Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUL69. MADUREZ, de Carmen Llombart

«Te acerco al aeropuerto», dices con un hilo de voz apoyado en la puerta de la habitación. Amordazada por las lágrimas, asiento sin mirarte mientras guardo en la maleta el vestido que me puse el día de la entrevista. Tú me lo recomendaste: «con ese te contratan aunque no sepas japonés, no sé si dejarte que vayas tan guapa». Y ahora pienso que debiste quitármelo en ese momento y que tendríamos que haber dedicado la tarde a derretir el tiempo, a enrojecernos el cuerpo hasta que nos sorprendiera la noche y nos sonasen las tripas. Libres como animales. Pero decidimos comportarnos como adultos; « se nos acaba el paro, es una buena oportunidad, no pierdes nada, ni siquiera es probable que salga… » Y ahora, que de repente soy adulta, tengo la boca salada y doblo la camisa que lucía cuando llegamos a esta casa; nuestra casa, donde íbamos a vivir para siempre porque es la mejor casa de todo el universo.
Cierro la maleta, pesada como un ataúd, y me ayudas a bajarla de la cama.
«No quiero llevarte», gimes mientras coges las llaves del coche.
«No quiero irme», lloro mientras salgo por la puerta.

23 Responses

  1. Un vestido tuvo la culpa… A ver cómo se resuelve este problema de madurez, aunque si deben separarse es porque han tomado una decisión adulta, madura.
    El día a día, Carmen.
    Un saludo.
    Juan M

  2. Carmen, toda una historia dramática y actual la que planteas con este microrrelato. La escena es brutal por todo lo que sugiere ese adiós y ese drama al separarse a miles de kilómetros.

    La única pena es que este microrrelato estoy seguro que se ha reproducido o lo hará en muchas partes del mundo. La puñetera crisis arruina ilusiones.

    ¡Suerte para el concurso!

    Abrazos.

  3. Me gusta, las despedidas maduran a las personas y no me gustó nunca vivir con Peter Pan pegado a mi espalda.
    Lo bueno de la vida es vivirla y en tu micro hay amor, complicidad y compañerismo eso es propio también de la madurez y es lo que para mí sobresale por encima del adiós.
    Suerte muy chulo el micro

    1. Quizás a veces la vida nos pone decisiones muy complicadas, en las que no todo el cuerpo está de acuerdo con la resolución final. Preferiríamos no hacerlo, pero aún así lo hacemos; porque sin darnos cuenta nos hemos hecho adultos.
      ¡Muchas gracias! Me alegro de que te guste.
      Un saludo.

  4. Tremendo Sta. Feroz, ya le dije por ahí.

    De como la lógica adulta pone en marcha la rueda que lenta pero implacable, nos arrastra y nos arrastra, nos muele y nos mete por el conducto de «lo que hay que hacer»

    Bravo!

    Por ponerle un pero, creo que el «gime» y «llora» acerca esas frases a los lugares comunes de los que huye el resto del relato, pero que se yo, je je.

    Suerte y abrazos.

    p.s. la versión del ENTC está «corregida» respecto a la del blog (malditas justas, je je)

    1. ¡Mil gracias! Esa es la esencia que quería transmitir; sin juzgarlo, solo poner de manifiesto como nos parece que lo lógico, lo que tenemos que hacer, es justo lo que más infelices nos hace. Pero aún así lo hacemos, por el peso de los acontecimientos que aplasta el de nuestros sueños.

      Respecto a «gime» y «llora» tiene usted razón, pero es deliberado (con mayor o menor acierto). Quería dejarlo obvio, es la tristeza del niño interior, sin más.

      Muchas gracias, Miguel!!

      Un abrazo feroz 🙂

  5. Muy, muy bueno, Carmen. Como ya se ha dicho por aquí, dramatismo en estado puro: solo dos personajes, sus descipciones, sus palabras… son suficientes para dar forma a este magnífico micro cuyo título, tras la lectura, nos parece una pesada losa.
    Suerte, porque el relato la merece.
    Un saludo.

  6. Hay despedidas que nos hacen madurar de forma drástica, y cuando la razón y los sentimiento se juntan el resultado puede ser demoledor.
    y ese vestido fué en el caso de tu relato el culpable.
    En fin como la vida misma, y un poco machista, nada como ya dije » como la vida misma» es mejor ir con pantalones.
    Suerte con tu relato .
    Un abrazo
    Puri

    1. Bueno, creo que más que el vestido, fueron las palabras de él las que le dieron la seguridad para abordar la entrevista. De la misma manera que sin su apoyo no podría dejar atrás esa vida feliz para enfrentarse a un nuevo camino. Esa es tal vez la paradoja.
      Muchas gracias, Puri.
      Un abrazo.

  7. Una de esas despedidas que te marca la vida a fuego para siempre. Momentos como este son siempre dramáticos, porque es muy difícil arrancarse de cuajo de la persona con la que quieres estar y que quiere estar contigo, por muy «madura» que sea la decisión. Es una encrucijada entre lo racional y lo emocional, y nunca es sencillo. Saludos.

    1. Totalmente de acuerdo y no solo nunca es sencillo, sino que muchas veces ni siquiera está claro qué es lo mejor. Supongo que la madurez es abogar por lo práctico, por la sensatez. Pero lo mejor suele ser lo más sencillo. Creo que hay que elegir siempre caminos con corazón.

      Un saludo, Ana.

  8. Una despedida de esas que marcan, la que nos cuentas. Los que hemos pasado por una despedida con océano de por medio, sabemos lo difícil que es y lo que pueden escocer los aeropuertos. Verosímil, emotivo. Suerte.

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