Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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78. Función de noche (Javier Ximens)

Me he comprado unas gafas que detectan el calor del cuerpo humano y permiten ver en la oscuridad. Las llevaban unos soldados en una película moderna de esas que no entiendo. A mí las que me gustan son las que veía contigo, dados de la mano, en la última sesión de los sábados en el cine Coliseum, las mismas que luego volvieron a televisar presentadas por Carmen Sevilla. Por eso he pedido a nuestro nieto que me busque a buen precio una colección del cine español.

En estas largas vigilias de insomnio y soledad me siento como encerrado en una filmoteca donde reponen todos los recuerdos. A veces lloro, igual que con las torturas en «El crimen de Cuenca», por un delito del que no soy responsable: sobrevivirte. Mas ahora volveré a ver las películas en mi habitación, con la luz apagada, y me reiré hasta perder la dentadura. Además, las noches que sienta tu calor a mi lado me colocaré las gafas esas, te daré la mano y te veré como cuando estábamos en la penumbra del cine, aunque sea todo en verde.

31 Responses

  1. Javier, como siempre, cuentas más de lo que dices.
    Duro realismo histórico aderezado con la ternura de los años, del cariño a la familia, a la pareja.
    Leer tus micros es pasearse, espiar, beber de la España profunda, privada, real.
    Me gusta leerte, me gusta tu mirada… (¡me gustas tú!, como diría la canción. jajaja)
    Me encantan esas gafas que detectan el calor humano, tan humano como tu relato.

    Un abrazoooo

  2. Paloma Casado

    Qué ternura y qué nostalgia de relato. Contado con buen ritmo y soltando poco a poco, esas informaciones para que nos hagamos una idea de lo que pasa.
    Muy bueno, amigo Ximens

  3. María José Escudero

    El cine español de los setenta bien se merece este homenaje. Además de los títulos de Cine de Barrio hay otros como El nido, Furtivos, Cría Cuervos, El Espíritu de la Colmena… Y, por supuestos, El Crimen de Cuenca que no tienen nada que envidiar al cine europeo de esa década . Tu relato desprende ternura y morriña también. A mi me pasaría igual que a tu personaje porque me gusta el cine, pero en compañía .
    Estupendo. Mucha suerte.

  4. Ana Fúster

    Me gusta cómo cierras el círculo explicando el porqué del comienzo, y la historia de amor tan auténtica. Supongo que todos conocemos a viudos y viudas en esa tesitura. Quizá lo de «sobrevivirte» se podría haber eliminado, porque la frase final ya explica espléndidamente la situación, pero puedo estar más que equivocada. Besos y suerte.

  5. Blanca Oteiza

    Muy tierno relato Javier, lleno de nostalgia que vas contándolo poco a poco hasta meternos en la historia.
    Precioso.
    Abrazos

  6. Hola, Javier. ¿Qué tal? ¿De recuerdos y añoranzas? Si. Todo nos hemos puesto un poco así. Será por el tema del mes, porque se va oliendo a Navidad… Supongo que en todos los rincones de este país había un cine Coliseum. Por estos lares había uno que murió de la mano de los multicines de los grandes centros comerciales. Todavía está el edifiio. Cada vez que paso por delante me acuerdo de la última peli que vi allí. De lo mala que era salí «por patas» (jaja). La verdad, no lo echo de menos. Prefiero ir a los Yelmo y ver Avatar en 3D (jaja). Un abrazo.

  7. Mata su soledad con unas gafas que le hacen ver la realidad pasada con ella y la presente tan distinta, pero igualmente compartida imaginariamente. Sorprendente relato Javier.

    Un saludo
    Rosa

  8. Ángel Saiz Mora

    Has dibujado un personaje con el que es imposible no empatizar. Un hombre de otra época, que vive de sus recuerdos, pero que utiliza un artilugio moderno para contactar con ese trozo de su vida que se marchó antes que él. Yo no digo que fuera necesario incluirlo, porque sí que es cierto que se sobreentendía, pero a mí me encanta tu frase: «Un delito del que no soy responsable: sobrevivirte».
    Enhorabuena, Javier.
    Un abrazo. Suerte

  9. Xavier como siempre retratas con mucho arte los personajes y su entorno , pero en esta ocasión me quedo con la parte tierna y la vivencia del viudo pero me pierdo en la parte de novela negra que comentáis, no llego a localizarla, aunque por un momento pienso que no puede «verla porque está fría» ni siquiera con las gafas, me perdí lo siento. Aun así el relato me deja el regusto del buen ambiente dibujado y el pesar de un personaje que se cuadra en todo el primer párrafo.
    Un abrazo y siento no tener unas gafas que me hagan leer con más profundidad amigo.

