Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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OCT170. DE UN PLUMAZO, de Antonia Garcia Lago

Aproveché el momento que me ofrecía el azar, nadie en la mansión, para acabar liquidándote.
Tiempo de insultos y palabrotas, de gritos desaforados en mitad de la noche. De no dar descanso, de no dejar de controlar y fisgar en las vidas ajenas, y más concrétamente en la mía.
Lo he preparado todo como si hubiera sido casual, ni rastro de violencia, ni huellas. Me cuidé mucho de utilizar guantes, y soy muy silenciosa cuando lo pretendo.
Así, que manipulé con precisión la cerradura mientras dormitabas. Luego fue tan solo atraparte con fuerza, taparte los ojos, abrir la ventana del último piso y dejarte caer.
¡Adiós, loro parlanchín!

41 Responses

    1. De sobra sé que Antonia le ha revisado sus plumas una por una, No te das cuenta que ese «¡Adiós, loro parlanchín!», es un «vuela libre, no soporto más verte entre rejas???». Se ha inventado este micro para despistar, para justificarse, necesitaba una excusa para dejarlo libre…(creo, que se lo regaló ¡su suegra!)
      Es que no sabes leer entre plumas Barlon… 🙂

  1. No sé si este ha sido un crimen perfecto, pero confirmo que todas las personas que conozco que han sido poseedoras de un loro han sentido el mismo deseo, ignoro si lo han llevado a cabo, pero ganas, un rato.
    Suerte Antonia. Un abrazo.

  2. Los loros vienen sin instrucciones, Antonia, por eso están todos los árboles de las ciudades llenos de colonias de loros y cacatúas. Con el bajón de la construcción, son los que hoy día dicen piropos, me di cuenta la semana pasada que me gritaron, «que ese culito no pase hambre» y me volví por si era el amigo de Sotirio y no vi a nadie.
    Muy real, como la vida misma.
    Un beso con plumas

    1. Ja ja Epi, me parece que Soti no tiene amigos loros. Vuelan más que él y es muy competitivo.
      Muy buena explicación del porqué de tanto verde por las palmeras datileras.Un piquiño, que dicen algun@s.

  3. Jeje, Antonia, relato de segunda lectura obligada para disfrutar del «engaño». Temí que fuera uno más de violencia de género y el giro me saca una sonrisa. El título es un acierto. Suerte.

  4. Son ganas de destrozar mi micro y salvar al loro, pero de todos es sabido, lo dicen las enciclopedias plumíferas, que un loro con ojos vendados y sin GPS, no sabe a donde va y ni tan siquiera sabe volar en esas circunstancias. !A que te pico!
    Gracias ópalo. Abrazo.

  5. Ay, Antonia, tengo dos cotorras que me amargan la vida hace 10 años ya.No te escondo que hace más de un año pienso cómo cargarlas, pero mi hija las adora y me da pena. PERO, después de leer tu relato me las cargo ya. JA ,JA ,JA , Menudo final, desde luego inesperado y sorprendente. Muy bueno y divertido amiga. Un fuerte abrazo, Sotirios.

  6. Ni se te ocurra, aquí todo ha de ser ficticio, menos el cariño. Bueno, otra solución es ponerlas como premio a algún acertijo tuyo y las envías en vez del icono. Por otra parte, diez años es una edad para un lorito, o no…
    Abrazos y gracias por tu comentario.

    1. Esas son cotorras australianas por desgracia viven 18 años, así que quedan todavía 8. Me comen los muebles, los libros, todos los objetos, lo peor son los chirridos que son insoportables. Ganas no me faltan a torcerles el… pero no te preocupes me voy a contenerme. JA ,JA ,JA ,menudo relato has escrito , has hecho pleno conmigo . Enhorabuena por tu maravilloso relato. Un fuerte abrazo,Sotirios.

  7. Me encanta la defenestración del loro, perpetrada con premeditación y alevosía, y es que los loros son demasiados entrometidos y chismosos, jajaja. ¡Hala, un loro menos!
    Me ha gustado mucho, Antonia. Lo que más: la sonrisa del final.
    Un beso.

  8. Pues aquí, entre nosotr@s, la faena que me dio el tal loro para poder desfenestrarlo bien, que si la jaula, que si la cerradura, que si como se lo explicaba a él que lo comprendieran los demás, menos el final, que ese lo deje tal cual. Eso lo tenía claro. La próxima vez escribo uno gótico con cadenas y todo, que ahí lo veo todo más claro, menos negro digo.
    Bueno, que gracias y un beso.

    1. La verdad es que igual no coordinaba ya demasiado la asesina debido a estado mental en que la tenía sumida el emplumado. eso, y la inexperiencia en el tema. Al próximo, fijo que lo remata.
      Gracias Calamanda. Un abrazo.

  9. Ja ja, Ana. Muchas gracias por tu comentario y deseo.
    Hay tan magníficos y serios relatos que se merecen el premio, que con haberme divertido escribiendo y pasármelo bien con las bromas de los comentarios, me doy por satisfecha.Esto es ya una tertulia muy agradable, donde el premio de ser premiado no es el único premio.
    Con otro plumazo, pero de cisne te saludo y te abrazo también.

