42. EL SECRETO DE PAPÁ (Edita N.T.)
Los cajones de papá no se pueden tocar. Esa prohibición hace que sean irresistibles y las dos hermanas los tienen perfectamente controlados: en uno se guarda el dinero, cuando hay; en otro, viejos documentos manuscritos, incomprensibles para ellas; en el más grande, libros relacionados con la agricultura, cargados de imágenes, y que ya se saben de memoria. Pero al que permanece siempre bajo llave, no han podido acceder.
Una víspera de Reyes, rebuscando posibles y, seguramente, escasos regalos escondidos, encima de un armario aparece una pequeña llave, que acaba abriendo el cajón misterioso. Las dos niñas tiemblan de emoción y miedo. La sorpresa es triple: El sí de las niñas, La dama de las camelias y El método Ogino. Aunque los títulos no les dicen nada, las dos reconocen al unísono los libros mentados por su padre de vez en cuando; los que leía de joven a escondidas, una y otra vez, hasta las tantas, sin luz eléctrica, después de trabajar todo el día en el campo. Ni se atreven a tocarlos.
Edita, mencionas tres clasicos; tu relato es un recordatorio bonito hacia ellos, bien contado.
Muchas gracias.
Un hombre de campo que, a mi entender, está dotado de un honroso lado femenino, que por un pudor antiguo quiere mantener oculto.
Unas hijas que, probablemente, sean fruto también de ese imperfecto método japonés, con una nada desdeñosa tasa de error que, sin embargo, una vez más, presta mucha atención a la mujer y sus ciclos.
Que un hombre tuviese estas lecturas como tesoros tras trabajar todo el día en el campo dice mucho de él, algún día lo entenderán esas niñas curiosas que buscaban regalos ocultos.
Mucha suerte y un saludo.
No había contemplado ese aspecto del lado femenino; pero me gusta la idea. Sí, en cambio, coincido en todo lo demás. ¡Si yo te contara…! 🙂
Gracias por la riqueza del comentario.
Me gusta tu relato por muchas cosas. Por aportar algo diferente a lo ya dicho subrayo esa paradoja de las protagonistas, que embisten una vez y otra para descubrir el cofre, y una vez encontrado, no osan abrirlo. Mucha suerte 🙂
Y a mí me gusta tu comentario. Muchas gracias.
Al parecer, la curiosidad no sólo mata a los gatos. A juzgar por la reacción de las niñas, también se mata a sí misma.
Me gustó mucho la historia (disfruté de su lectura) y tambien los libros que guardaba el cajón de papá 😉
Un saludo,
Mariángeles
Muchas gracias. Me alegro de que te haya divertido, aunque sea un poquito.
Me alegro de que te haya gustado leerlo y te agradezco el comentario.
Edita, es más placentero la emoción de lo prohibido que el descubrirlo, y tal vez fue el origen del interés por la lectura. Muy original, me ha gustado. Abrazos.
Me encanta saber que te ha parecido original. Gracias.
Entrañable historia que demuestra la rudeza de un hombre de campo realmente era una pose.
Yo ampliaría el relato, con calidad inferior, aclarando que las dos hermanas no guardan el mismo recuerdo de lo que vieron: mientras que la mayor recuerda lo que cuenta Edita, la menor no se olvida de «Los ladrones somos gente honrada» y de un manual para escribir cartas de amor.
¡Ay Carnota, Carnota, qué gracia! 🙂 La memoria es juguetona y selectiva, sin duda.
Bonito relato y bonito secreto el de ese padre agricultor amante de la lectura.
Un abrazo
Muchas gracias.
Desde siempre la figura del trabajador del campo está asociada a gente sin cultura. Nada más lejos.
Gracias Edita por -con tu relato- desmitificar esta creencia.
Bien por este hombre y bien por las niñas, ya que aprendieron que las cosas buenas hay que tenerlas a buen recaudo.
Saludas
Gracias a ti por tus bonitas palabras.
Ya solo por hacernos revivir clásicos de la literatura (reconozco que La dama de las camelias no lo había leído pero he buscado una sinopsis para ponerme al día) este micro vale mucho. Además, unir en un micro dos tramas y un manual supongo para crear una nueva y misteriosa acción tiene mucho mérito. Muy bien, Edita que tengas mucha suerte con las elecciones del jurado de este mes.
Muchas gracias por desearme suerte, falta me hará teniendo rivales como tú… .-)
Me ha gustado, Edita, porque rompe prejuicios y nos deja con ese sabor a inocencia y a mundo por descubrir. Un beso
Muchísimas gracias por tus lindas palabras.
Incorporas elementos a investigar por parte del lector, ¿qué tienen esos tres libros? Amores ocultos y bodas forzadas, los amores prohibidos y cómo evitar embarazos. Hubo una época de libros ocultos, sí, a la que nos quieren hacer volver. Me imagino a ese agricultor viajando más allá de la labranza, entre las páginas. Curiosa tu propuesta. Suerte.
Me encanta ver que el relato, sin pretensiones, provoca ricos comentarios. Muchas gracias.