DIC35. MI TREN ELÉCTRICO, de Ricardo Ramón González Ramos
Había humo; lo veía pero nunca olí si no era el de nuestra cocina.
Me dijeron que era de carbón pero tenia que enchufarlo.
En la estación nunca hubo nadie y siempre luz.
Jamás llegaba tarde porque controlaba la velocidad. Fui el fogonero, el maquinista, el guarda vías y hasta jefe de estación. Ni mi primo Ángel en su estación de Las Barrietas del ferrocarril de Traslaviña a Castro lo consiguió.
Sin duda fue el regalo de reyes más deseado.
Hoy en el siglo XXI después de más de 50 años ese tren Josfel sigue vivo en Canarias. Llegó en avión. ¡Quién lo podría suponer! Mi sobrino Unai me lo agradece cada vez que le visito en su casa rural de Caserones.
No me cobra. Nunca un regalo cundió tanto.
Primeramente quiero manifestarte mi alegría por ver que te has subido al tren de este BLOG. No sé si has leído las reglas. Esto, funciona como una secta. No te puedes bajar una vez subido. Si te vas sin el permiso o sin la orden de expulsión que unánimemente manifiesten los adeptos, grandes males te pueden suceder si no vuelves. Renfigio, uno de Torrejón, se escapó del BLOG y le nació una excrecencia que resultó ser un tercer cojón. A Cristeta, que hizo lo mismo, le salíó una nueva de las que riman.
Respecto a tu escrito, te diré que es un fiel reflejo de lo bien que cuidas siempre las cosas. Cuando organices una excursión a la casa rural de tu sobrino (yo si pagaré), lo primero que haré es buscar el trenecito.
Un abrazo Ricardo.
Tu escrito recuerda a esas navidades agridulces de casi todos nosotros, con alegrías y tristezas. El tren con el que soñábamos los sin recursos y el derroche de ilusión cuando lo conseguíamos de los amigos.
Muy bien esa maqueta de tren ilusionante que vas desarrollando en tu escrito y feliz la frase final, con chispa.
Enhorabuena.
Muchas gracias Miguel.
Me ilusiona no defraudar en mi debut.
Escribes mejor que cantas( y ya sabes tú por qué lo digo).
Oye, y ahora en serio, empiezo a preocuparme: serán las aguas del barrio que nos hace escribir a todos? Me ha encantado. Ha sido como bajar por una suave pendiente: delicioso!!( Al final ya verás,en las excursiones, a los postres haremos como los poetas dl Clásico: nos diremos las cosas tañendo las liras con túnicas y todo eso. K bonito!
Bienvenido al club!!
Son ramas de un club mayor, creo.
En menudo lío nos hemos metido! ( es contagioso?) Qué casualidad, debutamos los dos este mes( Será éste el espíritu navideño?)
Magnífico relato. Sin saber que eras tú lo he leído y me había gustado. enhorabuena y ánimo ( dice Jesús que no podremos salir salvo sortilegio o lesión. Será eso cierto?
un abrazo.
Seguro que aquí se esta muy a gusto. Nos quedamos.
Un abrazo Juanan.
Conozco a un Unai que vive en Canarias en una casa rural, pero no me acuerdo el sitio. ¿Tu sobrino anda con un tema ong por África? Me ha gustado este cuento y sobre todo el enfoque.
Un abrazo.
Hola Susana. En primer lugar agradezco mucho tu opinión que anima a continuar en esto.
Respecto a mi sobrino Unai y tu conooido, cree que ellos también se conocen.
Si está casado con una profesora de ballet, es la de su mujer y viven cerca de su casa. Seria una gran casualidad.
¡Ah! también nosotros tenemos al Sr. Redondo Lavín como común amigo.
Besos.
Voy a ir haciendo la ficha de conocidos, amigos, esposos, primos y cuñados. Al fnal esto va aser como «La saga de ENTC»Ya veremos los derechos de autor como los repartimos 🙂
Ricardo Ramón, bonito tu trayecto y el del tren.
Suerte y bienvenido, en esta estación siempre encontrarás luz y gente, y tampoco pagamos.
No era mi intención lucrarme. Sí la de mantener y ampliar en lo posible amigos.
Estoy orgulloso de que ellos fuesen los que me aleccionaros a llegar a poder conocerte.
Esto también es una familia y, creo que sin celos.
Gracias.
P.D. ¿Esperas derechos de autora?
Gracias por lo bueno que dices. Lo de pagar era por algo que dijiste, pero todo broma, espero que eso que dices del lucro no sea nada malo, y NO, no quiero derechos de autora. Ando pidiendo , ya reivindicando hace tiempo ¡UN JAMÓN¡ (pata negra y unos 20 kilos, envuelto en papel dorado, etc)
¡¡Ni se te ocurra admitir un pata negra de más de 10 Kg. Será falso!! ni adornado.
Cada comentario aquí es una loncha de Jabugo.
Qué bueno disponer de un juguete de la infancia aún en servicio. Buena narración de recuerdos que no se te han olvidado. Venga, quien iba a decir que el tren iría sobre el Atlántico.
Ni AVE’s ni TGV’s Nitrenes bala llegarán tan lejos ni tan alto como nuestro Josfel.
Bonito relato. Me ha gustado mucho.
Qué bello que después de tantos años siga funcionando y qué viajero el tren que hasta llegó a las islas!
Un saludo, Blanca
Lo más bonito es que aún crea ilusión.
Eso si, condicionada por el mantenimiento.
Gracias
Ricardo Ramón, me ha gustado mucho tu relato, por la sinceridad y el calor que transmite. El trenecito fue y continua ser un milagro para todos los que lo recibieron.
Un saludo.
Sigo recordando a mi padre cuando lo puso en marcha la primera vez. Su nieto y yo tenemos la misma caida de baba.