Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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FEB67. CON OTROS OJOS, de Yolanda Nava

Decía que podía pintarme  sin alterar ni uno solo de mis rasgos. No me atrevía a retarle a que lo hiciera. Pero él siempre me adivinaba, tenía un sexto sentido que le permitía leer mis pensamientos. Un día vino en mi busca con un envoltorio de papel marrón bajo el cual se adivinaba un cuadro. Nunca olvidaré esa fecha: yo cumplía veinte años y ese fue su último regalo. Rasgué el tosco envoltorio con el corazón preso en la garganta. Ante mí apareció la imagen de una joven de mirada limpia y profunda, un seductor mohín dibujado en su boca delataba picardía e inteligencia. Me sorprendió reconocerme en la extraña belleza del retrato pese a no ajustarse a la realidad: su nariz no tenía el tamaño de la mía y, mi piel carecía de la luminosidad  que exhibía la suya. Mi abuelo, esperando mi reacción hacia su obra, golpeaba de forma intermitente el suelo con su bastón de invidente.

 http://microsyotrashistorias.blogspot.com.es/

28 Responses

  1. Yolanda, me has dejado de piedra.
    Ese golpear del bastón de invidente es una vuelta de tuerca genial, de artista (el relato habla de pintura y un sexto sentido. Tus letras hablan de la escritora).

    Un abrazo grande para la escritora.
    Amparo

  2. Te felicito Yolanda por ese final a golpe de bastón ¡contundente!. Un invidente haciendo retratos a través de lo que le transmiten el resto de sentidos ¡eso sí que tiene valor, coraje, y arte!.

    Besos para tí por esta buenísima aportación a ENTC. Me ha gustado Yolanda.

  3. Muy bien, Yolanda. De segunda lectura obligada para disfrutar de cómo nos has conducido por un camino que hemos equivocado y ver que efectivamente, todo está muy bien pensado. Quizás, solo quizás, si en vez de «invidente» pones «blanco» hubiera estado un pelín más insinuado. No me hagas caso, cosas mías. Sospecho que estarán en el retrato de fin de mes.

    1. Gracias Ximens, y agradezco tu observación porque estuve a punto de buscar otra palabra en lugar de invidente, y lo deje, por si no se entendía bien en caso contrario. Tus comentarios siempre aportan cosas, son de agradecer.

      Saludos.

    2. Pues respetando la decisión del autor y ahondando en el tema, algo que pensé en cuanto lo leí, aunque no lo dije, es que ciego me parece la palabra adecuada, es lo que ellos mismos se dicen, no es peyorativo.
      Lo del bastón blanco también es una buena manera, sin mencionar la ceguera.
      Buen relato, ya lo dije 🙂

  4. Precioso cuento, final sorprendente. Suscribo comentarios anteriores por no repetirlos. A mi particularmente me gusta mucho cerrar la historia con el “invidente” totalmente explícito ya que hasta entonces no había ninguna pista, a excepción del título que se entiende perfectamente al final. Quizás un “el regalo del abuelo” engañaría más desde el principio pensando que le va a temblar el pulso, le engaña la vista etc … lo dejo ahí por si alguien quiere opinar. Lo dicho muy bueno!!

    1. Gracias también a vosotras por comentar: Antonia, María y Mel, la verdad que a veces basta con velar un tema, pero en este caso como dice Mel, me pareció que había pocas pistas.

      Abrazos.

  5. Rosa Molina

    Yolanda, un poco tarde para comentarte lo mucho que me ha gustado tu relato. El final es increíble, escuchas los bastonazos con toda claridad y te emociona el afecto del abuelo. Un gran historia muy bien contada. Un placer leerte.

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