  10. Como siempre maestro, disfruto de tu nostalgia, imagino un artilugio como tus lentes para volver a sentir aquel ayer que la vida arrebató.
    muy tierno amigo.
    Un abrazo.

  11. Calamanda Nevado

    Javier, es fácil entrar y moverse en tu histora para vivir con el protagonista su soledad y añoranza. Suerte y saludos

  12. Hola, Ximens.

    Es un relato cargado de nostalgia por la pérdida de un compañero de viaje. A mí me ha llegado el texto, quizá estoy en un momento especial y he imaginado a esa pareja en el cine Coliseum…
    Me pasa como al protagonista: que no entiendo mucho el cine fantástico y de efectos especiales. Soy más de historias con entramados creíbles.

    Solo un pero, si me lo permites. La expresión «dados de la mano», que a mí me chirría un poco (y, en mi ignorancia, pues te lo digo). Quizá sonara mejor «dados la mano» o «agarrados de la mano»… Pero se trata de una insignificancia porque la historia es buena.

    Un abrazo y ¿hasta mañana?

  13. Yolanda

    Bravo maestro. Un relato que rebosa «ternura de la buena» de esa que no empalaga.
    Me ha gustado especialmente esa filmoteca en la que reponen los recuerdos, bueno me ha gustado todo.
    No te deseo suerte porque no la necesitas.
    Abrazo admirado.

  14. ¡Qué bonito! La idea de las gafas para detectar su calor, que yo también quiero creer que ahí se queda, y verla es magnífica. Y ese reírse hasta perder la dentadura, ¡qué grande!
    Un abrazo de tu orgullosa vecina de página microbibliotecaria. 🙂

  15. María Jesús Briones

    Mucha nostaliga en tu relato, y al mismo tiempo un homenaje al cine español, «culpable», de la felicidad actual del protagonista.
    Apuesto por él.
    Saludos.

  16. Isabel

    Una gran tristeza la vida en solitario que comparte con un puñado de viejas películas y con la compañía ocasional del fantasma de su esposa que le da la mano.

  17. Reve Llyn

    ¿Qué decirle Don Javier?
    Un relato redondo. Hablas del cine, de la vida, de los que viene después de la vida. Felicidades, no cabe otra palabra.

  18. Mª Belén Mateos

    Preciosa historia de amor, que va más allá de la pantalla, de los recuerdos, del calor y del color. Unas gafas que a modo de pantalla tratan e revivir esos maravillosos momentos junto a su amada.
    Quizás ese color verde último sea el de la esperanza.
    Un abrazo Javier,

  19. Pues es tierno, pero también tiene mucha tristeza. Y el detalle de chocar tanta nostalgia del pasado con el tener que recurrir a un artilugio tan moderno es de lo mejor. Las letras del Sr. Ximens son de las que transmiten, de las que te envuelven y te tansportan a la narración. Mucha suerte.

    Abracísimos.

  20. Maestro Ximens. Ha salido un relato muy de tu sello. De dibujar perfectamente la situación y vivenciar a través de los personajes. Has tocado teclas que suscitan tristeza y de paso has homenajeado al cine español. El relato me ha gustado y no puedo sacarle peros. Un abrazo y suerte 🙂

  21. Qué bonito, Javier. Creo que es de los mejores relatos que te he leído, siempre bajo mi subjetivísimo punto de vista. Al principio me he despistado un poco con el título, pensando en la película protagonizada por Lola Herrera. Pero a medida que he ido leyendo he comprendido que era pura casualidad, y que tu relato tiene vida propia, intensa y muy bien contada. Enhorabuena.

  22. Salvador Esteve

    Ximens, con gafas o sin gafas, puedo atestiguar que es un relato «de película». Sobrevivirle me sugiere un estado anímico de culpa, que aflora en las personas que tienen que vivir sin el ser amado. Muy bueno. Abrazos.

  23. Javier, llego a tu relato ahora, después de un paseo por el amor y la muerte y de mil historias que llevamos dentro.
    Me pillas con la nostalgia a flor de piel, pero aún así me ha emocionado.
    Un abrazo

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