Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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57. Alquimias desalmadas (Eva García)

Tengo miedo. Apenas le reconozco.
Primero fueron los corazones y sesos de la casquería: le traía de vaca, de cerdo, de cordero, de caballo… Había montado un alambique y requisado todos los tarros vacíos que yo tenía en la despensa para envasar mermeladas. Creo que no logró destilar nada interesante, porque su frustración flotaba en el comedor como una nube negra, que solo se disipó cuando comenzaron sus charlas con el párroco y las visitas a la biblioteca. Un día llegó exultante: dijo que ya no necesitaba más despojos de animales.
Pero entonces vino lo peor: compró una enorme balanza de precisión, salía solo hasta bien entrada la noche y empezaron a desaparecer los indigentes del barrio. Esta vez la oscuridad se extendió por casi toda la casa; por lo visto la culpa la tenían 21 gramos de diferencia y un tal MacDougall.
Desde que frecuenta ese templo zen, el aire ha recuperado su transparencia. Parece que ahora se ha empeñado en que el alma está metida en la mirada, no sabe con certeza si anclada a la retina o disuelta en el humor vítreo. O al menos eso murmura mientras afila una legra y observa sonriente mis pupilas dilatadas.

31 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un buscador del alma un tanto desalmado, capaz de cualquier cosa para aislar químicamente aquello de lo que está compuesta, que no acabará nunca de entender que no todo puede medirse en términos científicos. El problema es que sus pruebas con cada vez más peligrosas para los demás, y su obsesión, que no parece tener límites, se vuelve letal por momentos.
    Suerte y un saludo

    1. Si, por algún motivo que desconozco, parece que me ha dado por asesinos y sádicos últimamente. A veces es prederible el desconocimiento de la verdad. Gracias, Ángel y un saludo.

  2. Qué maravilla de relato, contrincanta. Lo he leído ya varias veces y cada vez disfruto más. Felicidades y sin duda tu triunfo en la Copa ENTC ha sido más que merecido. Te seguiré animando desde la barrera y espero aprender de tu maestría. Besos.

    1. Ay Belén, muchas gracias por tus palabras. Por lo que he leído ya no estás en la barrera, así que no sé si se podrá considerar soborno que te de unos cuantos besazos, Bueno, por si acaso, ahí van, sueltos, sin sobre, ¿eh?.

  3. Ton Pedraz

    Terrorífico. Implacable rastreador de almas. Me encanta el ritmo que le has dado en la segunda parte del relato, y el final aterrador. Muy bueno.
    Enhorabuena.

    Ton.

    1. Gracias Ton. La verdad es que llevo dando vueltas al relato desde enero y ha cambiado de ritmo muchas veces, jaja. Yo también me obsesioné con este desalmado y tenía que ponerle a andar. Un abrazo.

  4. Calamanda Nevado

    Eva, no tiene desperdicios la personalidad de tu protagonista, la has descrito con calidad y ritmo. Suerte y Felicidades

    1. Gracias Fernando, yo no sé si es malísimo o curiosísimo, ni siquiera sé qué pretende hacer con un alma destilada, pero hay misterios de la vida que absorben. Yo no creo que seas un desalmado, por cierto ¿pesas 21 gramos menos de lo que debieras acaso? 😛 .Un besote.

  5. Salvador Esteve

    Eva, la búsqueda del alma ha hecho que tu protagonista pierda la suya. Espeluznante personaje que daría para una serie de televisión. Muy bueno, y el final, genial. Abrazos y mucha suerte.

  6. M Belen Mateos Galan

    Guauuu !!! Terror bañado de una sutileza admirable.
    Relato bien diseñado para un argumento se película. No se porque pero me ha venido a la mente la película de «El perfume»
    Muy bien Eva. Besos grandes.

  7. Me ha gustado mucho tu relato Eva. Más veces lo leo más me gusta y más matices le descubro. Un relato que dice, y que te lleva de la mano con esa manera que tienes de contar con la que siempre atrapas. Mucha suerte 🙂

    1. Juan Antonio, yo me pregunto por qué me da últimamente por pensar en personajes tan retorcidos. A ver si la primavera me hace escribir cosas más alegres. Tú sí que atrapas con tus palabras. Un beso y gracias.

  8. Hola Ana. Pues sí, el tal MacDougall ése de dedicó a pesar cuerpos agonizantes y proclamó que pesaban 21 gramos menos después de morir, por lo que dedujp que ése era el peso del alma y lo consideró una prueba científica de que esta existía y abandonaba el cuerpo tras la muerte. Creo que nadie hizo posteriormente experimentos parecidos pero se cuestionó su rigurosidad. Muchas gracias por leerme y por tus deseos. he estado tan ocupada que ni había podido dedicar un rato a contestaros, Ahora espero poder ir leyendo vuestros relatos poco a poco. Un beso.

  9. Izaskun Albéniz

    Creo que ya te lo comenté en el blog, Eva, pero aún así vuelvo a decírtelo, guapa. ¡Cómo manejas la intriga, me encanta! Te deseo muchísima suerte.
    Un millón de besos.

  10. Eva, qué miedito, y qué microrrelato tan original. Espero que no siga buscando la esencia del alma en otros miembros…
    ahora más en serio me encanta la atmósfera creada y cómo has pintado al personaje. Venga quiero ahora verte en unos días de cañón 😉

    1. Hola campeón. Mis cañones están escritos, pero tengo que ponerlos en reposo un poquillo. Al tipo éste, me parece que no lo detiene nadie, a ver si en su próximo experimento se le ocurre buscársela a si mismo…. Besos mil.

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