Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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14. INTERIORIDADES (Edita)

Todo el mundo lo conoce por el chico del arradio, como él llama al aparato que siempre lleva consigo. Nadie en el pueblo lo oyó funcionar jamás, pero no se despega del dichoso trasto ni para ir a misa. Es muy devoto. A veces entra en la iglesia acompañado de su destartalada compañera y tarda horas en salir.

Apareció hace unos meses, exhausto y harapiento, pidiendo pan en la primera vivienda que encontró. Tanta compasión infundía, que los dueños no dudaron en prestarle ayuda sin recelo alguno. Después de proporcionarle ropa y alimento, lo acomodaron en el almacén de aperos. Permaneció inmóvil en el camastro, abrazado a su tesoro, más de veinticuatro horas. Cuando despertó, lo primero que hizo fue preguntar por el párroco. El cura parecía esperarlo. Desde entonces, vive en la casa rectoral.

Hoy me crucé con él en la ribera. Sollozaba. Extrañado al verlo sin la radio, osé preguntarle por ella. Suspirando aún, me condujo hacia el río. Cuando pudo, habló.

—Por fin, he cumplido los últimos deseos de mi madre: buscar a mi padre, mantenerla eternamente unida a su viejo transistor y enviar las cenizas al mar que nunca vimos. La corriente prometió ayudarme.

33 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un aparato de radio fue durante mucho tiempo la única ventana y escapatoria a otros mundos para muchas personas humildes. No es de extrañar que sirva como recipiente para depositar en él los últimos restos, que arrojados al mar alcanzarán por fin la libertad que no tuvieron en vida. Aparte, está el detalle de ese padre doble, en su condición de párroco y de progenitor no declarado. Un relato lleno de matices y de una rica vida interior que termina por abrirse al mundo, como la que brota de un transistor.
    Un abrazo, Edita. Suerte

  2. Gloria Arcos Lado

    Bello relato Edita que aúna una búsqueda interior y exterior, una historia que se revela dura, difícil y secreta y el cumplimiento final de una promesa pese a todas las dificultades que ha tenido que superar tu protagonista.
    Un fuerte abrazo de Gloria.

  3. Salvador Esteve

    La radio como compañera de viaje en vida y como velero del alma en muerte, que la llevará con la complicidad del agua a surcar los mares del recuerdo. Entrañable y precioso relato, Edita. Abrazos.

  4. Mª Belén Mateos

    Nadie sabe las interioridades de cada persona, actitudes que parecen de poca cordura o anómalas, pueden tener un significado tan profundo o tan comprometido y tierno como en tu relato.
    Bien llevada la historia, hasta mantenernos expectantes sobre el porqué de su actitud. Ese Padre, doblemente padre…
    Buena historia, buen relato Edita.
    Abrazos.

  5. Modes Lobato Marcos

    Nos introduces en un túnel, poco a poco y desde la lejanía divisamos una luz, y las últimas frases llenan de claridad la historia.
    Ahí, hasta el título con sus múltiples interpretaciones, adquiere sentido.
    Ojalá, gracias a la corriente, las cenizas saboreen el agua salada…

  6. Ton Pedraz

    Preciosa historia, como todas las tuyas.
    Lo escribes, aunque para mí es como si los fotogramas estuviesen desfilando sobre mi retina.
    Ton.

  7. Entrañable historia que cala hondo. Ese protagonista de aparente desamparo tenía sentimientos muy sólidos y no para hasta lograr cumplir los deseos de su madre. Un verdadero ejemplo. Muy lograda la imagen de esa radio callada portadora de un gran mensaje. Me ha entusiasmado, Edita. ¡Enhorabuena!

  8. Izaskun

    Qué bonito y qué bien armado, Edita. Me ha gustado mucho el recorrido por el que nos has llevado, y la motivación del personaje. Precioso.
    Abrazos

  9. Reve Llyn

    Menuda encomienda, en el cumplimiento de su misión el hijo saca a la luz toda la vida interior (en penumbras y oscura me llega a mi) de la que fue su su madre.

    P.D.: telita con el párroco.

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