Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC03. ¡ABRACADABRA! ¡ZAS! ¡NATIVITY!, de Marcos Santander

Escondido tras cienes de contenedores de basura de muchos colores como las luces que nos ciegan cada once por doce, apareció por aquellas fechas el hombre que era millones de hombres. Aquellos remolinos sustantivos y tristes de infinitos leds fríos, por tanto azules, hicieron trucar la parsimonia creadora de unas manos, a menudo gélidas de suciedad y (des)apareció la palabra, el verbo y hasta su predicado. El sujeto hacía tiempo que no daba señales de vida. (Des)apareció, quizás para nunca, la intimidad de aquellas noches de búsqueda y cava con los cuerpos invertidos escarbando en los infiernos para encontrar junto a melocotones olvidados algún cielo que llevarse al de la boca. Quizás (des)apareció también todo vestigio del veinticinco para solo quedar el «In The Year 2525» de Evans como génesis de un nuevo paradigma (Des)apareció, por aquellas fechas la honradez trufada de apoteosis lumínica, y solo quedaron rampantes por las fachadas del mundo minúsculos hombrecillos que apenas hablaban un millón de lenguas. Pero eran tan insignificantes que también (des)aparecieron.

18 Responses

  1. Gracias Ana. Claro, somos el único animal que ha llegado a construir la inteligencia, y con ella, llegado a fabricar navidades de cualquier tipo. Y seguiremos fabricándolas ¡Viva la inteligencia! Y otro beso, este de fiestas de colorines.

    1. Estas son las mejores fechas para hacer (Des)aparecer esa honradez catódica. Prestamos más atención al inalcanzable lujo del papel cuché de los suplemento semanales que a los cuerpos invertidos.
      Tienes la capacidad de hacernos meditar.

    1. Gracias Belén. Todo es cíclico e igual alguna vez vuelve ese espíritu del que tanto se presume. Hoy por hoy, convendría cambiarle el nombre ¿Quizás Jornadas Gastronómicas de Invierno para Ensalce del Cinismo? En la mayoría de los casos, claro. Un abrazo

  2. A mí me gustaría ser algo más optimista, quizá porque todavía veo la Navidad con los ojos de mis hijos, que la esperan desde el verano, maquinando cómo decorar la casa y todo lo que piensan hacer. Tu relato da un poco de miedo. Espero no llegar tanto, o desparecer antes, y esperar a recuperar el verdadero espítiru.
    Suerte y saludos.

  3. Marcos; pues no estoy de acuerdo. Yo que te conozco bien, soy testigo de que en la navidad gozas como cada quisque. Te propongo una cosa: en nuestra comida del 28 me lo vas explicando, empezando por si cienes son cienos, cientos o es que escribes en lufardo. Eso sí, hagamoslo antes de que rioja te trabe a ti la lengua.y a mi las entendederas.
    Un abrazo, hermano.

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