Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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02. A dama do castro

Aquel jueves los gatos no maullaron pidiendo leche: así supo que algo sucedía. No se oía el trajín de Carmen ordeñando, la cántara estaba derramada y un bulto inmóvil obstaculizaba la entrada al establo.

José sobrevivió a la distorsión de esa y las siguientes jornadas, a todas las diligencias, ritos, deberes y emociones en silencio. Cuando por fin todos marcharon,  rastreó el último aliento de Carmen y maldijo su capricho de haberle dejado tirado, solo, en medio de la vida.

Desde entonces, tras el canto del gallo, un tazón de leche con sopas le esperaba en la cocina, los huevos del corral amanecían en la cesta y, mientras él trabajaba en la cuadra, el caldo hervía lentamente, la ropa se lavaba, el suelo se barría y el agua ascendía sola hasta el brocal del pozo.

José, acostumbrado a no ocuparse jamás de esas cosas, apenas se percataba de tales prodigios, como tampoco le parecía extraño vislumbrar retazos de tela blanca desapareciendo por los rincones.

Lo que sí le maravillaba era que ni el veterinario  ni el maestro supieran darle razón de por qué las andoriñas volaban en círculos sobre su cabeza, vigilándole, cuando abandonaba la casa o salía al prado.

 

(RELATO FUERA DE CONCURSO)

*Dama do castro: personaje de la mitología gallega que habita en los castros o torres derrumbadas de los castillos. También llamada Doncela encantada, viste una túnica blanca de larga cola, puede aparecer en forma de algún animal y gusta de ayudar a la gente que la busca o que se encuentra en apuros o afligida por alguna desgracia.

*Andoriña: anduriña, golondrina.

 

 

28 Responses

  1. María José Viz Blanco

    La mitología ancestral gallega pienso que es de las más ricas de España (y no lo digo por ser gallega, jaja). Aún pervive el imaginario esotérico, pleno de supersticiones y fantasía, en la memoria de muchos ancianos, a pesar de estar inmersos en la era de lo constatable, de lo empírico.
    Un saludo, Eva.

    1. Eva García

      Cierto Mª José, esta tierra está llena de creencias mágicas y supersticiones que resisten el paso del progreso acantonadas en los reacunchos de toda la geografía y no sólo en la memoria de los ancianos, sino en la impronta dejada a los jóvenes. Un saludo.

    1. Eva García

      La verdad es que un relato lleno de realidad con una pincelada de tradición, María. José existe, y su inquietud por el comportamiento de las andoriñas, también.
      Feliz estación sea la que sea.

  2. Ángel Saiz Mora

    Un hombre solo a su pesar, «tirado en medio de la vida», abrumado por las obligaciones que antes eran compartidas, pero también por algo que no dice y siente de continuo, por un vacío que le palpita dentro, una ausencia que le raspa las entrañas. Ni él es tan duro como intenta aparentar, ni todo es tan crudo, porque aquella que se fue sigue velando por él, aliviándole un poco de sus cargas.
    Un relato lleno de magia y tradición.
    Un abrazo, Eva

    1. Eva García

      Siempre dando en la diana al analizar, Ángel. No me daban las 200 palabras para describirle, pero gracias a ti siento que lo he logrado. El José de verdad siempre lleva un palillo en la comisura de la boca, sus ojos sonríen burlones aunque su rostro sea impenetrable y a pesar de tener que dar la imagen que se espera de un rudo aldeano, es tierno por dentro. Un beso y gracias.

  3. Calamanda

    Eva, magia y ternura en esta situacion tan dificil de superar, y que la haces cotidiana con la sencillez y calidad de estas palabras. Saludos

  4. Paloma Casado

    Qué bonico, Eva. Tú si que eres una dama do Castro trabajando sin que nadie lo note dentro de este blog y recolectando en tu cámara la belleza de la naturaleza.

  5. Salvador Esteve

    No hace falta grandes prodigios, la magia a lomos de la dama alivia la carga cotidiana de un hombre bueno, tanto que hasta las andoriñas le rinden pleitesía. Un relato con aroma gallego. Precioso, Eva. Abrazos.

  6. J. Ignacio

    Hola. Pues en realidad los castros eran asentamientos romanos (de ahí viene la palabra ‘castrense’), de campaña o permamentes, sobre los cuales se acabaron construyendo numerosos castillos.

    Pero un castro también tiene connotaciones geográficas, que es a donde yo quería llegar, pues una vez leí que esos asentamientos no siempre se elegían por cuestiones estratégicas, sino esotéricas: lugares especiales, mágicos, donde confluyen fuerzas telúricas, y por eso las distintas culturas los había elegido invariablemente para construir allí sus aldeas, fuertes, castillos, etc. Siempre asentamientos fortificados, eso sí, y siempre en el mismo lugar, sobre el mismo ‘castro’

    Cierto o no (personalmente no me lo creo), sí ocurre que pocas imágenes son tan evocadoras como la silueta de un castillo en el horizonte, y las leyendas que surgen en torno a ellos.

    Esta tuya de la Dama do Castro, me parece preciosa. Y me pregunto si no habrá un fondo de verdad en ella, una dama buena y generosa empeñada en ayudar a la gente humilde y necesitada.

    ¿Hace falta añadir que me ha encantado? 😉

    1. Eva García

      Gracias por tus palabras J. Ignacio. En realidad el fondo de verdad del cuento es la parte menos mágica del mismo, pero puedo asegurarte que la casa de esta persona, sin castillo ni castro reconocibles cerca, rebosa energía telúrica. Un abrazo.

    1. Eva García

      Hola Edita. En mi caso quiza la trayectoria fue la contraria. Quería contar esta historia y busqué un ser mágico que se adaptara a ella. Afortunadamente en esta terra chea de maxia hay mucho y bueno donde escoger 🙂 Un beso.

  7. Poco puedo decir a estas alturas, que me ha emocionado, mucho, y que por mi experiencia personal, cuando se va alguien que te es muy cercano, no dejas de verle en todas partes, de una forma fugaz, sí, instantes que te devuelven su presencia y que se van diluyendo hasta convertirse en un lejano eco. Además yo tengo que agradecerte que me hayas descubierto a la doncela y a la andoriña y que me hayas despertado, este lunes de pereza, con tu magia.
    Bssss!!

    1. Eva García

      También yo tengo experiencias personales al respecto, Lagarto. Y es hermoso, y es reconfortante pensar que existe alguna huella, algún vínculo. Un beso enorme, que a ver si te puedo dar envivoenbreve ;).

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