Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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35. LOS OJOS DE UN NIÑO (Paloma Hidalgo Díez)

Los periodistas que iban a filmar a toda la familia esperando al gran héroe que volvía, nos dejaron diez minutos para aprendernos lo que debíamos decir sobre él. Al parecer, a nuestros compatriotas, no iba a resultarles muy agradable escuchar lo mucho que le odiábamos mi hermano y yo, por haber dejado de ser el taxista con el que jugábamos todos los días. Después comenzaron a grabar. En todas las televisiones se recibían en directo imágenes de nuestro pelo rubio bien repeinado, y de los pantaloncitos cortos a juego con los vivos de las camisas blancas que llevábamos. También de mis labios, por ser el pequeño, mientras explicaba al mundo que me alegraba mucho de que mi papá fuera astronauta y de que pudiera salir a jugar con la luna y las estrellas todas las noches. Pero ni un solo primer plano de nuestras miradas. Papá siempre nos pedía que le mirásemos a los ojos. Decía, aunque quieran, los ojos de un niño no saben mentir. Papá tenía razón. Cuando, minutos después, el transbordador se desintegraba al efectuar su entrada en la atmósfera, nuestros iris, tan azules como el cielo, llenaban la pantalla de dolor, angustia, e incredulidad.

38 Responses

  1. Narras de una manera que resulta complicado no «ver» lo que has descrito. Y en tan poco espacio me parece de mérito. Me has recordado, siendo pequeño, aquel fatídico accidente en el que murió la primera profesora que iba a dar la primera clase desde el espacio. Mucha suerte 🙂

  2. EDUARDO MARTÍN ZURITA

    Paloma, magister Paloma, un juego verdad-mentira, mentira-verdad con un vuelo espacial de por medio y un final con ese vuelo abortado y con esas miradas infantiles cosechando incredulidad. A menudo me pregunto si existe el espacio sideral, o sí y solo porque lo miramos con ojos niños. Una teórica fiesta devenida en tragedia. Texto compacto y muy visual. Perfecto. Te felicito. Oye,¿no te pediría el correo George Clooney en un descuido?
    Besos.

    1. Gracias, Eduardo,por tu comentario y por tu generosa valoración del texto. Si algo me quedó claro cuando estuve bajo la panza del Endeavor fue justamente eso: lo pequeños que somos frente al inconmensurable espacio. Y lo lejos que aún así, ha llegado el ser humano.
      Con respecto a Mr.Clooney…

      Un abrazo

  3. María José Viz Blanco

    Paloma, me gusta cómo te detienes en los que quedan en tierra, en los que viven alrededor del sueño de un adulto y cómo lo ven, impotentes, desintegrarse en el cielo. ¡Felicidades!

  4. María Jesús Briones

    Conoces muy bien el mundo infantil, y lo plasmas con acierto en este relato.
    Me ha hecho mucha gracia la similitud del conductor del taxi, con el astronauta
    y me ha conmovido, los hermanitos huérfanos después de la aventura.
    Un abrazo, Paloma

    1. Sí, pensé en un conductor de autobús, pero me incliné por el taxi al final porque hubo algunos conductores de autobús seleccionados para convertirse en astronautas, aunque luego no llegaron a hacerlo. Pero nunca hubo ningún taxista.
      Me gusta la infancia, su mundo, sus peculiaridades, y me gusta escribir con niños protagonistas porque son capaces de casi casi cualquier cosa.
      Las misiones espaciales han dejado algún que otro huérfano, podríamos decir que esto es un minúsculo homenaje a esos niños.

      Un beso, María Jesús.

  5. Ángel Saiz Mora

    Suele decirse que los niños y los locos siempre dicen la verdad, no están contaminados por convenciones, ni domesticados como algunos querrían. El título es muy bueno, pues resume la principal enseñanza del padre que heredarán esos pequeños repeinados para la ocasión. Su visión es un prisma privilegiado que nos invita a acercarnos una realidad por todos conocida bajo un prima distinto, más puro y cierto.
    Un abrazo, Paloma. Suerte

    1. Paloma Hidalgo Díez

      Ángel, como siempre, bisturí en mano, «operas» el texto con delicadeza. Me alegro de que te guste el t´Ítulo, es una parte muy comprometida con el texto. Y sí, la realidad, con toda su dureza para el mundo, es mucho más cruda aún para los niños.
      Muchas gracias
      Un abrazo.

  6. Margarita del Brezo

    Estos niños tendrán que aprender a jugar con las estrellas ellos solos. Espero que lo consigan.
    Un saludo, Paloma

    1. Paloma Hidalgo Díez

      Quizá cuando crezcan puedan buscar los ojos de su padre en el brillo de alguna, si vuelvo a cruzarme con ellos, quién sabe, los personajes de mis relatos a veces vuelven a visitarme, les preguntaré si lo hicieron, si aprendieron a jugar con las estrellas.

      Un saludo, Margarita, y gracias por comentar.

  7. M Belén Mateos Galán

    Sentimientos encontrados en tu magnífico relato. Amor y odio, mentira y realidad. Nos dejas unas imágenes que nos son fáciles de visualizar, con pocas pinceladas, bien trazadas, nos describes todo un mundo en la mirada, pensamiento, vestimenta y sentimientos de los niños.
    Y es que en ellos la transparencia y sinceridad es muy dificil de ocultar.
    Me reencanta preciosa Paloma.
    Un beso grande.

  8. Inma Núñez Hervás (Matrioska)

    Por muy astronauta o héroe que sea, un niño nunca entenderá que su padre se aleje de él. Muy bien dibujado ese momento de tensa espera frente a la expectación de la llegada y el desastroso final. Tengo la imagen de esos críos en la retina. Felicidades, Paloma. Un beso.

    1. Creí que había respondido a tu comentario, pero… Pues lo repito y Santas Pascuas!
      La infancia y su mundo, casan mal a veces con los adultos y el suyo, eso es.
      Y me alegra saber que te quedas con esos pequeños en la retina, muchas gracias por compartirlo Inma.
      Un beso.

  9. Me parece un relato muy visual. Donde los ojos de los niños no se ven hasta el final. Porque los ojos no mienten, y hasta entonces, esos niños pulcros y repeinados, son una mentira.
    ¿Suerte!

  10. Ton Pedraz

    Magnífico relato Paloma. Y muy acertada la elección de los ojos de esos niños, como el eje sobre el cual acabas consiguiendo que gire la acción hasta el final.
    Enhorabuena Paloma. Te deseo suerte.
    Ton.

  11. Me ha costado entrar en el texto, me ha resultado complejo, no me ubicaba. En lecturas posteriores atisbo el dolor de la ausencia de los padres. Debe reconocer que lo del taxista me despista. En fin, cosas mías. Suerte.

    1. Paloma

      Tú mira a los ojos de los niños, y déjate llevar. Ya está. Y si te sigue costando entrar, pero entras, ya merece la pena. Y vamos, que de ser, serán cosas de los dos.

      Un beso.

    1. Paloma

      Gracias María, por lo que he tardado en agradecerte que hayas leído y comentado, casi podría desearte feliz verano…Ains, lo siento.

      Un abrazo.

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