Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUL55. DAME TU MANO, de Maria Jose Saiz Garcia

Dame tú mano te pido, y tú no me preguntas ¿de que color eres? ¿a quién rezas? ¿como te vistes? ¿de que color es tu pelo?… simplemente me la dás. Quizás el viaje me enseñe a mirarte con los mismos ojos con los que tú me miras a mí.

13 Responses

    1. Anonymous

      Es verdad, faltan tildes, sobran otras… faltan comas… ¿Y si se corrige, JAMS???

      Dame tu mano, te pido, y tú no me preguntas ¿de qué color eres?, ¿a quién rezas?, ¿cómo te vistes?, ¿de qué color es tu pelo?… simplemente me la das. Quizás el viaje me enseñe a mirarte con los mismos ojos con los que tú me miras a mí.

      Un saludo
      Marta

    2. Hola. Hay cientos de errores en los relatos (puntuación, ortográficos, gramaticales…)y sería muy laborioso ir revisando uno a uno… además, el formato de «concurso» exige ser justo con la propuesta de cada uno y esa ayuda sería injusta. Aún así, corrijo todo lo que sea necesario siempre y cuando me sea solicitado por el autor; así lo vengo haciendo. Un saludo.

  1. Inés Zapirain

    La importancia del mensaje, transciende toda falta.
    Enhorabuena por lo que nos has querido transmitir.

    Un saludo

  2. Como yo le pongo comas a todo lo que se deja, le paso algunas a quien necesite. Ay, que pasa el gato, voy a ponerle una. 🙂

    Está tan bien pensado y dice tanto, que yo ni me enteré de la puntuación. Felicidades.

  3. m.jose

    Gracias a todos, veo que el mensaje llegó aún con las mencionadas faltas. Para el próximo prometo no escribirlo directamente y sin mis hijos dando saltos alrededor. Gracias otra vez.

  4. María José, ¡ojalá, la vida, nos enseñe a todos a mirarnos de frente! Como miran los niños, antes de aprender todas las trabas y condicionamientos que les vamos enseñando los adultos para que vayan «creciendo» y sean alguien en nuestra sociedad.

    Un abrazo.

  5. Hola Maria José, me gusta esa invitación de amistad sin cuestionar raza, sexo, religión, altura, creencias…

    En la infancia no nos paramos a cuestionar de antemano esos factores que de adultos pueden llegar a dividirnos. Es curioso como mimetizamos con nuestros hijos nuestros miedos o recelos. ¡Ellos están más limpios que nosotros!.

    Bonito breve para un viaje del que debiéramos aprender muchas cosas.

    Un abrazo de Laura.

    1. M.jose

      Gracias Petra y Laura por vuestros comentarios, cierto es que aprendemos de nuestros pequeños… si nos dejamos , claro!
      Saludos

  6. María Elejoste

    Qué pequeña maravilla, dice tanto en tan poco. Las faltas de ortografía, si que deslucen los textos, pero no seré yo quien tire la primera piedra… Animo,

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