Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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83. El tándem

Un día te empeñaste en comprar un tándem.
«Sí, sí, un tándem… ¿Acaso ya no me quieres?… Cariño, llevamos una vida demasiado sedentaria… No, nada de bicicletas separadas… Eso no es para nosotros, que siempre hemos estado en gananciales… Ya me conozco yo la historia… Luego, que si camas separadas… capitulaciones… y nada, que acabamos como acaban todos, como el Rosario de la Aurora…».
En fin, ¡que compramos un tándem! Tú delante, dirigiendo el manillar como siempre, y yo detrás, también como siempre. Te pusiste un culotte ceñido y transparente y a mí me colocaste unas orejeras de burro para no distraerme. Así fue como sumergí la cabeza en tu trasero hace treinta y dos años y solo me quedó el horizonte de tu espalda.
«Hacemos un buen equipo, ¿verdad, cariño?… Pues en la Vuelta a España deberían correr en tándem, que es mucho más cómodo… ¿No crees que habremos ya perdido un par de kilos?… ¿Te gusta mi culotte?… Hay que ver, lo poco que hablas, hijo…».
Yo no tenía resuello para contestar. Tampoco para recordarte que tú también tenías pedales. Pero un día, con las piernas ya entumecidas e insensibles, mi corazón decidió pararse.

27 Responses

  1. Esther

    Me encanta ese personaje pusilánime y silencioso. Salvo error, es el único con la variante del tándem, que también cuenta.
    Besos

  2. Sólo deseo que ese hombre se hubiera prestado realmente al diálogo antes de tirar definitivamente la toalla. Conozco de buena mano a algunos que no se expresan porque es más fácil dejarse llevar, luego, un día, de pronto, dicen que los han manipulado.
    Bendita comunicación tan traída,tan llevada y tan inexistente.
    Está muy chulo tu relato y la modalidad tándem no la había visto por aquí. Suerte Y felicidad.

  3. Hola, Mercedes. ¿No te parece que hay también otras modalidades de «violencia de género»? Géneros distintos, haylos. Violencia, entendida como intento de imponer ideas por la fuerza (física o moral), hayla. Es lo que he pretendido. Llevar el tema del mes por esos derroteros. El egoísmo, egocentrismo… en fin.
    Gracias por vuestros comentarios, también a Rafa y Calamanda.

  4. Claro que lo he considerado, más de lo que pudieras imaginar nunca pero no es este el sitio para contarlo, sin embargo, también conozco la otra versión, la que te comentaba. Solo trataba de dar un punto de vista diferente al que puede verse a las claras en tu relato. Gracias por tu respuesta. Sigo pensando que está muy bien hilado y escrito lo que no tiene nada que ver con las distintas lecturas que puedan surgir del lector. Buen Verano Luis.

  5. Ton Pedraz

    Creo que al utilizar el ejemplo del tándem como modelo de vida conyugal que vive a diario esta pareja, te ha salido redondo.
    Ella delante, cambiando las marchas, conduciendo el artefacto, controlando los frenos. Y su compañero detrás, pedaleando. Pues en un tándem el que va tras quien lo maneja todo, sólo pedalea. Y sin descanso.
    Ahora bien, la coordinación entre ambos debe ser perfecta. Si esta no existe, el velocípedo no anda. Más peso, mayor resistencia, aumento de la fricción. O sea lo que en principio sería positivo, acaba convirtiéndose en un desastre. De vida, de existencia.

  6. Fenomenal, Luis. Qué bien has reflejado la psicología de los personajes y cómo dominas el diálogo y la estructura del relato. Chapó, te has ganado una vuelta en tándem y yo doy los pedales. Enhorabuena.

  7. María José Escudero

    Para qué nos vamos a engañar, la convivencia es muy,muy difícil y en toda relación casi siempre hay uno que pedalea más o pedalea por los dos como el protagonista de este sarcástico relato que, finalmente, no puede dar más de sí. Y es que es poco sano decir amén a todo. Opino que hay que hacer equipo.Estupendo.Un abrazo.

  8. Gracias a todos, chicos. Qué alegría ver tanta gente buena por aquí. Especialmente a alguien de vosotros, que voy a tener la suerte de conocer personalmente bien pronto.
    Un beso para todos.
    En cuanto al relato, claro que también a mi las bicicletas me inspiran niñez, inocencia… pero he querido hacer algo distinto, porque no me sucediese lo del mes pasado con la Taxidermia y Mar Horno.
    Más besos.

  9. Esperanza Tirado Jiménez

    Y ella nunca miró atrás, por si él necesitaba algo, siempre pendiente de sus propios caprichos.
    Qué pena me ha dado él. Seguro que se merecía algo/alguien mejor a su lado.

    Mucha Suerte.

  10. Cari

    Preciosa y dura metáfora sobre las relaciones en general, y las relaciones de pareja más concretamente. El balance, totalmente desequilibrado hacia un lado, de ahí que el corazón se nos pare. A cualquiera se le hubiera parado por falta de estímulo.
    Saludos y suerte.

  11. Isabel

    La idea del tándem para explicar la relación que cuentas es muy buena y se entiende perfectamente.
    Me gusta mucho cómo has distribuido las dos conversaciones: las quejas y palabras continuas frente a las tres frases decisivas del final, que lo aclaran todo.
    Besos

  12. Reve Llyn

    Beunísimo Luis, metáfora de muchas parejas. No te digo más que el relato me ha encantado y que me quedo con el como uno de mis favoritas a podium (aunque sin duda la que subirá a recoger el premio y figurar será ella).

  13. Salvador Esteve

    Dependencia total. El tándem, una metáfora precisa de su vida que ni dirige ni es el motor de ella. Luis, me ha gustado mucho el relato por la originalidad y la ironía que desprende. Abrazos y feliz verano.

  14. Ángel Saiz Mora

    Dicen que en todas las relaciones hay que ceder un poco, aunque hay algunos que han hacerlo siempre en su detrimento y en beneficio absoluto del otro. Es lógico que su corazón se pare antes, con tanto esfuerzo y desgaste, algo que no hubiera ocurrido con un tándem bien llevado, como éste que nos propones.
    Un abrazo y enhorabuena por tu éxito reciente, en tándem con Yolanda

  15. «Te pusiste un culotte ceñido y transparente», es una monstrua ¿eh? Un relato que me ha hecho reír, fascinar y sentir pena al final. Me gusta el estilo elegido para su redacción.

  16. Mª Belén Mateos

    Buen relato. Donde el egoísmo tiene cabida y el corazón se paró de tanto usarlo.Un tándem con muchas lecturas.
    Un abrazo Luis San José. Suerte.

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