Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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MÁS INSPIRACIÓN… DESDE EL HOTEL MOOSE

Ya sabéis que una mujer sólo se enamora una vez en su vida y si la cosa no ocurre hasta entrados los cuarenta años… En fin, ¡hay que apresurarse!
Veréis, no estaba vacunada contra el amor mediante algún flirteo juvenil. Empecé a trabajar como institutriz desde muy joven, y una institutriz no tiene demasiadas oportunidades para poner a prueca su templanza. Así que el golpe, aunque tardío, había sido muy fuerte. Es ahí cuando una mujer se encuentra consigo misma: cuando se enamora. No importa si es vieja o gorda o aburría o simplona. Siente ese cosquilleo debajo de las costillas y se cae del árbol como una fruta madura. No me importaba que Roger Mifflin y yo hiciéramos una pareja tan extraña como la del doctor Johnsson y su esposa, sólo estaba segura de una cosa: que en cuanto volviera a ver a aquel diablillo me entregaría totalmente a él… si el quería, claro. Por esto, el viejo Hotel Moose e para mí un lugar sagrado. Es allí donde supe que la vida todavía me reservaba cosas frescas, cosas mejores que amasar pastelillos para Andrew.

CHRISTOPHER MORLEY, La librería ambulante, Edit. Periférica

(Lectura propuesta por Rafa Heredero)

8 Responses

    1. Ana, tengo una cita para ti que quizá te guste. Es del cuentecillo «Sólo dime si aún me quieres», recogido en el maravilloso libro de relatos Trece tristes trances, de Albert Sánchez Piñol:

      «Los jóvenes no lo saben, pero el amor más tierno empieza pasados cincuenta años de convivencia».

      Un saludo.

  1. Jo, pobre infeliz. De amasar pastelillos a caer rendida en los brazos de un diablillo (golfo, en lenguaje actual). Gracias por la propuesta de lectura, Rafa, me ha recordado al micro de Nicolás de la Edad Media. Me ha hecho gracia tanta dosis de inocencia, una mujer cuando se enamora no se encuentra consigo misma, yo diría que más bien pierde el norte.
    Un abrazo.

    1. Hola, Susana. No te dejes llevar por las apariencias (o por el extracto sacado de contexto del libro). Si algún día lo lees, ya lo verás. Pero rebuscando por ahí he encontrado otra cita que puede llegar a reflejar, de manera más cruda, lo que tú propones. Es del libro de Elvira Lindo Lo que me queda por vivir:

      «La ruina de una mujer empieza inevitablemente cuando se enamora de un hombre».

      Otro abrazo para ti.

    1. Hola, Antonia. Yo tampoco lo conocía, pero el boca a boca ha debido funcionar muy bien en este caso. Cuando me lo encontré en una librería estaba junto a las grandes novedades de las editoriales más conocidas, casi sepultado por varias pilas de libros, y ya iba por la quinta edición. Y, un poco por instinto, cayó «como fruta madura»; la que me encontré en el interior fue pura casualidad, y así se la ofrecí a Juan por si quería utilizarla como inspiración.

      Saludos.

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