Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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FASE 2E-Encuentro 4

2aPARTICIPANTES: Arantza Portabales Santome / Luis San Jose

Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 100 palabras antes del plazo fijado y que cumpla las siguientes condiciones.

TÍTULO: Debe incluir un NÚMERO

APARECERÁ EN EL TEXTO: una cena

PRESENCIA SENSITIVA EN EL RELATO DE: el tacto

PERSONAJES: dos mujeres

PLAZO: antes de las 20 horas del domingo 25 de enero.

Cumplido el plazo, el domingo 25 de enero recibiréis en vuestro mail un enlace para que votéis a un relato de otro encuentro (se os asignará al azar)

El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección EnoTiCias.

13 Responses

  1. Pues nada Luis, yo me lanzo ya.

    Instrucciones para dar una caricia. Manual de Recursos Humanos. Página veintidós.

    Localice al sujeto destinatario de la caricia. (Ejemplo: la secretaria de dirección).
    Llámela a su despacho con una excusa creíble. (Ejemplo: la cena de Navidad de la empresa).
    Comience por elogiar algo de su aspecto. (Ejemplo: “te veo más delgada”).
    Si ambas son mujeres, haga un comentario cómplice: (Ejemplo: “yo también tengo esa chaqueta”).
    Déjela hablar libremente. (Sin ejemplo).
    Saque del cajón la carta de despido. Entréguesela.
    Llegados a este punto estire sus manos y sujete las de ella. No ejerza demasiada presión. (Ejemplo: como sosteniendo una mascota).
    Deslice su mano suavemente sobre el dorso de la de ella.
    Sonría.

  2. Bueno… Qué problemón. Tardaré un poco en empezar el mío, Arantza pero no creo que debas preocuparte por el vudú ni por mi relato Está claro que mi magia no funciona, y con este relato tuyo… No sé, igual tengo que recurrir a otros medios más expeditivos. Tampoco me han funcionado nunca pero…

  3. Je, je. Si el título es «pues nada, Luis, yo me lanzo ya», no cumple con los requisitos.
    Bueno, está bien, ya lo he pillado. Si es que tengo que buscar cualquier argucia para competir con la gran Arantza, porque de otra forma…
    A ver si para el sábado puedo empezar… me mata el trabajo.
    Un beso Arantza y… me encanta el tuyo, Aunque vaya caricias.

  4. Título: “Un, dos, tres, zapatito inglés”

    Arantza se presenta a la cena con una falda de cuero rojo y unos labios exquisitos a juego. Se sienta frente a mí. Primero, un golpecito en la pierna. Después, un pie desnudo que se desliza por debajo de mi falda. Me acaricia. Doy un respingo. Miro debajo del mantel, pero nada se mueve. Me recompongo. Las caricias se repiten. Miro sobresaltada. Nada. Vuelven las caricias y vuelvo a mirar. Nada. Estoy a punto de perder el envite… igual que de niñas. Acomodo la servilleta, cierro los ojos y rindo mi voluntad. Carabín, carabán… me trago un suspiro.

  5. ¿Quieres homenajes?, pues verás lo que he rescatado de mi editor que se negaba a publicarlos. Estos sí que van dedicados y te los mando a nivel personal, porque me da pena tirarlos:
    Primer intento: «Arantza se sentó frente a mí. Primero fue un pequeño golpecito en la pierna, una toma de contacto. Después, una caricia en la rodilla que me hizo dar un respingo. Busqué su mirada, y solo encontré un escote profundo y unos labios rojos y magnéticos que apuraban su copa con indiferencia. Tiré del mantel, extendí la servilleta sobre mis piernas y cerré los ojos. Cinco dedos, hábiles y juguetones, se deslizaron lentamente por mis muslos. Se rindió mi voluntad. Se me escapó un suspiro. Mis ojos se abrieron buscando nuevamente su mirada pero no encontraron más que una silla vacía».
    Segundo intento:»Arantza me ha citado en su despacho. Está furiosa conmigo por mi rechazo en la cena de empresa, lo sé, pero me pilló tan de sorpresa… Seguro que me espera el finiquito… ¡Madre mía!
    Llamo a su puerta.
    -¿Se puede?
    -Adelante, Luisa.
    Me recibe con gesto serio y unos labios magnéticos y turbadores. Hace ademán de entregarme una carta. Alargo mis dos manos y retengo unos momentos la suya. El calor de aquellos dedos que buscaron rincones prohibidos debajo del mantel estremece mi cuerpo. Humillo la mirada. Ella, recoge entonces su mano sin soltar la carta y la rompe, lentamente».

  6. Pues a mi el que más me gusta es precisamente el de la continuación, pero no lo mandé porque mi editor y censor decía que era un plagio, al menos en la idea. Bajo ningún concepto quisiera que te sintieras mal, y eso me costó no dormir en toda la noche del sábado.
    Que tengas suerte… a partir del martes. Je, je.
    Besos

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