JUL24. PSICOSOMA, de Eva García
Mis ojos imploran su comprensión, pero es inútil. Se mantiene firme y, con gesto imperativo, me indica que lo haga. Bajo la cabeza sin poder contener las lágrimas y noto que mi garganta se rebela cerrándose con angustia. Siento naúseas, porque imagino lo que va a suceder cuando me meta aquello en la boca. Debo intentarlo por última vez y susurro:
―Por favor, no me obligues. Preferiría no hacerlo.
No sirve de nada. Sus ojos echan chispas, me agarra de la nuca y me lo introduce a la fuerza antes de que yo pueda reaccionar. Mis alarmas se disparan, trato de zafarme, quiero gritar, creo que voy a vomitar… pero me sorprendo saboreándolo. No está tan mal. La verdad es que me gusta.
―Dame más ―le pido avergonzado.
―No, no puede ser; hasta dentro de ocho horas no te toca la siguiente dosis. Es para que te pongas bueno, no una golosina ―me explica mientras lo guarda en lo más alto de la alacena, donde yo no pueda alcanzarlo.
los despistes de la lujuria con la gula… Muy interesante.
Un saludo
Juan M.
Eva, Eva, este verano viene lleno de voluptuosidad y morbo, la verdad que el Bisolvón estaba rico y la Quina San Clemente. De ahí me viene a mi el gusto por el vermut.
Muy bueno el jugar al engaño.
Un beso
Hola, Eva.
Me ha gustado mucho tu cuento porque me hiciste imaginar algo muy diferente a lo que era. Este tipo de relatos son los que más me gustan, ya que me sorprende el giro final.
Enhorabuena, porque el tema de este mes a mí me resulta complicadillo (¡vamos, que no se me han ocurrido más que bobadas!).
Así que te deseo mucha suerte.
Un besazo.
Eva, sugerente en su desarrolo y bien hilvanado hasta el final. Suerte y saludos
Humm ¿lujuria, morbo, engaño, doble intención? ¿De que hablais? ¡Ah! ¡es que no me conoceis! En realidad yo nunca escribiría sobre…me gusta la opción de la Quina Epi, ja,ja,ja, aunque yo conocía la Santa Catalina. También lo podía haber titulado ‘Dalsy’ ;o)pero en realidad el tema es la reacción psicosomática que induce al niño a preferir no hacerlo, no probar, negarse sistemáticamente poniendo a la madre en un brete, sobre todo tratándose de algo que necesita, como es una medicación. Gracias por los comentarios. Abrazos
Cuántas veces las madres se quejanban de oírnos decir que algo no nos gustaba sin haberlo probado antes: ¡…pero si no sabes a qué sabe…! ¡Abre la boca, anda! Lo que yo no solía decir es lo que contesta el/la protagonista: «preferiría no hacerlo», yo era más escandalosa y solo decía: «No, no quiero,… y anque me lo hagas probar, no me lo pienso tragar!» Entonces era cuando mi madre me hacía abrir la boca y tragarlo delante de ella, sin contemplaciones. O sea , lo normal (así con mis cinco hermanos).
Me gusta cómo has ido construyendo la historia, Eva.
Un beso.
Me ha encantado tu relato Eva, estoy con Towanda,también me gustan los giros que te sorprenden al final. Ah! a mi siempre me han gustado los jarabes.Un abrazo. Nuria
Eva me gusta mucho tu relato. Como se desenvuelve y con ese final sorpresivo. Yo no recuerdo haber tomado demasiados jarabes, pero si cuando se los tenía que dar a mis hijos.
Mucha suerte y un saludo.
Elena
Gracias Petra, Nuria y Mª Elena por pasaros por aquí a comentar. Amparo, depende de la edad y del niño; te aseguro que yo tengo una que más que los gritos de ¡No, no y no! te ‘acongojaba’ y hoy día a veces también, con las frasecitas que decía. Lo de la medicina (no sé si jarabe o quina, como decía Epi), se me ocurrió mientras escribía. La idea primigenia era el brócoli o algo parecido: en ese caso el vómito estaba asegurado, ja,ja,ja. pero después me tentó empujar un poquito al personaje y forzarle a plantearse lo que podía perderse si su resistencia pasiva era sistemática y sin más motivo que miedos imaginarios (aunque quizá no fuera el caso de Bartleby) Besos a las tres
Un paralelismo impecable, Eva, no le veo pega. La primera parte me recordó mucho a cuando me ponían gotas en los ojos de pequeña, aquello era una persecución por toda la casa hasta que me atrapaban. Entre dos, eh, que si no nada. Sin embargo, nunca le encontré el gusto.
Te he respondido a una pregunta tuya en mi cuento, el 22.
Un abrazo.
Leído. Que burritos nos ponemos de peques con estas cosas…y de mayores, porque no queda bien patalear, pero si se pudiera a veces…je,je,je. Un beso, Susana
Eva, según leía el relato sabía que no era lo que se parece pero me moría de curiosidad a ver cómo ibas a poner. JA ,JA ,JA, Encantado con tu relato, Eva, muy ingenioso me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Me salió del tirón, hasta yo misma tuve dudas de cómo lo iba a terminar…;o). Un beso Sotirios y gracias por la visita.
Cómo te gusta jugar Eva, qué bueno, digo, qué mala, je je.
Me encantó (bajo el influjo de la X).
Un besazo, suerte.
Ahh…¿estábamos jugando? ;oP Gracias diablillo desplumao, otro ídem para ti.
Esto se merece unos tragos en el suelo.
Saludísimos.
Yo dejar vicio chupar suelos. Garrote, garrote…
Besísismos
Eva, nos has jugado al engaño con el doble sentido de tu relato. Conforme lo iba leyendo estaba cada vez mas intrigado por llegar al final, pues la verdad algo me olía.
Te deseo Que este mes te favorezca la suerte saborees el exito.
Saludos
Eva, juega y muy bien con el lector. Me ha gustado mucho tu micro. Suerte.
Besicos muchos.