Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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29. Nocturno en do menor

La pequeña temblaba bajo el velo de una noche inusitadamente oscura. Incapaz de proferir queja alguna que acompañase al vaho de sus labios, intentaba descifrar las maniobras que su padre realizaba conforme iba despojándola de la ropa, cubierta de una escarcha grisácea y crepitante. Ni siquiera el halo de luz nacido a sus pies lograba reconfortarla del frío que le roía las entrañas. Y mientras ella se anegaba en la confusión, su padre seguía afanándose en desprender del vientre de su hija la esquirla de esa luna baja, redonda y grande que había prometido alcanzarle.

22 Responses

  1. Ana Fúster

    Estoy bastante desconcertada. En la primera lectura me he pensado que era un caso de abusos sexuales, influida por el título. Pero no me cuadra. Así que me lo he leído dos veces más y me ha venido a la cabeza, ahora influida por el relato precedente al tuyo, que se trata de un padre que acaba de rescatar a su pequeña de entre los escombros tras un bombardeo, y ahí me encaja todo más: «la ropa cubierta de una escarcha grisácea y crepitante» evoca cenizas y brasas, el «halo de luz nacido a sus pies» puede ser algún tipo de linterna, y el afán del padre por «desprender del vientre de su hija la esquirla», un intento desesperado de salvarle la vida. Sé que no te gusta explicar tus relatos, así que ahí lo dejo. Igual no he dado ni una. Un abrazo y suerte.

  2. Salvador Esteve

    Eduardo, el relato me ha encantado. Mi interpretación es distinta a la de Ana, aunque la suya me ha parecido genial. Para mí, la luna baja es el reflejo de ésta sobre un lago o estanque helado y la niña al pretender alcanzarla se produce el accidente; su padre intenta socorrerla dándole calor. Seguramente ni me he acercado, pero poco importa, el mérito del relato es que produce interpretaciones y sensaciones diferentes. Abrazos y feliz verano.

  3. Yo ya no quiero dar mi interpretación, porque añadiría más confusión, y, en realidad, va por la misma pista que mis compañeros: en vez de Do menor, pensé en La menor. Eso es lo bueno de los relatos misteriosos.
    Un saludo
    JM

  4. Pues yo prefiero quedarme con la lectura literal-mágica y me ha impresionado la tragedia de ese padre que intenta infructuosamente detener la transformación de su pequeña en una luna-niña.
    Pa que te rías.
    Un abrazo.

  5. Mª Belén Mateos

    Preciosas palabras para un relato un tanto confuso, con más de una interpretación. Ello no quita para que su esencia al leerla te guste.
    Un abrazo Eduardo

  6. El relato me gusta y creo que está perfectamente contado, pero será culpa mía, me cuesta encajarle un significado claro. Ya han hecho varias interpretaciones plausibles, no te dejo la mía, pero te digo que la historia que has contado te cala. Mucha suerte 🙂

  7. Eduardo Iáñez

    Gracias por deteneros a comentar, Ana, Salva, Concha, Juan Manuel, Patricia, Edita, Mª Belén, Ana U., Juan Antonio.
    Me alegra enormemente que todos digáis que, de algún modo, la historia os ha calado, al margen de interpretaciones. Como bien dice Ana Fúster, no me gusta explicar el sentido de lo que escribo, pues creo que toda creación es un misterio (mejor o peor resuelto, eso es cierto) que no necesita mayor explicación. Por eso disfruto del sentido que le dan otros, como vosotros gentilmente habéis hecho, y os lo agradezco.
    Saludos.

    1. Eduardo Iáñez

      Gracias, Calamanda. Por tu comentario y por tus deseos para este relato triste, sí, y que me agrada que consideres bello. Saludos.

  8. Nieves Martínez Menaya

    Cuentes lo que cuentes,la trayectoria del ritmo es impecable desde ese cuidado despegue con que inicias tu historia:» La pequeña temblaba bajo el velo de una noche inusitadamente oscura». La melodía de la frase avanza transparente con un movimiento sinuoso que se reparte administrado con inteligencia hasta que llega a cada punto y seguido. Musical, sobre todo. Incluso hasta la última frase hace el papel de inevitable Coda. Un abrazo

    1. Eduardo Iáñez

      Muchísimas gracias por tus sonrojantes palabras, Nieves, pero la verdad es que has dado donde duele: que suene, que lo contado suene… Sin ser un purista (al menos, eso creo), ciertamente intento practicar ese principio de «la música ante todo» que dijo Verlaine. Aunque, como él, añado: «quedémonos con una canción gris, / que junta lo más claro a lo indeciso. […] ¡Lo que buscamos siempre es el matiz, / solo el matiz y nada de color!» Pues eso.
      Muchas gracias por pasarte, Nieves. Un abrazo también para ti.

  9. Isabel

    Lo que sí queda bien claro en tu relato es el gran amor y determinación de un padre que lo da todo por su hija. Y la sensación de frio y ausencia en ella.

    1. Eduardo Iáñez

      Perfecto. Lo tuyo sí que es un microrrelato: no se puede decir más con menos. Muchas gracias por pasarte y por decirlo tan requetebién.

    1. Eduardo Iáñez

      Gracias por tu sugerencia ambiental, Loren, la tendré muy en cuenta. Y gracias también por pasarte por aquí de nuevo.
      Aprovecho para felicitarte, desde aquí, por la selección de tu relato «Amor platónico» en el concurso de Relatos con banda sonora. Lo leí en tu blog y me pareció magnífico, así que me parece justísimo que llegues a la final, en la que te deseo toda la suerte del mundo mundial.
      Un fuerte abrazo.

    1. Eduardo Iáñez

      Gracias, María. Y magnífica descripción de mi relato: amor y promesas difíciles. Me gusta. Con tu permiso, me lo apropio.
      Saludos.

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