Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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OCT01. LA PAUSA, de Juan Antonio Morán


Después de que sus dos hijas se marchasen de casa y que su marido buscase una carne más joven, la emoción de vivir apenas llegaba a la búsqueda, cada noche, de las tres estrellas del cinturón de Orión en invierno, o la cruz perfecta de la constelación del cisne durante el estío.
Fue la soledad de las estrellas la que le dictó su natural facilidad para la paciencia y el cariño. Apenas hizo un par de ensayos antes de elegir definitivamente una misión: paseaba por los parques de la ciudad en busca de viajeros o desorientados, les cocinaba y escuchaba, les ofrecía remedios caseros y les invitaba a que se acostaran con ella antes de irse. Llevaba diez meses haciendo esto con asiduidad y sin obstinación. Pensaba que siempre fue una buena madre y una buena esposa y que nadie la superaría en esmero y atención.
Había sido descubierta por la desgracia de que el azar eligiese un indeseable que le había robado el dinero con violencia. Su hija mayor, indignada, le reprochaba el sinsentido de su comportamiento; pero ella le respondía señalando un viejo reloj de pared.
-Te parecerá parado, pero dos veces al día da la hora exacta.

16 Responses

  1. Uff…tremendo final.
    Me ha impactado lo que has entretejido…Precioso.
    Gracias por el espacio,por el proyecto, por el trabajo, por la ilusión, por la paciencia… pero también por seguir regalándonos los sentidos con tus pequeñas joyas al inicio de cada mes.
    Un abrazo.

  2. Qué fuerte Juan, pero lo peor es que ya nos has quitado las tres estrellas del cinturón de Orión. Ahora que cuento yo que por fin iba a escribir un relato blanco como la vía lactea..Huy, tengo una idea, adios

  3. Precioso relato, muy intimista y que nos cuenta con ternura una situacción dura y que se da con bastante frecuencia. el final de los que se queda largo rato dando vueltas en la cabeza.
    Enhorabuena y un saludo.

  4. El choque entre las dos dimensiones del tiempo, el «real» y el «personal» se resuelve muy bien hacia el final del relato. Hace pensar en qué nos queda cuando parece no quedar nada.

  5. Anonymous

    Me gusta mucho la idea del relato, Juan, la manera en que se va desarrollando la accion, el conflicto que planteas… simplemente, y perdona mi torpeza, NO he sido capaz de captar la sutileza que, seguro, encierra la frase final… lo siento 🙁
    Un abrazo, compañero
    NACHO RUBIO
    PD Por cierto, a mi tb me encanta el fondo de pantalla del mes, me parece muy sugerente

  6. Leí algo parecido a esa frase en un libro que ando leyendo, ya supongo que no es fácil pillarla, porque tampoco podría asegurar que haya acertado. Quiero que funcione como la metáfora de esas cosas que ya no sirven, pero que mantienen la identidad de lo que fueron, que también es una manera de servir; como esos cacharros viejos que andan por los museos antropológicos, o esas…. han perdido su funcionalida, pero mantienen un valor evocador. El personaje se resiste a perder lo que considera su valor humano, y lo muestra en lo que a su hija consiera un sinsentido…
    Yo considero que siempre que hay que explicar un cuento es que se ha hecho algo mal… pero me consuela ver que aquí no soy el único… ja ja ja
    Gracias compañero…

    1. Un poco aturullado este cuento, va de acá para allá, aunque ahora que lo pienso quizá ese era el sentido, ¿no?
      Y lo que dices de explicar un cuento será por los microrrelatos, ¿no? En tan pocas palabras se condesa a veces una galaxia tan difícil de explicar. Me encanta este género.
      Un abrazo.

  7. Paloma Casado

    Bueno, yo he interpretado que dentro del caos en que se ha convertido la vida de esa buena mujer,ella se aferra a las pocas verdades incontestables.
    Me ha gustado.

  8. María Elejoste

    Yo entiendo que pese a todas las locuras y sin sentidos que haga, de vez en cuando sigue siendo ella, aunque sea de casualidad, como el reloj parado, a veces hace una pausa, como el reloj, me gusta el título.

    1. es exáctamente eso, María, en ese caso no importa tanto que sirva o no para algo, ella es así, la vida le fuerza a una pausa, pero ella se empeña en dar la hora accidentalmente … Gracias.

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