    1. Con decirte que trabajaba para «Sálvame».
      Me alegro de que te parezca divertido, es lo que requería el tema del mes, para contrastar. Gracias por tu comentario. Abrazo.

  10. Antonia, bien llevada esa descripción de la preparación de un crimen, con su móvil y todo bien justificado, para arrancarnos una sonrisa al final. ¡Pero qué fama tiene los loros! Confieso que no tenía ni idea de por donde ibas a salir, y eso que en el título, muy bien elegido, por cierto, lo dejabas bien clarito. Se ve que has disfrutado preparando el delito.
    Saludos y suerte.

  11. Gracias Rafa, muy amable. La verdad es que dicen que los loros son las más inteligentes de las aves, quizás porque hablan. Son atractivos, pero al parecer pueden desquiciarte.
    A mí me encanta el de «la isla del tesoro» : !Doblones de a ocho, doblones de a ocho!

    Sí, lo pasé bien pensándolo y me encanta que os haga sonreír. Eso, lo mejor. Abrazo.

  12. Te felicito por el micro y también porque hiciste lo que nosotros hacemoss por estos lares, que es cuándo álguien no nos gusta o no nos simpatiza lo mandamos ¨A la c…..a de la lora. Suerte Héctor

  13. Estos loros son un coñazo del todo, yo también me cargué a uno en un micro. Y eso que solo he tenido jilgueros y se morían ellos solos. Como asome por aquí la protectora de animales vamos a tener un lío.
    Un abrazo.

  14. Otro abrazo Susana, compañera de loricidios.

    Para compensar, pongo esta poesia que encontré por ahí, concretamente en pequenet. com
    Un loro, un moro, un mico
    y un señor de Puerto Rico

    Un señor de Puerto Rico,
    colgó en su balcón un loro
    de rica pluma y buen pico,
    un loro que era un tesoro
    y a su amo costó un pico.
    Un vecino suyo, moro,
    de Tetuán, recibió un mico
    y a este mico, lo ató el moro
    en su balcón, ante el loro
    que así quedo frente al mico.
    Tanto y tanto charla el loro,
    que un día se enfada el mico
    y con la furia de un toro,
    lo embiste; se esconde el loro,
    rompe la cadena el mico,
    salta a la jaula del loro,
    sale el loro, pica al mico,
    chilla el mico, grita el loro…
    se asoman al ruido el moro,
    y el señor de Puerto Rico.
    -Porque no encierra a su loro?
    -Porque no ata bien su mico?
    – exclaman los dos a coro
    y uno le echa mano al loro
    y el otro tira del mico.
    Cae el mico sobre el loro,
    el loro le clava el pico,
    los dientes rechina el mico…
    y, asustado, muerde al moro
    y al señor de Puerto Rico.
    Este reniega del loro,
    y jura matar al mico,
    mientras furibundo, el moro,
    provoca al amo del loro,
    y embiste al loro y al mico.
    Hacia arriba vuela el loro,
    se escurre hacia abajo el mico
    y, faltándole al decoro,
    caen, trabados en lucha, el moro
    y el señor de Puerto Rico…
    – ¡Ay! moro si pierdo al loro!
    exclama el de Puerto Rico
    y airado, replica el moro:
    – Pagará caro tu loro,
    cristiano, si pierdo al mico!!
    Los imita arriba el loro,
    muecas, hace abajo el mico,
    y no se sabe si el moro,
    es quien habla, o si es el loro,
    o el señor de Puerto Rico.
    Crece el trajín: vuela el loro
    y va a caer sobre el mico…
    Furioso el de Puerto Rico
    viendo en peligro su loro,
    quiere ahora matar al mico.
    Le da un empujón al moro,
    le dispara un tiro al mico,
    yerra el tiro y mata al loro,
    se desmaya. Ríe el moro
    y corre en busca del mico…
    Risueño regresa el moro,
    con el loro y con el mico,
    ríe el de Puerto Rico,
    le envía, muerto, al loro
    y una carta con el mico.
    Dice: «seis onzas de oro
    por atentar contra el mico,
    a un infiel, reclama un moro,
    guarde disecado al loro;
    pero págueme ese pico…»
    Viendo esto, el amo del loro,
    se lanza furioso al mico;
    mata al mico, mata al moro…
    muertos moro, mico y loro
    Se embarca…
    Y a Puerto Rico!!!

    Esta poesía es aproximadamente de la segunda mitad del siglo XVII, es de origen catalán y anónima.

  15. hum… no se depende del pedigrí del ave, si habla en varios idiomas se cotizará más digo yo no¿?, aunque non sé, la cotorra de la Botella no parla ninguno y ahí anda… eso sí, mira tengo jamón y chuletas de jabalí que nos han regalado, el viernes cenita con la cuadrilla, si no nos envenenamos ya te contaré.
    Abrazos Mel (digo mil)

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