Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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MAY116. ACCIDENTALMENTE, de Juan Fuente

La princesa Greed corregía coqueta la inclinación de su diadema ante su gran espejo de pared cuando Sir Wallbrige llegó. Invitado del Rey, era hijo de un difunto amigo, y su presencia revolucionó la fortaleza como pocas veces. Apuesto y embriagador, se convirtió en la comidilla de las muchachas de la corte. Alegró los días al monarca y vivió las noches de fiesta en fiesta. Pero Wallbridge cometió un error. Guiado por el alcohol y su afilado sentido del humor osó bromear sobre el ridículo Lord Bedfort, feliz prometido de la princesa. Las palabras altisonantes y los agarrones quedaron emplazados para la mañana siguiente, a pistola. El Rey, obligado por las normas de hospitalidad, se posicionó como padrino de Wallbribge mientras que el hombre de confianza de Lady Greed, capitán de su guardia personal, se ofreció a defender el honor del estirado Bedfort, que, medroso, no dudó en aceptar. Diez pasos contó cada uno antes de girarse y, tras soltar el aliento retenido, liberaron truenos sobre la mañana, despidiendo a los pájaros. Dos balas certeras para una tragedia. El Rey y su futuro yerno recibieron por extraño azar los disparos mortales, mientras la heredera no podía evitar sonreír.

13 Responses

  1. No se va a leer de un tirón, sin un mísero punto y aparte, que por haber lo había. Vaya, gracias Aurora, lo cierto es que la parte del duelo es lo único que se salva. Lagarto, gracias hombre, me voy a poner a la puerta del Dia a pedir con el micro delante a ver si saco algo.
    Saludos.

  2. Es que las princesas siempre se quieren fugar con los piratas. Muy buen relato, me gusta sobre todo que es muy cinematográfico y veo a la princesa colocándose la tiara, los empujones y bravuconadas en el castillo, el duelo entre la niebla del amanecer…¡bang bang! Consigues que se disfrute la historia.
    Un abrazo!

  3. Pos yo que sé, Alba, para mí que se quedan escasas las 200 palabras, que la historia daba para más y mejor, bueno, u otra persona que supiese desarrollarla optimamente en este espacio.

    Saluuudos.

  4. Esta princesa resultó además de coqueta muy calculadora. No solo se libró de su estirado pretendiente, sino de rebote de su papá.
    Muy ingenioso, una vuelta de tuerca más alrededor del mundo palaciego.
    Felicidades

  5. Sr. Barlon, también conocido —ahora lo sé— como Juan Fuente, me alegra verte por aquí y leerte en un microrrelato más extenso. Sobre la pieza que encabeza este comentario, me quedo con esa imagen final del duelo y ese «azar» caprichoso que hace feliz a la princesa, por extraño que parezca.

    Te deseo mucha suerte para el concurso.

    Un abrazo fuerte.

  6. Muchas tablas observando entuertos, reyertas, trifulcas y zapatiestas desde la barra, Sr, Barlon, Juan, se notan tras esas dinámicas frases que arrastran al lector al amanecer de la contienda en la que la que triunfa es sin duda la princesa (desvelado queda lo que le pasaba). La frase resaltada por Aurora, una joya (quizá empeñándola le den para unas rondas). Me ha gustado (del verbo gustar personalmente) Suerte con él. Un saludo (sin colita)

  7. Qué bueno, Juan, toda una historia rematada en un duelo con final… feliz según para quién, jeje. Hay que tener más ojo con los invitados, ya sabes que de fuera vendrá…
    Un abrazo.

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