Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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NOV131. ASCUA, de Rosa Martínez Famelgo

Abrasa… Dicen que el tiempo es la mejor cura para los recuerdos dolorosos, pero yo no he conseguido que se mitiguen. Él se encargó de que fuera así. Duele, duele recorrer con mis dedos las señales de su amor, se extienden como raíces por mi cuerpo. Son raíces vivas que se alimentan de mis nervios para que no consiga olvidar.
Hoy le he visto, él a mí no. He conseguido esconderme entre la gente, le he seguido, he seguido sus pasos seguros, chulescos. He seguido a su sonrisa taimada, a sus gestos duros y mientras lo hacía me he ido armando de valor. He sacado del bolso el cuchillo que desde entonces me acompaña y lo he escondido junto a mi pecho. He acelerado mis pasos y mi corazón y he dejado que el odio ciego tomase el control. Él no me esperaba, creo que ni me reconoció. Ahora lo miro, miro su cascarón vacío y su cara de sorpresa mientras una paz inmensa refresca mi alma.

vanalaire.blogspot.com

41 Responses

  1. Anonymous

    Explicas muy bien el dolor y con metáforas que llegan. Has conseguido transmitir la tensión y la acción. Buen final, aunque no sé si realmente en esa situación es la paz lo que se siente. Alivio probablemente.
    Buena historia aunque dura.
    Saludos y suerte.

    Antonia

  2. Buen relato Rosa, sé que a nadie se le puede desear la muerte, pero a quiénes con tanto impudor inflingen daño a los demás, a esos maltratadores capaces de hacer algo así a una mujer, no merecen menos que parte del dolor que han causado, creo que la protagonista de tu cuento ha sido magnánima con él, ha sufrido menos que ella.

    Besos y mucha suerte con este duro relato.

  3. El relato está realizado magistralmente. Otra cosa es que ojo por ojo, y el mundo acabara ciego. Y que la mayoría de los maltratadores sean tipos apocados y don nadies que pagan con la mujer sus frustraciones contra un mundo al que no se atreven a enfrentarse. Pero la narración, insisto, genial.

  4. Cuando el despecho es lo único que nos anima, no se encuentra otra salida que la venganza. Es dulce, dicen y aunque no sea cristiana, ni humana, yo lo creo.
    Me encantó tu relato, Rosa de las mil espinas…
    Besos

  5. Comento de nuevo, Rosa. Borro el inicio de mi anterior comentario, ¡es lo que tiene no repasar lo que se escribe!.

    Ya lo sabes… que me encanta lo que escribes y cómo lo escribes. Te deseo mucha suerte.
    Un besazo, ojos bonitos.

  6. Consigues que nos metamos en esa piel surcada, aunque
    las venganzas suelen ser como los boomerangs, vuelven una y otra vez,por eso supongo que esa paz no será eterna.
    Buen relato Rosa.mucha suerte.
    Un beso

  7. Eh ahí que el dolor y la tranquilidad llegan para quien comete el acto. Primero el dolor lo tiene en acecho del otro, lo mueve a su crimen. Luego vendrá la tranquilidad de haber asegurado el futuro que necesitaba para respirar.
    Saludos Rosa.

  8. Vengo de tu casa. Me alegro de esta primera vez, Rosa. Muy visceral esta ascua, mucho. Lo de cascarón vacío define muy bien lo que quieres expresar, o lo que yo he entendido de lo que he pensado que has querido expresar. Y me ha gustado. Mucho.

    Un abrazo.

  9. ya estoy aquí, Rosa. Una trama y una historia muy dura. Qué sangre fría la de la mujer. Abrasa…sí, el tiempo pasado junto a esos personajes….abrasa….

    Besos desde este espacio y a ¡seguir participando en ENTC!.

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