Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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89. El ojo triste del soldado Carter (Barlon)

Cada mañana se despertaba un poco antes que su hermano para deshacerse de las lágrimas de pólvora, y, desde el flanco oculto, proceder a digerir el rostro agrio de la vida. Cada eclipse era casi siempre un trueno, y era fácil dejarse guiar por las huellas afiladas que deja torpemente el morir: palabras en carne viva, gritos lavados en sal, niños sin nombre, nombres sin niños, fantasmas sin propietario…

El día que anunciaron el fin de la guerra, Jason Carter apiló la hoguera del olvido mientras lanzaba con todas sus fuerzas el fusil. Jamás logró encenderla.

Hoy los médicos ni comprenden ni pueden atajar la devastadora ceguera que afecta únicamente al ojo derecho, mientras el izquierdo, sin dioptrías de culpa, todavía hace llorar al antiguo francotirador.

32 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un relato muy trabajado, con preciosas metáforas. Un protagonista que no es capaz de encender la hoguera del olvido, con un ojo con el que apuntado a tantas víctimas que termina quedando ciego, incapaz de asumir las imágenes del mal causado; el otro ojo no corre mejor suerte, pues ha quedado sano, pero para llorar su culpa. Fantásticos esos «niños sin nombre» y los «nombres sin niños» que atormentan al protagonista, un superviviente que a veces desearía no serlo para no sufrir tanto, un francotirador con el que puedes acertar de pleno en la diana.
    Un abrazo y mucha suerte, creador.

    1. No me hables de dianas que suelo clavar los dardos por fuera. Trabajado sí, que le he dado más vueltas que una noria, al final lo he tirado aquí ya cansado de marearlo. Agradezco mil tus palabras y tus deseos.

      Abracísimos, amigo.

  2. Antonia

    Me voy a mojar, para que no me llames cobarde: Si le quitas «torpemente» «poco» «proceder» y quizás «Jamás logró encenderla», sería matrícula de honor.
    Me ha gustado el fondo sobre todo, la forma también bastante, las metáforas, cada vez más originales y acertadas, siempre a mi gusto, claro.

    Buen principio, pero sobre todo te felicito por ese excelente final, que hace pensar, imaginar y situarse en esa mirada.
    Te mereces mucho. Espero lo consigas.
    Un abrazo o más.

    1. Te has mojado, y te lo agradezco. Es más, tienes mucha razón, aunque me temo que no aprenderé pa la prójima, no me entran las cosas. El «torpemente» ya me habían recomendado quitarlo, pero me pareció que quedaba chachipilonghi, uno que es medio troglodito. El «poco» sí, es suprimible, y desde luego no aporta elegancia. El «proceder» es casi un pecado, visto ahora. Es lo que más me duele de todo lo que me has decido, queda como un bocata de ladrillos. El «Jamás logró encenderla», pues no sé que decirte, puede que sea explicativo, pero no sé si sería el mismo relato sin ello. Uhmmm.

      Pues si a pesar de todo, de ser un cuentecillo tullido, aún te gusta un poco, me das una alegría que no cabe en un tarro de colacao de los pequeños. Y si me explicas porque quitamos el «torpemente» te como a besos gratuitos. Muchísimas gracias, de las de verdad verdadera.

      Cariñísimos.

      1. Antonia

        Soy capaz de eso y de hacer el pino puente sin manos.
        Porque lo acabado en mente parece que no mola, y porque le roba la fuerza a las «huellas afiladas», . Me encanta que aceptes tan bien lo que se te dice, porque sabes que es con buen espíritu y porque eso no hace que tu relato no sea muy bueno, tan solo que podría ser un pelín mejor, pero ya quisiera yo tener tu inspiración, y sobre todo, que cada vez lo haces mejor.
        Más cariños, que hoy hay luna creciente.

  3. Uhmm, Piluca, mis ojos son pecadores por esencia. Que me digas esas cosas me inquieta ¿Los musulmanes también dice los mismo? Que si eso me cambio de bando. Adradezco mucho que te pasases por mi tugurio y leyeses, y que comentases no te digo. Te debo una copa, llena de lo que gustes, por supuesto.

    Besísimos.

  4. Pues yo lo he leído ya varias veces y no me sobra ninguna palabra. Tal como está es impresionante. Y precisamente, para mí, lo que te han comentado hace que el relato tenga un toque de humanidad.
    En fin, pero yo no soy nadie, mon chéri.

  5. Eduardo Iáñez

    Pues yo estoy un poco bastante con Patricia: no creo que sobre tanto, sobre todo teniendo en cuenta que fue tu elección. O dicho de otro modo: al menos a mí no me disuena lo que Antonia señala, y menos aún el adverbio, al que tantos le tienen la guerra (nunca mejor dicho en este caso) declarada.
    Sin embargo (y también yo me voy a ‘mojar’), las metáforas, siendo acertadísimas, las considero excesivas, sobre todo teniendo en cuenta cómo se acumulan en el primer párrafo. Claro, que digo como Antonia: según yo lo veo, por supuesto.
    Dicho lo cual, también confirmo la opinión generalizada: es un estupendo relato. Enhorabuena.

