Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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33. CÓMO LLAMARLO DESAMOR SIENDO ABANDONO (Ana Tomás García)

Marina me dejó abandonado en este lugar, como si hubiera elegido el sitio para que hiciera de metáfora de nuestra historia, en las ruinas de lo que antaño fuera un fabuloso edificio ahora pisoteado por ratas que viven entre los escombros. Limitándose a demostrar que ya no me quería, como si uno fuera un triste helado de chocolate derretido en un cucurucho de galleta blandengue que se tira en una papelera.

Cómo se puede ser tan cínica; cómo puede seguir sonriendo haciéndome tanto daño, después de haberme mimado tanto desde el principio, colmándome de atenciones, detalles y caricias. Claro está que en su vida no había tiempo ya para dedicarme momentos íntimos y especiales como salir a pasear, dormirnos juntos en el sofá, compartir una cena… Al final me tenía arrinconado, de manera literal, al fondo de la terraza, tras una valla metálica, donde mi presencia no era ni siquiera intuida por un nuevo amor de su misma raza.

Y aquí estoy, deambulando perdido porque nunca antes había estado por esta zona, asustado, confundido, solo; esperando que alguien con un poco más de corazón me de cariño y me acoja. O sobreviviré a la tragedia y asumiré la derrota.

14 Responses

  1. Martín Zurita

    hola, Ana.
    Me gusta tu propuesta. Un perro vagabundea después de haber recibido todo de atenciones y complicidades a la busca de otras parecidas. Muy acertada la metáfora vía comparación del helado para dar a entender la frialdad, con el añadido de derretido, o truncado. El can es valiente y asume la derrota con esperanza, al modo de los muñecos tentempié. Enhorabuena. Un beso.

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Lo que, por desgracia, sucede tantas veces: aparece en nuestra vida algo nuevo y reluciente y todo lo que hasta ahora nos parecía maravilloso, ya no nos lo parece y, además, nos estorba. Esperemos que muestro amigo sea capaz de encontrar a quien sepa corresponder a su cariño. Suerte, Ana, y un saludo.

  3. Ángel Saiz Mora

    Si el capricho, de naturaleza pasajera, no se ha convertido en algo más duradero, no es incorrecto rectificar. Pero una cosa es eso, y otra someter al más cruel abandono a un ser vivo. Siempre hay salidas, posibles dueños, con otra preparación e inquietudes, que le tratarán como merece.
    Un saludo, Ana. Suerte

  4. Vaya, pobre animalillo. Si es que no se puede ser tan fiel y tan confiado y… me imagino además que debe ser un perrito o perrita porque a un gato, seguro, seguro que no le pasa eso. Un gato se hubiera ido en cuanto le diera el olor a chamusquina.
    Suerte y un beso de enero.

  5. María José Viz Blanco

    Enfoque del abandono que abre las puertas, al final, hacia un posible conformismo con la nueva situación del animal. Por supuesto, es terrible lo que le sucede, pero no deja un sabor tan «desagradable» pues los lectores (yo, al menos) creemos que encontrará una vida mejor.
    Un abrazo.

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