Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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48. TRIBUTO

Cuando el último rayo de luz de la tarde se desvanece, la noche invade cada rincón del pueblo. Para entonces, sus habitantes no han tardado en refugiarse dentro de las casas, con las ventanas cerradas, las chimeneas apagadas y los portones atrancados. Tan solo la tenue llama de los candiles rompe la oscuridad iluminando sus caras temerosas. Permanecen quietos, salvo por algunos escalofríos, a la espera. Fuera, la noche viene acompañada del ulular del viento y otros ruidos, como silbidos lejanos, que poco a poco dejan claro el sonido de ladridos que se acercan a toda prisa. De un tiempo a esta parte atormentan a estas almas desvalidas, recorren las callejuelas y golpean a su paso las aldabas que encuentran. En cuestión de minutos, que parecen eternos, retorna el silencio, pero nadie se atreve a moverse. Y no lo harán hasta el amanecer, para tras comprobar las huellas de los canes en el camino, descubrir que un nuevo recuento en la plaza deja constancia de quien falta esta vez.

29 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Qué bueno. Tu relato lo veo como una alegoría en la que nos muestras la forma de actuar de demasiadas personas. Se esconden en lo más profundo de sus guaridas en lugar de tratar de unirse para plantarle cara a esos miedos recurrentes. Además, lo matizas con una prosa espléndida en su sonoridad. Enhorabuena. Suerte y saludos, David.

  2. Ángel Saiz Mora

    La jauría acude cada noche a tomarse su tributo. Los hombres, insolidarios y cobardes, prefieren ocultarse a plantar cara a la amenaza, en la creencia de que siempre serán otras las víctimas, de que esa estadística no va a afectarles si agachan la cabeza, se esconden en las sombras y miran para otro lado, algo que vemos con demasiado frecuencia cada día.
    Es un gusto leerte siempre, también por aquí, David.
    Un abrazo y suerte

  3. María José Viz Blanco

    David, has escrito un gran relato. Está muy bien esa ambientación de cobardía, de reclusión en las casas, considerándolas el mejor escondite. Ya me parece escuchar los ladridos de perros hambrientos y siento escalofríos, también. Enhorabuena.
    Un abrazo.

  4. Consigues un ambiente inquietante, David, con una historia muy bien contada y con un final a la altura de un fantástico relato de terror. El alma se encoje ante lo desconocido, y aún más cuando lo inexplicado aparece arropado por la noche.
    Repito. Fantástico relato, David. Enhorabuena.

    1. Gracias Antonio por comentar, intenté elaborar con esos ingredientes que dices y salirme de la clásica historia de perros como mejor amigo del hombre. Si lo conseguí, muy satisfecho.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  5. Martín Zurita

    Hola, David.
    El género de terror en estado puro. Qué bien nos has ido envolviendo en la atmósfera que se precipita en ese final macabramente espléndido.
    El texto goza de una gran musicalidad, acústica, como me gusta también denominar a esa cualidad en un relato y, sobre la más evidente, admite otras lecturas más profundas en sintonía con los comportamientos humanos que generan esos miedos invencibles. En la interrelación entre víctimas y verdugos, extrapolable, al gusto de cada cual, a diversos ámbitos de la sociedad. Cuando la noche se hace grande sobre el mundo y actúan sus oscuras criaturas… Felicidades. Un abrazote.

  6. Laly Del Blanco Tejerina

    Ya te lo han dicho, pero te lo repito. Fabuloso como has creado ese ambiente de tensión y miedo. Muy muy inquietante. Precioso relato. Enhorabuena.

  7. Tu micro me situó en el medioevo, DAVID, época oscura donde la reacción solía ser ésa: cerrar puertas y ventanas y esconderse de lo desconocido, fuera perro, espectro o bruja.
    Aquí en el título «Tributo» es, sin dudas, sinónimo de «incauto».
    Un micro muy terrible, pero muy bueno.

    Cariños,
    Mariángeles

  8. Salvador Esteve

    Un tributo cobrado al desamparo. Cada ser se refugia en su universo particular, sin darse cuenta de que en el conjunto y en la unión está la fuerza. Muy bueno, David. Un placer volver a oír tu grito de guerra. Abrazos y suerte.

  9. En el recuento de esta noche no faltas tú, y eso nos ha permitido gozar de un texto increíblemente bien planteado. Un retrato social muy acertado, me atrevería a decir, con el miedo y la indiferencia como grandes aliados de los perros (¿quienes serán?)
    Feliz regreso.

    1. Gracias Anna Lopez por comentar y por contar conmigo en este recuento.
      El miedo sobre todo que nos lleva a encerrarnos para así creernos protegidos.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

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