  6. Ana Fúster

    A mí me ha parecido un título muy acertado para un relato en el que no veo que sobre nada. Quizá alguna frase se podría depurar más, pero eso nos pasa a todos constantemente. Y ya que sale un adverbio en -mente en el comentario, no comparto la manía generalizada que se les tiene, lo mismo que a los superlativos. La cuestión es usarlos cuando conviene porque aportan algo al texto. A mí me ha gustado, sobre todo el título, algunas metáforas y el final. Suerte y besos.

  7. Personalmente creo que la lucha encarnizada contra gerundios, adverbios y adjetivos va en contra de la riqueza de nuestro idioma. Una cosa es el uso y otra el abuso. Y poner trabas y cotas a la expresividad de cada uno, siempre que sea correcta, en forma de normas o reglas no escritas o repetidas hasta la saciedad por ‘expertos’ a veces solo me parece un intento de poner barreras a la creatividad de los demás. Nos puede gustar más o menos, pero no deja de parecer un modo de encasillar y de dictar y monopolizar directrices en algo que, a fin de cuentas, debería ser tan libre como las personas y la lengua. Solo es mi opinión, claro.
    Juan, los ojos de tu soldado son, como siempre, un reflejo de ese ingenio que te adorna. Suerte, querido. Y besos, claro.

  8. Antonia

    A mí, personalmente, me es indeferentemente importante que mismamente se abuse de lo que se quiera, indistintamente de que lo digan los expertamente cualificademante capacitados.
    Yo, creativamente hablando creo que libremente cada cual haga lo que convenientemente le parezca.
    Dicho esto, respetuosamente, y según mi gusto, mantengo que es el párrafo en que aparece, resta fuerza, indiscutiblemnte.
    Igualmente sigo manteniendo que el relato es bueno, basicamente.
    Abrazos 🙂

  9. Modes Lobato Marcos

    Juanillo…Tú a lo tuyo.
    Es tu relato, lo has parido y defiendelo hasta la muerte.
    Todo es mejorable…o no.
    Cuestión de gustos.
    A tu amigo Modes, en una primera lectura, nada le rechina, nada le sobra, le encantan las trabajadisimas metáforas que has dado a luz.
    Sinceramente, creo que mes a mes estás alcanzando un nivel descomunal.
    Luego el jurado dictará sentencia, pero, por la parte que me toca, el rato de placer que he sentido leyéndolo no me lo quita ni Dios.
    Gracias, Juan.

  10. Reve Llyn

    He de reconocerte que lo he tenido que leer dos veces para sacarle todo el jugo, en la primera lectura me perdía en las metáforas y no acababa de entender qué me querías contar. En la segunda lectura, ya sabido el final -fantástico, por cierto- me parece que has logrado un relato muy original sobre la visión de la guerra. Suerte.

  11. Mª Belén Mateos

    Tu relato me parece aterrador con un final muy humano. la imagen de perdida de la visión en el ojo culpable de tantas muertes me encanta.
    Original, bien llevado. Gusta releerlo.
    Un abrazo Barlon

  12. La Marca Amarilla

    Barión, el relato es genial y es tan poético que consigue que no veamos la batalla por ningún lado. La belleza se la engulle, se quedó en la ceguera del francotirador.

    BRAVO!!! 😉

    Un saludo!!!

  13. Me ha encantado la imagen del ojo que muere, y el que vive y llora…una poética, pero no por ello menos cruda, forma de afrontar un tema tan complicado como las secuelas de las guerras siempre absurdas, las cosas que vivimos sin elegir, y que luego no podemos olvidar…Chulísimo

  14. Antonia

    Me estás preocupando Barlon, deja ya de hacer tablas para pectorales, que vas a estallar la camiseta y comparece para gozo de nuestros ojos 😛

    1. Ay, Antonia querida, he estado ocupadísimo enterrando cadáveres. Siempre me gustó comentar y agradecer las palabras que me dejais, pero ma sido im pasible. Agradezco a todos, los que me habeís tirado flores y los que me habeis tirado tojos, que lo hayais hecho. El relato es denso en su primera parte, la idea era confundir un poco para que el final hiciese volver al principio, ¿qué es un defecto? No lo voy a negar, pero me apetecía jugar un poco con ello. También es cierto que he acumulado metáforas, pero ya que vinieron a mí he querido aprovecharlas. ¿Fallo también? Pues muy posiblemente. En fin, que he hacido lo que pudido dentro de mis capacidades y con mis apetencias. Muchísimas gracias a todos, amigos y compañeros. Lamento no haber podido pasar a leer vuestros relatos y dejar algún caramelito.

      Besísimos y abracísimos a tod@s.

  15. Barlon un relato muy sugestivo. Tiene la atracción de lo narrado al otro lado como al principio detallas, ese flanco oculto. al menos a mí es por donde me ha gustado mirar el relato. La duda que queda, el porqué no de muchas cosas que no se explica incluida la hoguera…

    Deja mucho en lo profundo y habrá que leerlo más veces para sacar más cosas porque trabajas con muchas claves.
    Abrazos y suerte

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