Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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03. LOS AÑOS DIFÍCILES (Paloma Casado)

Al bajar las escaleras de Radio Nacional, Aurora descubrió una carrera en la  media de su único par decente. Fuera la esperaba el aire de febrero para acompañarla a casa.

Encontró a su madre cosiendo, como siempre.

– Hija, vienes helada. Ven, arrímate al brasero que ahora te caliento café. Qué bien habéis estado hoy, aunque tú casi no has actuado. Hay que ver cuánto sufre el pobre Armando.

–Mamá, es solo una novela. En realidad…

–No me cuentes nada, ya sé que todo es mentira pero, ¿qué distracción le queda a una mujer como yo que no sean las historias que dan en la radio?

Aurora calló que “Armando” se había librado de la cárcel por ser de la “cáscara amarga” gracias a sus contactos, que “el duque” era un sobón, que…

–Mamá, esas historias no le llegan ni a la suela de los zapatos a la nuestra.

–Tienes razón, hija. Los horrores de la guerra y luego tu padre…a saber en dónde estará enterrado el pobrecillo, un maestro que nunca hizo mal a nadie. Es un dolor que llevo aquí dentro…

–Anda no llores, vamos a tomar ese café. ¿Quieres que le añadamos unas gotas de coñac?

 

 

25 Responses

  1. Has conjugado la compañía que da la radio con una mirada atrás a una época donde seguramente ayudaba tanto a informar como a evadirse de una realidad dura y desagradable. Estoy seguro que estos dos meses leeremos grandes historias. Mucha suerte 🙂

  2. Este tema de la radio seguro será genial. Me retrotraes a mi infancia donde no teníamos aparato y escuchaba en casa de una vecina, tu historia es exquisita, ese brasero me mató. Gracias Paloma.
    Un abrazo y mucha suerte.

  3. Me ha parecido que lo estaba viendo. Pese a tener de fondo la radio, es una escena muy cinematográfica, Paloma. Mucho savoir faire ahí, en ese diálogo que te deja con ganas de más. ¡Abrazos!

  4. Ángel Saiz Mora

    Años difíciles, tristes y rácanos en todo, que gracias a pequeños escapes como la radio (añadamos también el coñac) se hacían más llevaderos, en espera de tiempos mejores. Un medio capaz de llegar desde sus inicios a todo tipo de personas, en especial a las más humildes, sin que importase que no tuviesen muchas letras. Una escena cotidiana perfectamente posible. Un relato sencillo y emotivo.
    Un abrazo, Paloma. Feliz año y suerte

  5. Salvador Esteve

    Evadirse de la realidad, ondas sonoras que aletargan mínimamente los recuerdos. Actores de la radio con sus propias historias en tiempos convulsos. Muy bueno, Paloma. Abrazos.

  6. Bien paloma los dos primeros y nos recordáis ese mundo de radio y teatro que tb ha ido desapareciendo.
    Y seguro que su historia es más rotunda abrazos

  7. Modes Lobato Marcos

    Hambre, penumbra, sotanas y un aparato de radio para dar luz y evasión.
    Cuanto bien hizo Guillermo Sautier Casaseca…
    Pero, era fácil olvidar que los mismos actores de esas radionovelas (que difícil es interpretar con la voz únicamente. Que se lo digan a Verónica Forque o al gualtrapa que dobló a Nicholson en EL RESPLANDOR) tenían una vida.
    Precioso homenaje.
    Precioso relato.

  8. María Ordóñez

    La bendición que conlleva la literatura es esta, Paloma, ¿verdad? Hacernos olvidar por un momento nuestra propia vida, para enfocarnos en otras historias que no por no ser completamente reales, son menos contundentes. Nos permite comparar y ubicarnos en el lugar preciso. Y la voz, como genial actor que llega a lo profundo de nuestro cerebro permitiéndonos imaginar. ¡Qué linda historia, Paloma! ¡Felicidades por ella y por este año que empieza!

  9. Mª Belén Mateos

    A veces las historias sobrepasan la realidad, o esa realidad se queda encandilada con lo que la imaginación quiere expresar.
    Una historia cotidiana llevada de una forma estupenda, donde la actualidad de su madre se hace patente tanto como su estar contenido en un compartir un café con quien más quiere y aderezado con unas gotitas de evasión.
    Un modo de abordar el tema esplendido.
    Un beso Paloma.

  10. Esther Cuesta

    Escena tierna y realista de unos años, que no vivimos, pero que marcaron a muchos de nuestros antepasados. El diálogo es perfecto y la escena, muy gráfica. Un abrazo,

  11. Hay realidades que se licúan en historias ficticias. Esas radio-novelas que mantenían a las oyentes pendientes de otras desgracias, de otros sinsabores que no eran los suyos, alejándolas de sus propias desgracias, olvidando la dura realidad.
    Me gusta!
    Un abrazo, Paloma.

  12. Cristina Requejo

    Ficción y realidad, novela y vida. Has hilvanado muy bien las dos historias, puntada tras puntada, hasta convertirla en una. Buen patchwork literario, Paloma.
    Un beso y suerte.

  13. Ton Pedraz

    Excelente Paloma.
    Tras leerlo me acabas de dejar con la miel en la boca. Este relato tiene toda la pinta de poder convertirse en algo más. Congrega demasiada historia.
    Suerte,
    Ton.

  14. María José Escudero

    La radio era de gran consuelo y una gran evasión para aquellos años difíciles en los que tocaba oir y callar. Y tú dejas bien claro que todos los protagonistas de este relato tienen una historia que contar, una historia real, aún más cruda que la que interpretan. Como la radio, esta escena que dibujas estimula mi imaginación. Un beso y suerte, Paloma.

  15. se respira el ambiente de la postguerra que nos llega perfectamente, con las dificultades de las familias, con sus historias y pérdidas, y con el papel de la radio como único entretenimiento… (y allí, todo lo que se hace para un público, no es oro todo lo que reluce).
    Saludos!

  16. Blanca Oteiza

    Buen relato donde la realidad supera a la ficción, o ambas caminan de la mano en un intento de «olvidar» el pasado.

  17. Entrañable en una época oscuro. Me ha trasportado a un tiempo de pantalón corto y merienda en casa con la abuela y, siempre, la radio como inseparable compañera. Mucha suerte.
    LuisCar

  18. Reve Llyn

    Paloma, que relato más hermoso has montado con un diálogo (a mi se me hacen cuesta arriba). Lo voy a releer y a estudiar, porque no me puedo acabar de creer que con cuatro palabras que cruzan madre e hija me hayas puesto en la cabeza (y en el corazón o en la boca del estómago, que cada uno alberga los sentimientos dónde mejor le viene) sus vidas completas. Gracias.

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