Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

Single Blog Title

This is a single blog caption

110. LA BATALLA PERDIDA

Don Nicomedes, a quien cuidé en sus últimos meses, pasaba los días sentado en una mecedora junto al balcón.
A su lado, sobre una mesita camilla había una caja de madera labrada. Cada tarde me pedía que se la entregara. La ponía sobre su regazo y la abría. Con la delectación que reflejaban sus lagrimales, acariciaba cada una de las condecoraciones que en ella guardaba y que hablaban de su valentía en el combate. Y me relataba una y otra vez aquella batalla, la más grande de todas y que habían ganado los suyos. Los buenos.

Don Nicomedes falleció hace un mes. En el reparto de su escueta herencia me correspondió la caja de su nostalgia. En su interior había cinco medallas. Las saqué y las dejé sobre la mesa camilla. Quizás podría sacar algo de dinero si las vendía. Antes de cerrarla observé un papel que amarilleaba de puro otoñal. No pude evitar la curiosidad. Era del Ministerio de la Guerra. La letra, desvaída en algunos tramos, se perdía en disquisiciones. Hasta llegar al final donde se podía leer con claridad la palabra cobardía.

11 Responses

    1. Elena Casero

      quizás en esa última batalla de la que tanto habla es donde menos estuvo. Pero la memoria tiene arreglos de última hora.

      Gracias por comentar

  1. Lorenzo Rubio

    Las medallas las debe de llevar uno en su alma en su corazón aunque sean de cobardía; me gustaría quiénes son los cobardes en las batallas los que huyen de las bombas o los que las lanzan.

Leave a Reply