo. Nunca es tarde para incorporarse a lo que sea, pero eso sí, las nalgas pierden pronto protagonismo.
Me gustó el relato-confesión.
Un abrazo.
Parece de Jans
Jesús, el cuento para mí un tanto enmarañado por la profusión no solo de nalgas sino sobre todo de palabras de tres y cuatro sílabas tan de seguido. Es que me detengo a cada tramo y no avanzo. Pero muy contenta de haberos conocido en directo a ti y a tu mujer, repetiremos seguro.
Un abrazo.