Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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MAY22. VICISITUDES, de Juan Herminio García-Zeballos

-¿Qué le pasa a la princesa? Se interrogaba de manera permanente el viejo mayordomo del Palacio. ¿Tendrá alguna enfermedad? ¿Un amor no correspondido? ¿Angustia por no poder ser ni hacer las cosas que las demás niñas a su edad hacen? No lo sé…,- solía contestarse.
La futura heredera al trono, pasaba largas horas recostada en la cama sin salir de su aposento. Evitaba el contacto con las demás personas de la Corte, incluidas sus Majestades.
Parecía que no hubiera nada que pudiera torcer este destino y a cada momento la desazón de la joven, se veía reflejada más y más en todo su cuerpo.
Quizás la clave del enigma se hallaba en la noticia que le fuera dada días atrás: no habría para ella fiesta de quince y por ende tampoco vestido de princesita al momento de entrar al salón.
¿Problemas económicos reales? ¿La crisis había llegado también hasta allí? No.
Sus malas calificaciones en la escuela sumadas a su rebeldía adolescente, fundamentaron la decisión a modo de escarmiento.

5 Responses

  1. Tantas noticias «catastróficas», tanta debacle sobre la economía mundial o nacional, que nos hace perder los motivos más básicos de lo que le pueda suceder a una princesa, real o supuesta…

    d.

  2. Juan H.

    Me alegra que te haya gustado mucho Ana. Comparto lo que decís, como dice el refrán «grande o pequeño cada uno lleva su leño».
    Yo a veces también me siento invadido por ese sentimiento de culpabilidad del que hablas y siento al mismo tiempo que esa imperfección, a la que también haces referencia, me inunda todos los días. Pero… ¿Por qué esperar a que la muerte dé paz? La vida es demasiado corta como para encima de todo vivir con dolor. ¡Nada de estoicismo! ¡Vivan los epicúreos! En el buen sentido de esa palabra y no en el que hoy en día se le da.
    Pienso que buscar el placer mesuradamente y con responsabilidad, a través de las cosas que nos hacen felices, (escribir por ejemplo o charlar con un amigo/a) y de ese modo evitar el sufrimiento, es una buena filosofía que hace a una ética determinada.
    Tal vez la princesa de mi relato deba leerlo y tal vez deba sentirse una persona común, como lo que es; tal vez deba pensar y obrar sin caprichos, pero exigiendo al mismo tiempo ser respetada en su dignidad de persona.
    Tal vez deba permitirse tener felicidad, aunque sea un poco, más allá de todo lo que le toque vivir a su alrededor. Tal vez…
    ¡Suerte Ana! Juan H.

  3. Juan H.

    Gracias Ana nuevamente por tus palabras hacia mí; aciertas bien, pues en mis relatos siempre hay algo melancólico pues cosas buenas y no tanto, todos llevamos dentro. La escritura sirve para mucho, también para canalizar aquello que no anda bien. Creo asimismo que nadie es valorado en su justa medida, ni los demás hacen eso con nosotros, ni nosotros con todos los demás, tal vez sea la condición humana la que nos lleva a caer en esos errores.
    Coincido también en lo que dices sobre la depresión, a veces no se puede, no es que no se quiera, relamente no se puede. Pero hay que tratar de querer y que se pueda salir, ya que si no, cada vez es peor y entramos en un círculo vicioso que se agranda y se agranda hasta que estalla y eso no es bueno, por nosostros mismos y por todos los que nos quieren y aprecian.
    Retribuyo el aprecio que expresas hacia mi, a través de este mensaje. ¡Mucha suerte y sé feliz! Juan H.

  4. Juan H.

    Exacto Ana ying y yang somos todos. No sabía lo del litio. Todos tenemos una carga genética importante, pero también es importante lo que cada uno haga con su vida y de su vida. Por eso, mejor estar alegre y como dice el refrán «al mal tiempo buena cara». Un abrazo. Juan H.

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