Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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13. La cigüeña volverá

Tal vez fuera por la persistente lluvia de aquel día de finales de Agosto; o por el ensordecedor silencio de aquel desnudo paisaje perdido en lo más alto de su mundo; o por aquella inhóspita cabaña donde se mudaron a comienzos de la primavera; o por todo, lo cierto es que esa mañana sintió un presentimiento tan negro como el cuervo que buscó cobijo en una de las ramas del viejo fresno. Sin embargo, cuando su marido dice que va al prau porque la novilla va a parir, ella asiente mientras le mira fijamente con sus bellos ojos de mirada dulce, tímida, como de niña. Pero cuando ve que se aleja con la vara de avellano y las albarcas, cierra los parpados, suspira.

Cae la tarde cuando va al pozo a por agua. Mira angustiada el pindiu camino que lleva a la braña. Nada. En ese momento siente que se le abren las entrañas. Ya es noche cerrada cuando su marido cruza el dintel gritando: ¡Han sido dos jatas! Ella, de espaldas en el jergón, no se mueve, él la gira y descubre el cuerpo sin vida.
– No llores, mujer, el año que viene tal vez sea un niño.

12 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    ¡Qué triste y emotivo! la ilsusión truncada de la chica contra el materialismo real, seguramente mamado desde la cuna, del hombre. Suerte y saludos.

  2. María José Viz Blanco

    Me ha conmovido tu relato, Begoña. En las zonas rurales, la mujer es principalmente madre y de ahí que la frustración por no serlo resulte tan trágica.
    Un abrazo.
    María José

  3. Begoña O. Cotero

    Hola María José. Si hay una mujer rural que sobreviva en las condiciones más adversas, esa es la mujer pasiega que hace referencia este relato. Los pasiegos hoy todavía viven como lo hacían sus antepasados hace cien años.Para el hombre pasiego lo más importante ha sido y es su ganado, incluso más que su propia familia. Hoy en día lo tienen muy difícil, sobretodo desde que entramos en la Comunidad Europea, por sus estructuras de producción muy poco competitivas y por el sistema de cuotas lecheras.
    Para los que no sois de Cantabria, si vais por la zona del río Pas podéis ver las pequeñas cabañas, en las que pasan el verano, distribuidas por las laderas de las montañas.
    Gracias por tu comentario. Un abrazo.

  4. Begoña O. Cotero

    Hola Ana, en el caso de los pasiegos, la pendiente de las fincas no permite usar maquinaria, todavía utilizan el dalle y transportan la hierva en la espalda con la belorta (vara de avellano). Ya ves que vida más dura. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

  5. Haces un retrato tan realista del mundo rural de hace décadas, que sobrecoge. Los hombres, a su manera, valoraban a las mujeres por el descomunal trabajo que hacían pero, ante todo, estaba el ganado. Me gusta mucho el título que has escogido, la cigüeña volverá… y la vida sigue. Felicidades, Begoña, me ha encantado. Un saludo.

  6. Voy a tener que escribir un micro en tono simpático, para intentar compensar un poco todo el dolor que leo; y eso que en tu micro, la última frase, es de determinación, aunque no completamente alegre.
    La pena es que lo que escriba no va a ser ni la mitad de bueno.
    Pufff.
    Lo lamento, pero mucho mucho, por el jurado. Pobrecitos

  7. Resignación, soledad y trabajo estallan en este magnífico manifiesto de lo más parecido a la vida salvaje que el humano haya experimentado: Sobrevivir de la tierra, Y además está la mujer, pieza abnegada y relegada que en muchos casos era poco más que una incubadora con capacidad de trabajar.
    Un estupendo relato costumbrista que deja intensas imágenes sobre palabras enraizadas a mucha profundidad.
    Me ha encantado, Begoña. Enhorabuena por este gran relato.
    Un saludo.

  8. María José Escudero

    Has hecho un retrato de la vida en los valles pasiegos triste y dolorosa, pero por aquí sabemos que es realista. Muy bueno. Begoña. Me gusta muchísimo . Un beso.

  9. Begoña O. Cotero

    Gracias María José por tus palabras. Para aquellos que desconozcan las formas de vida ancestrales del pueblo pasiego les animo a que visiten el Museo Etnográfico de las tres villas pasiegas, que se encuentra en La Vega del Pas, y de paso pueden saborear las exquisitas quesadas y sobaos que se elaboran allí.(Como vendo mi tierra, ja ja). Tristemente, los pasiegos son un pueblo olvidado. Un beso.

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